Las últimas luces (2)

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La tención era obvia y podía cortarse inclusive con la mano. Nilsa y Nilsine no dijieron nada pero era obvio que se estaban conteniendo, observó como el agarre en sus espadas era más fuerte.

—C-chicos... El radar...

—Murasaki creo que ya nos dimos cuenta de que ya están aquí, tal vez pudiste habernos avisado antes ¿No crees? —la acuso Amelia

No hubo respuesta del otro lado.

—¿Hermana estás bien? —No estaban totalmente separados por lo que los dos podían verse claramente pero para evitar gritarse utilizaban los audífonos.
Shiroi pudo ver cómo ella negaba con la cabeza sin despegar la vista del radar.

—Esto no... No está bien.

A Sarul poco le importaba que estaba pasando, si supiera el porque de su expresión se hubiera reído con ganas.

—¡Hey! ¡Nilsine! ¡Estoy de un buen humor hoy! ¡Así que... Tal vez pueda perdonarte si decides matar a tu hermana ahora mismo enfrente de todos! —grito con locura y alargando la "o". —¡Oh! ¡Y también puedes sacarte un ojo o apuñalarte en el brazo!

Tocó el punto de no retorno, había un pasado detrás de las gemelas, uno que aprendieron a aceptar... Bueno no confiaban plenamente en Nilsine como en su hermana Nilsa pero sabían que ella haría todo lo posible por proteger a su hermana y viceversa.

—¡Hey! ¡¿Si me estás escuchando?! ¡Todavía puedes volver! ¿O es que acaso ya te conformaste con el título de traidora?

—Nilsine... —Su hermana volteo a verla, casi rogándole para que no la escuchará.

Ella simplemente se quedó en completo silencio.

—¡¿Que dices!? ¿Vienes?

—¿Que digo? Digo que es una oferta de mierda, eso es lo que digo.

Los ojos de Sarul enloquecieron y la sonrisa en su rostro se apagó.

—¿O sea que prefieres ser una traidora como tú hermana?

—Ja, yo no pelearé por ningún bando. Yo pelearé para que toda esta mierda termine y si eso me convierte en traidora... Que así sea —su palabra fue fuerte y clara, con una determinación inigualable. Nada la haría cambiar de opinión.

—Asi que ya escogiste... Y yo que te quería perdonar la vida. Bueno ya que, tendrás el honor de morir junto a tu hermana... Supongo —Y su sonrisa volvió pero oscura y en sus ojos se le podía ver solo un único objetivo: matar.

Mientras todo esto pasaba Murasaki había estado intentando decirles o más bien advertirles de lo que el radar estaba detectando.

—¡¡Chicos!!

—¡¿Que?! —respondieron todos al mismo tiempo.

—¡El radar...! Oh mierda, chicos... Sarul... Sarul... Ella no trajo una minoría.

—¿A qué te refieres?

No requirió una respuesta para eso, la misma Sarul se la dio pero hubieran querido que eso no pasará.

—Traje unos amiguitos, si no les importa.

De entre los árboles, figuras empezaron a salir, más de las que se habían imaginado. Todos completamente armados, no habían esperado tantos, eran demasiados.
Un escalofrío recorrió la espalda Shiroi y Asher, está seria su última batalla y también la más grande, tenían que aguantar lo suficiente y defenderse el uno al otro, nada se los impediría.

—¿Cómo consiguió a tantas personas? —Nilsine conocía a Sarul pero nunca imagino que pudiera reclutar tantas personas solo para seguir con la guerra.

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