Parte I

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"Nos vemos esta noche en la escuela" decía el mensaje. WanSol lo leía sin parar, ya llevaba media hora esperando y su "conejito" aún no llegaba. Tenía seis meses hablando con él y al fin se iban a conocer.

WanSol era heterosexual, pero no pudo evitar masturbarse cuando aquel misterioso chico le envió una foto de su tarsero luego de haber hecho match con él en una página de citas. Y es que "y0urb4by" tenía como foto de perfil su silueta a contraluz, no se le veía el rostro pero su figura era perfecta, parecía que se trataba de una mujer con cabello corto.

Luego de eso, el chico se mantuvo enviando audios gimiendo, fotografías de su pene o trasero, usualmente usando un traje de conejito para adornar su blanca piel. WanSol se moría de ganas por tomarlo entre sus brazos, "y0urb4aby" era caliente, el misterio que lo envolvía solo lo prendía más.

Su celular vibró en su bolsillo, sonrió al ver el nombre de su cita en la pantalla, pero la sonrisa se borró cuando abrió el mensaje. Había adjuntando un vídeo junto con la frase "eres tú?", y al abrirlo reconoció su voz riendo mientras grababa lo que parecía el trasero de un niño, quién lloraba y gritaba.

Las luces de la escuela empezaron a apagarse una por una, Wansol miró a su alrededor, en los altavoces comenzó a sonar el vídeo, el pánico inundó su cuerpo y comenzó a correr. Entro al baño más cercano buscando silencio.

—Esto no está pasando, estoy alucinando—. Dijo tratando de convencerse de que sus nervios lo hicieron alucinar. Se acercó al lavabo para mojarse la cara y tratar de controlarse, pero apenas mojó su cara, la luces volvieron a apagarse.

—No respondiste mi pregunta—escuchó una segunda voz detrás de él, por el espejo vio como una de las puertas de los cubículos se abrió y una misteriosa silueta salía de ahí.— Te pregunte, si eras tú quién grabó ese vídeo.

Las luces volvieron a prenderse, revelando la identidad de aquel chico que sostenía un bate de béisbol.

—¿Qué...haces aquí?

—¡Te pregunté si fuiste tú quién grabó el vídeo!—gritó golpeando la puerta tan fuerte que WanSol brincó del miedo.

—¡No! No fui yo.

—Respuesta incorrecta.

Golpeó con fuerza su rodilla ocasionando que WanSol se doblará del dolor, fue cuando se dio cuenta que aquél bate era de metal. Entre gritos sentía como los golpes seguían magullando su cuerpo.

—Te gusta ver el sufrimiento de un niño ¿verdad?

—¡No, por favor!

—Sabes que eso no servirá. Aprendí que por más que supliques, los malos jamás te soltaran, a menos que se aburran de ti o estés muerto. Y yo no te soltaré hasta que mueras.

—¡Yo no hice nada! ¡Piedad!

—Mentir será peor que confesar—suspiró.— Ahora, antes de terminar contigo, me aseguraré de que jamás vuelvas a disfrutar el sufrimiento de los demás.

WanSol se arrastró tratando de huir en cuanto vio al chico sacando un filoso cuchillo de su mochila. Lo jalo del hombro girando su cuerpo, WanSol lloraba, gritó con dolor al sentir el cuchillo clavándose en su córnea, trató de moverse pero el cuerpo sobre él se lo impedía, y de pronto sintió como su pantalones se mojaban y el calor se expandía, pero no como él se había imaginado que pasaría esa noche, en lugar de un orgasmo, se había orinado.

—Ugh ¡arruinaste mi pantalón! —abofeteó su rostro y terminó de arrancar el segundo ojo. —¿Así que quieres usar el baño ¡Bien!

Lo tomó por el cabello y lo arrastró al último cubículo, sumergiendo su cabeza en el inodoro un par de veces mientras WanSol gritaba y pataleaba.

El asesino del olvido || ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora