" de luque y doblas asistían a la misma escuela, mismo grupo de amigos, el mismo pueblo, pero no eran cercanos en absoluto hasta que los pétalos van cayendo. "
₍ᐢ › #!datos ‹ ᐢ₎
ᜊ esta historia está escrita desde 2021, perdón si hay algún error or...
La mañana siguiente fue tensa para los tres chicos, intentaban disimularlo lo mejor posible para verse relajados y hablar con tranquilidad. Cada uno estaba por su cuenta para no levantar sospechas de que estuvieran juntos, en las cámaras eran tres jovenes y podría ser una sospecha grande que ambos justo tuvieran una falta en las últimas dos clases.
Doblas caminó por los largos y llenos pasillos en camino a su clase de historia; seria una putada con ese proyecto.
Entro a esas cuatro paredes nervioso, se escuchaban murmullos, risas, carcajadas, y conversaciones de sus compañeros. Viaja su mirada por toda la habitación en busca de uno de sus amigos pero falla soltando un suspiro, pero un brazo rodeando su cuello lo hizo sobre saltarse en su lugar. Desvío la mirada rápidamente a su lado derecho observando al castaño con las puntas teñidas sorprendiendose.
─ Pero bueno, Auron, ¿que te pasó? ─. Preguntó obviamente hablando de su cabello mientras lo observaba, este le dedico una sonrisa ladina.
─ Luzu me dio la idea de teñirme, que me quedaría estupendo ─. Contesta cerrando sus ojos con confianza deslizando su mano entre sus cabellos.
─ Hay que admitir que el amarillo es tu color eh, te sienta bien ─. Halaga y ambos se sueltan a reir. Se dirigen hasta sus asientos asignados, pero Rubén se sienta sobre el escritorio dejando sus pies en el asiento mientras Auron se sentaba en su silla
Platicaron incluso como si nadie estuviera en esa habitación sin preocuparse si alguien los miraba extraño o burlaba. El mayor de ambos se relajo en la su silla quedando casi recosgado en su asiento, si no tuviera respaldo, mirando al teñido que toma aire tranquilamente.
─ ¿Cómo vas con el trabajo tú? ─. Pregunta llamando la atencion de su amigo que ahora tenia el skate en sus piernas y arreglaba algo al parecer, quién ahora le miraba atento.─ Yo avancé un poco, aunque me tomo una media hora escribir un párrafo que tuviera sentido y diga 'interesante sabe de lo que habla wow!'
─ Joder tío, yo ni he visto a Vegetta desde que quedamos en eso. Pero Luzu se las arreglo para hacerme aceptar, otra vez ─. Se quejo observando al ojos miel quién había comenzando a reir y carcajearse en su sitio.
─ Bueno, nos irá peor si no lo hacemos
El castaño pasó su mirada por el costado del teñido cuando algo llamo su atención, dejando a su vista al pelinegro de ojos morados que recién llegaba al aula de clases y ante su acción, no disimulada, Rubius voltea por instinto y curiosidad a lo que su amigo miraba. Cuando volvió la vista al castaño teñido después de apreciar a Vegetta, se quejo en voz baja.
─ Ojalá no venga para acá.
─ Deberías rezar que esta mirando hacia acá ─ Contesta mirando a Vegetta un momento, antes de volverlo a ver.
─ ¿Estás bobo o qué? ¡no! ─ Bufa.
Auron levantó una ceja mirandolo y se percató que Borja había entrado al aula y Vegetta venía hacia ellos. Se puso de pie y susurró al rubio con una sonrisa, antes de alejarse. ─ Suerte, tengo que enseñarle mi nuevo cabello a Luzu
Rubén le miro perplejo e incredulo, le quería gritar pero una voz detrás suya le hizo sentirse más nervioso con un escalofrio recorrer su piel y sabía que no tendría escapatoria.
─ Doblas, buenos días
─ Hola, Vegetta ─ Contesta tragando saliva y girandose hacía él, viendo como se sentaba en su asiento y dejaba su mochila a un costado.
El mayor le dio una media sonrisa, era incómodo para ambos, porque no solo se llenaban mal.
Era el porque se llenaban mal.
Para la suerte de ambos, la clase comenzó pocos segundos. Solo hablaron del trabajo y nada más, lograron avanzar un poco haciendo que Vegetta se sitiera más calmado respecto al trabajo. Pero no muy cómodo, asi que pidió a Rubén si podrían verse en la libreria del segundo piso hoy para avanzar más y así terminar más pronto. Rubén acepto, no podia negarse igual.
Si lo pensaba, entre más se vieran para hacer el trabajo, más rápido se dejaban de hablar. De pronto sintió un poco de revuelo con ese pensamiento haciendo que presione sus labios, intentando ignorarlo.
La campana se escucho por la escuela una vez habían guardado sus cosas, rápidamente fue a comprar una chuche para comer mientras hacía la parte de su trabajo. Termino por comprar un chocolate y se fue en camino a la libreria donde habia quedado con De Luque, se puso a pensar en el camino en los viejos tiempos que habia compartido con él y le hizo sonrojarse un poco, entonces acelero el paso.
Cruzo por la sala de administración y pronto se sintio nervioso, como su la mirada de las trabajadoras allí supieran lo que hizo y que era él, el responsable. Presiono sus labios y mordio su chocolate subiendo a las escaleras justo después de la oficina. Se movió rápido por el pasillo hasta ver a las dos grandds puertas de madera, empujo y comenzona buscar a Vegetta.
Hace mucho no habia puesto un pie en la biblioteca, no desde que no podía jugar al Lol, y desde que la maestra no los traia cada lunes a tomar un libro para leer toda la semana. Suspiro y se movió más a dentro hasta que pudo apreciar una cabellera negra, se acerco hasta él y le dedico una mirada de pocos amigos dejando su mochila sobre la mesa.
─ Bien, ¿que quieres continuar? ─ Pregunta cansado, preferia en parte estar con sus amigos haciendo tonterias que estar en una biblioteca haciendo una tarea con Vegetta.
─ Solo buscaremos un poco de la información que dejamos escrita, mañana por la clase escribiremos el resto y solo quedaria importar todo en uno. ─ Respondió a su pregunta tranquilo y con ese tono de voz cuando que usa cuando sabe lo que hace. Asiente como su respuesta y se sienta a su lado, sacando una libreta y lápiz.
<3
Habían pasado una mediante hora en silencio escribiendo y buscando información, solo podían escuchar el teclado, lápices, respiraciones, y la suave música del lugar. Quitando a otros estudiantes andando por alli también, haciendo tareas o leyendo. Lograron hacer más progreso de lo que Samuel hubiera pensado y eso le sorprendio bastante.
─ Oye Vegetta.
─ Dime, Doblas.
Rubén sintió sus manos sudar por un momento y relamio sus labios.
─ ¿Realmente te caigo mal?
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