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Pasábamos al parque del pueblo cerca del colegio con muchos animales y mucha gente como de costumbre. Me transmitía mucha paz aquel parque, no se que tiene de especial pero cuando entro en el me entra una sensación de amor y a la misma vez desesperación, como si algo tratase de que yo viera algo, ¿Es raro cierto? Pues siempre me pasa.

A mi madre le gustaba observar los patos y las palomas sentada en un banco cerca de allí y aveces le dábamos de comer a casi todos los animales que nos íbamos encontrando por el camino. Era la mejor sensación, ver a mi mamá sonreír y disfrutar de la vida eso sí que era una sensación amorosa, pero cuando está en casa todo cambia, se le borra la sonrisa de la cara y se vuelve muy fría, es como si entrara a un portal oscuro y se congelara en su pasado.

No me gustaba para nada pero para nada verla así, todos seguro que si vemos a nuestras madres así, nos pondríamos triste, da la casualidad que mi padre decía todo lo contrario. Padre nunca cambiaba su forma de ser, siempre era el mismo hipócrita y borracho, me duele describirlo así pero es la realidad.

Tiempo después me di cuenta que madre no podía hacer ella todo sola, limpiar ; cocinar; llevarnos al colegio; comprar; pasearnos entre otras cosas. Padre nunca la ayudaba, siempre se quedaba tirado en el sofá viendo la tele y con la excusa de que le duele la cabeza mientras yo veía todo el maldito sufrimiento de mi madre. Entonces decidí ayudarla en las tareas de las casas para que sea más fácil y no se agobie como siempre, pero le veía a el que me vigilaba con seguimiento, cada vez que ayudaba a mi madre limpiar o cocinar siempre me observaba con esa mirada sucia y desagradable.

¿Que hay de mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora