Recuerdo
lo coqueto que eras.Recuerdo muy bien cuando abriste mi alma,
la partiste en dos,
en tres,
en mil.Y sin decir nada te llevaste un pedacito en el bolsillo, lo trataste cual souvenir.
Dijiste que te gustó
(y yo jamás le había gustado tanto a alguien)
Que volverías al día siguiente,
rogabas por más.
Te dije que no.
Pero tus grietas sobresalían y
brillaban del dolor.
Yo casi lloraba de angustia.<Poquito nada más>
-siempre yo tan complaciente-
Lo hiciste de nuevo, sonreíste tan lindo.
Mi corazón saltaba, en el fondo yo sabía.
Eras a quién esperaba
a quién
no podía negarme nunca.Te amaba.
Removiste las mariposas.
No me hacías vomitarlas.Y así, todos los días por 26 meses robando pedacitos de mí.
Desgastando mis bordes.
Haciéndome sufrir, amar y doler.Me hiciste diferente y te fuiste.
Pero todavía te anhelo
aunque ya no sepa a nada
ni tenga mucho que ofrecer.Acá sigo
echando raíces en tu recuerdo,
esperando a que vuelvas.Sigo soñando
esperando a abrazarte y querer que dure para siempre.Los fantasmas aún me atormentan.
Mis poemas gritan tu nombre
y pronunciarlo duele tanto como
tu voz pinchándome la piel.