En la sexta noche, Jongin lo vio con nuevos ojos. Entendía sin palabras lo que hacía la flauta de Kyungsoo en los niños. La felicidad que prometía, el paraíso al cual corrían. Cuando siguió a Kyungsoo de regreso a casa, se quedaron en la sala.
Kyungsoo hizo comida para Jongin y juntos, se colocaron frente a la chimenea. Jongin lo miró, "Cuéntame una historia."
Kyungsoo rio y miró alrededor, "¿Qué libro quieres escuchar?" "No, no un libro," Jongin respondió, "Una historia. Una tuya."
Las cejas de Kyungsoo se alzaron pero por la mirada en Jongin, no podía negarse. Dejó a un lado la comida y se curvó en donde estaba sentado. "De acuerdo. Había una vez, un chico."
Jongin lo miró, afuera la noche siguió en silencio, pero él estaba escuchando cada palabra de Kyungsoo. Porque él sabía sobre quién era esta historia.
"Él había estado solo toda su vida y eso era lo que era," Kyungsoo siguió, "Las personas rogaban para prolongar su visita, algunos rogaban no verlo mientras tenían dolencias. Las personas huían de él, le temían, su trabajo no era fácil."
Jongin se encontró a sí mismo estirando la mano para tocar el brazo de Kyungsoo mientras el chico seguía, "Él se llevaba a todos cuando les llegaba la hora. Ancianos, jóvenes, amantes, multitudes, recién nacidos, apenas cigotos, era su trabajo," Kyungsoo le dijo a Jongin, "Esa es la parte natural de la vida. Cuando escuchas su canción, sabes que es tu turno."
La mano de Jongin descendió para tomar la de Kyungsoo y entendió. Como si el miedo que había estado pendiendo sobre él todo el tiempo estuviera por fin calando en su pecho y una acechadora verdad estaba llegando a él sobre quién era verdaderamente Kyungsoo. Lo que él le había hecho a Taemin.
Kyungsoo miró a Jongin, "Sabes por qué te llevé." No era una pregunta.
Jongin asintió y Kyungsoo inhaló, "Y sabes por qué te necesitaba."
Otra vez, Jongin asintió y Kyungsoo sonrió – aunque era una sonrisa triste.
"La soledad es una emoción humana," Kyungsoo admitió, "Pero incluso yo puedo sentirla," le sonrió a Jongin, "Y aun cuando eres una compañía extraña, sigues siendo una compañía. Pudiste escuchar mi canción pero no pudiste seguir como los niños."
Kyungsoo giró hacia Jongin y descansó una mano en su cintura, inclinándose, "¿Sabes por qué bailan?" preguntó, "¿Sabes lo que soy? ¿Sabes lo que te pasará mañana por la noche?" Jongin perdió el aliento. ¿Cómo es que el otro era tan hermoso aun cuando Jongin sabía lo que era?
"Sí," se encontró susurrando. Aún estaba inclinado. Temblando y con algo de frío y aun así Kyungsoo – a pesar de lo que era – estaba demasiado cálido.
"¿Por qué no huyes?" Kyungsoo preguntó, "¿No tienes miedo?"
Cierto. Jongin había gritado al ver su verdadera forma. Pero no tenía miedo. No ahora que sabía lo que estaba pasando.
"Solo déjame preguntar algo." Jongin susurró, "¿Por qué me llevaste?"
Pero Kyungsoo, aun manteniendo su aura de misterio, solo sonrió, "Eso, pensé que ya era obvio."
Inclinándose primero, Jongin acarició sus labios sobre los de Kyungsoo. Sus párpados se cerraron y cuando sintió sus brazos alrededor de él, lo besó apropiadamente.
Besar a Kyungsoo le quitaba todo el aire en los pulmones y Jongin supo lo que esto era. Colocó a Kyungsoo sobre el suelo y lo siguió, besándolo y ladeando la cabeza para profundizar el beso cuando escuchó a Kyungsoo haciendo un sonido.
Las manos de Kyungsoo estaban en sus prendas y las manos de Jongin ya estaban quitando la ropa de Kyungsoo. Después de todo, si esta sería su última noche, sabía lo que quería hacer. Lo que todo esto significaba. La forma en la que Kyungsoo le había hecho perder el aliento desde la primera noche, la forma en la que parecía ser atraído a él a pesar de siempre saber lo que era Kyungsoo.
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Danse Macabre - KS Traducción
RomansaSummary: Se dice que el llamado del flautista solo puede ser escuchado por los infantes. De ciudad en ciudad, el flautista llega y se lleva a los niños, alejándolos de lo que conocen como seguridad de sus hogares. ¿A dónde los lleva? Nadie lo sabe...