Desperté tal y como Ken me había dejado, en el suelo con sangre seca, con la ropa por todos lados y marcas por todo mi cuerpo, me sentía débil, pesado que incluso levantarme me fue difícil. Llegué al baño y me bañe, comencé a llorar de nuevo, solo sentía el frío del agua chocando con mi cuerpo y como se teñia de rojo.
Ojeras, cabello maltratado, pálido, demasido delgado y solo como lo necesario para el cachorro, ojos caídos, parezco un zombie.
Me miro al espejo y siento repudio a mi cuerpo.
- "Seok Jin eres un estorbo", "cuando harás algo bien omega inútil", "no sirves en nada", "acaso lo que sirves es comestible".
Regresar al pasado, pero no tenía ni un momento feliz, pequeños ratos con su madre son sus momentos más memorables.
- Quiero morir.
Día tras día pasaba, parecían mil años cuando los golpes seguían siendo constantes, cuando los insultos más rompían su corazón, cuando todo aquello se le quedaba grabado y cuando en las noches era tocado de una manera brusca.
Llegaron a la mansion Kim, ambas familias estaban reunidas celebrando quién sabe que festividad ya que jin dejó de salir de casa e incluso le quitaron la televisión, cuando su padre se entero de la hermana de Ken, insulto hasta mas no poder a Jin.
Su madre lo separó de tanta gente y los llevó a lo que era la antigua habitación de Jin, lo sento y miró como su hijo miraba solo un punto fijo sin parpadear, se sentía levemente su aroma amargo pero con los supresores se ocultaba, tocó el hombro de Jin y este le miró.
- madre salveme.... Tengo miedo, quiero huir y alejarme de este infierno. - comienza a llorar -
Su corazón siempre se quebraba al ver a su pequeño cachorro de esa manera, pero ahora fue un impulso más fuerte la que le hizo hablar con seguridad....
// 6 𝑚𝑒𝑠𝑒𝑠 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒𝑠 //
Los días para dar a luz se estaban acercando, Seok Jin estaba nervioso, que incluso no dejaba que nadie se acercara a él, él mismo se protegía dentro de un cuarto apartado sin dejar entrar a su golpeador, ni su madre, Seok Jin su cuerpo comenzó a fortalezerlo sólo por su bebé... Y así estuvo hasta aquel día lluvioso.
Se encontraba bajando las escaleras cuando sintió un líquido espeso comenzó a mojar su pantalón, terminó de bajar la escalera y contrabajo llegó aquel teléfono de casa que tenían.
— ¿Sra. Kim, Quién habla? - se escucha del otro lado del teléfono -
— Mamá... El bebé ya- - una contraccion fuerte hizo que soltara un quejido -
— Jin!! Jin!! Cariño recuestate y haz el trabajo de respiración, estaré ahí en un momento - cuelga -
Yang Mi tan pronto como colgó salió de la mansion y tomo su forma de lobo y comenzó a correr hacia la casa de Jin. Seok Jin deja el teléfono y se recuesta en el sofá tratando de controlar sus respiración, mientras comienza a sentir que algo dentro de él quiere salir, comienza la dilatación y Seok Jin no paraba de llorar, logra quitar su pantalón quedándose con su camisa larga que tenía, para que minutos después el continuará con el trabajo de parto solo; la puerta fue abierta y entra la madre de Jin y mira a su hijo recostado con la cabeza arriba tratando de controlar su respiración, Yang Mi se acerca y ve al pequeño que su hijo sostenía en brazos, era muy hermoso, él bebé estaba tranquilo sintiendo el aroma dulce de Jin, cuando el abrió los ojos le sonrió a su madre.
— felicidades Sra. Kim a tenido un nieto. - sonrie sin fuerzas -
Yang Mi dejo de ver la sonrisa de su hijo desde que lo alejaron de ella e incluso cuando lo veía a veces el ya no le sonreia, verlo así hizo que ella comience a llorar de felicidad y al mismo tiempo de tristeza. Tomó al bebé en brazos y sonrio, dejó a Jin descansar y llevó el bebé a limpiar. Después de un rato, Yang Mi limpio el lugar y ayudo a Jin igual; Jin tomó en brazos a su bebé y tomó sus manitas que estaban cubierta con un guantesito amarillo.
— bienvenido a mi vida, eres tu quien me da a mi esperanza. - sonríe y pega su frente a la de su bebé -
— ¿Ya has pensado en el nombre?
- dice su madre sentándose al lado de él, mientras acaricia con cariño la espalda de su pequeño -— Hoseok, Kim Hoseok. - mira a su madre y sonríe -
— es un hermoso nombre - abraza a su hijo y besa su frente -
Has llegado a mi vida para bendecirme, no creí tenerte pronto, pero ahora con tan solo tenerte cerca se que estaré feliz. Te amo hijo mío.
> Omega <