𝐌𝐚𝐭𝐢𝐧𝐠

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Advertencia: Lectura para mayores de 18 años en adelante, contiene temas de violencia situaciones de tema erótico y alto contenido sexual. Lenguaje ofensivo y vulgar.

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El Bosque: Capítulo III: Mating

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"Mi dulce conejita ¿adónde iremos tú y yo?"

Dipper se había despertado temprano algo adormilado, tuvo que desperezarse tallándose sus ojos y estirándose. No quería abandonar la cama y el calor que le proveía su hermana, más un aroma un poco molesto le irritaba sus fosas nasales, lo embriagaba y lo volvía atontado. Se abofeteo y decidió salir de la cama cuando noto el problema, fue a buscar a su amiga Pacifica para que lo ayudara.

Era un conejo macho y lo más seguro que su única pareja seria su mejor amiga de la infancia, más si no era la primera vez que lo hacían.

Abandono la habitación de su gemela y se retiró a la suya que compartía con los demás. En cambio Mabel se quedó profundamente dormida con una sonrisa en su rostro, sin importarle que su hermano se hubiera ido.

Dipper camino por el pasillo de las literas hasta llegar a la de la coneja rubia, arrodillándose y destapando la cobija de su rostro antes de colocar besos en sus pómulos y en su quijada.

La coneja rubia lanzo un bostezo y se removió en su litera tratando de evitar los besos húmedos, más no conto que el conejo castaño se subiera encima de ella abriendo la cobija y colocándola debajo de ellos. Siendo atrapada por el peso del adolescente.

- - D-Dipper... ummm – soltó un murmullo al sentir las manos del chico bajar sus pantaloncillos de la pijama junto con sus bragas. – Están... dormidos.

- - Estoy excitado – Menciono con voz ronca. – Vamos amor... solo un poco. – besando su cuello lechoso con mucho deseo. – Quiero acabar dentro de ti.

- - Yo también quiero – Atrayendo su rostro con sus manos para colocar un beso apasionado en sus labios. – Quiero hacerlo, pero si hacemos mucho ruido despertaremos a los demás.

- - Shh... seré cuidadoso – Bajándose sus pantalones y parte de su bóxer, mientras sacaba su miembro erguido y rosado. Guiándolo a los pliegues humedecidos y pronto lubricados de la coneja rubia. Se hundió lentamente disfrutando de la calidez de su compañera. – Oh cielos... es tan bueno sentirte.

- - Ahh... - La chica se tapó su boca antes de soltar una risita. – Dipper... no te muevas mucho.

- - Quiero preñarte – Moviendo sus caderas a un ritmo lento el cual escuchaba a su compañera gemir cerca de su oído.

- - Sí... sí... quiero quedar embarazada y tener bebés – Enrollo sus piernas en sus caderas, sintiendo la cola felpuda de conejo. – Ahh... ahh... D-Dipper – Moviendo sus caderas a su entrepierna. – Lame mis senos, ellas necesitan atención.

Levanto su camiseta al punto de enterrar su rostro en su pecho lamiendo aquellos montículos blandos. Chupando de sus pezones y masajeándolos, mientras aumentaban sus embestidas un poco más rápidas provocando el chirrido de los resortes del colchón.

- - Dipper... Dipper baja el ritmo. - Dijo la chica en medio del éxtasis de sus gemidos. – La cama está sonando mucho.

- - Lo sé... - Soltando sus senos que botaban con el compás de sus embestidas, su miembro se había hinchado dentro suyo anclándose evitando que saliera. – Pacifica... ahh – Colocando su peso en la chica.

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