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Keisuke Baji, un famoso fotógrafo, llevaba días trabajando en un nuevo proyecto para una de las compañías de modelaje más grandes y reconocidas a nivel mundial, ¿cuál era el tema de la sesión? por supuesto, lencería.

- ¡Ahg! - Exclamó el chico de largo cabello, inclinando su cabeza hacía atrás y dejando salir un suspiro de frustración - Ni una sola jodida foto buena.

Al pelinegro se le acababa el tiempo para la entrega, y sin embargo ni una foto de todas las sesiones que había hecho en esos días le parecía buena, ya fuera porque la chica no posaba bien, que ese conjunto no era el adecuado, o que realmente no se asemejaba con la idea que tenía, en fin, un millón de excusas.

- Una completa mierda - Pasó una mano por su cabello y luego lo amarro en una coleta alta.

Las 12 en punto marcaba el reloj del chico, quien estaba cansado, no había comido, ni siquiera había tomado una ducha, a fin de cuentas de verdad no pensó que le fuera a costar tanto una simple sesión.

- E-Eh señor - Una apenas audible y suave voz lo saco de sus pensamientos.

- Dime - Dijo sin dejar de mirar la pantalla de su computador.

- ¿Aún no se irá? - Baji solo giró un poco su cabeza para encontrarse con su asistente, un timido rubio.

- ¿Cómo quieres que me vaya? - Espetó con cierta molestia. Se giró por completo a ver con enojó al chico y este solo agachó la mirada.

- L-Lo s-siento - El chico apretó nervioso entre sus manos la bufanda que llevaba - Solo...creo que debería descans..

- Solo has tu trabajo y no me molestes - Keisuke terminó por interrumpirle para luego volver su vista a las imágenes, imágenes que ya había repasado cientos de veces.

El rubio solo asintió y comenzó a caminar hacía la salida del estudio.

Baji no le dejaría irse hasta que él saliera también, pero tampoco lo quería en el estudio y se lo había dejado claro horas atrás cuando le había gritado que lo dejara en paz frente al personal que lo ayudaba y las modelos que se encontraban en ese momento. Él tampoco había comido, y mucho menos dormido bien pues ser asistente de horario completo era más pesado de lo que parecía.

- ¡Matsuno Chifuyu! - La estruendosa voz de su jefe resono en todo el estudio, al chico ni siquiera le dio tiempo de abrir la puerta, pues el gritó le hizo girarse de inmediato.

- ¿S-Si? - Chifuyu normalmente reclamaba cuando le llamaban por su nombre completo pero esta vez lo único que podía hacer era regresar a donde estaba el pelinegro.

- El cafe que te pedí - Señaló un vaso que reposaba sobre el escritorio - Está frío.

- Ya hace mucho rato que se lo traje - Chifuyu no podía mantener su vista en Baji, no solo porque le tuviera cierto miedo, reconocía que aunque su jefe tuviera un genio de la mierda, era demasiado atractivo, incluso despeinado o desvelado y pensar en eso le hacía enrojecer entonces prefería no mirarle a la cara - ¿Quiere otro?.

- ¿Por qué haces preguntas estúpidas Chifuyu? - Baji sabía que de tiempo para acá era algo cruel con su asistente pero, de verdad estaba presionado y esperaba que el rubio lo entendiese, pues usualmente no le trataba tan mal - Olvidalo, puedes irte adelantando a casa, supongo estás cansado.

- Mi trabajo es de tiempo completo señor, así que lo esperaré hasta que terminé - Chifuyu por fin le miró y pudo notar por sobre el pelinegro toda la tensión que este acumulaba.

Baji soltó un suspiro agotado y se volvió a girar, Chifuyu solo retrocedió hasta llegar a unas sillas que estaban cerca de una esquina del estudio. Hacía rato que el edificio se había quedado solo y el rubio comenzaba a dormirse por momentos, dos horas más pasaron, para que Baji volviera a llamarlo, pero esta vez fue para decirle que ya era hora de irse.

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⏰ Última actualización: Feb 26 ⏰

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