Capítulo único

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Advertencia: Contiene violencia, suicidio y lenguaje malsonante.

Un incienso de lavanda, una taza de té de flor de durazno y el sonido del piano del vecino. Jimin llevaba la última semana disfrutando de la música clásica que provenía del apartamento de enfrente. El pasado domingo se había mudado a un edificio pequeño, que contaba con apenas cinco plantas de dos viviendas por piso. Jimin no conocía a sus vecinos, solo había coincidido varias veces con un joven de apellido Jeon, que aseguraba vivir en la puerta cuatro del segundo piso.

El dueño del edificio no alquilaba sus apartamentos a mujeres, extranjeros o personas de la tercera edad. Tampoco había niños ni mascotas en el recinto. Jimin no estaba de acuerdo con la política discriminatoria del arrendador, pero no podía permitirse pagar lo que pedían en otras partes de la ciudad, por lo que decidió alquilar el apartamento número ocho de la cuarta planta.

Lo cierto era, que había tenido mucha suerte al encontrarlo. Mientras buscaba alquileres de habitaciones y pisos compartidos, le había aparecido un anuncio de ese piso. Encima se encontraba en una zona muy tranquila de las afueras de Seúl y estaba cerca de su trabajo.

El joven tomó otro trago de su té favorito y dejó la taza sobre la mesa. El interior de su apartamento contaba con lo mínimo. La cocina, el salón y el dormitorio se situaban en la misma estancia, solo el cuarto de baño tenía un lugar aparte.

A Jimin no le importaba que la decoración fuese sencilla

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A Jimin no le importaba que la decoración fuese sencilla. Era su piso, su hogar. Algún día compraría los muebles adecuados y le daría su toque más personal, pero de momento debía arreglárselas con los muebles que había podido adquirir en una tienda de segunda mano.

La música de al lado cesó y en ese instante supo que eran las ocho de la tarde. Su vecino tocaba la misma pieza cada día de siete a ocho. Era tan puntual iniciando su recital como terminándolo.

Jimin se levantó para lavar la taza. Aunque le gustaba cómo tocaba, también sentía que su música cargaba una gran tristeza.

—Ojalá tocara algo diferente— murmuró mientras enjabonaba la taza azul con estampado de nubes. Jimin se quedó mirando el diseño hasta que de repente le surgió una idea.

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