Capitulo 4

12.1K 606 2
                                    

Todavía recordaba con horror a Joe, el hijo de Daniel, que 14 años antes había hecho todo lo posible por que mi estancia en aquella casa fuera insoportable, y lo consiguió, empezando por reírse de las gafas que por aquel entonces llevaba y llamarme cuatro ojos. Un día me empujó haciendo que cayera en un rosal espinoso y después me llevó a ver a los perros, donde me dejó encerrada advirtiéndome, antes de dejarme sola, que debía estar quieta o se me tirarían al cuello.

Cuando llegué a la mansión de los Smith, estaba agotada y sin ánimos para nada, lo cual no resultaba extraño después de haber tenido que conducir dos horas para llegar puntual a mi cita de por la mañana con Daniel Smith y después de haber pasado todo lo que había sucedido después

Mi intención era dormir en esa casa y al día siguiente, viernes, ir a buscar un apartamento. Acudió a abrirme un mayordomo y después apareció Daniel

- Mich -  dijo Daniel - estaba preocupadísimo por ti ¿Por qué has tardado tanto?

Yo le conté que no había muchas posibilidades de que me admitieran y después el mayordomo me llevo a mi habitación, después de ducharme y cambiarme de ropa baje al comedor, donde me esperaba toda la familia.

- Carol dijo Daniel cuando yo aparecí, dirigiéndose a su esposa - ¿te acuerdas de Michelle?

Yo si recordaba muy bien su carácter frió y desagradable, pero tuve que reconocer que Carol Smith no había perdido su belleza

- Si ¿Cómo no me voy a acordar? - dijo Carol con una falsa sonrisa - ¿Qué tal estas, Michelle?

- Resulta evidente que Michelle está muy, pero que muy bien, mamá - intervino Joe Smith, se levantó de su sillón y pasó su mirada por mi cuerpo sin el menor disimulo. Yo intenté no darme por aludida y acepté el vaso de whisky que Joe me ofrecía. Después me senté en el sofá y Joe no tardó en sentarse a mi lado

- Has cambiado mucho - comentó mirándome de arriba abajo.

- Tú también Joe - extendió el brazo por el sofá, por detrás de mí.

- Si no recuerdo mal - dijo el sonriendo - no nos llevábamos muy bien cuando estuviste aquí de pequeña

- No, la verdad - dirigí una mirada inquieta a Carol, que contemplaba el flirteo de su hijo con absoluta indiferencia

- ¿Y por que no nos llevábamos bien? - insistió Joe.

- Pues no se, no me acuerdo

- Yo si dijo él con una sonrisa. Me porte fatal contigo

Lo miré y me pareció que lo sentía de verdad

- Si, no fuiste muy amable

- Pero tú tampoco te quedaste corta, eras una niña malcriada

- La verdad es que si - admití con una sonrisa

En aquel momento el mayordomo dijo que la cena estaba servida y Joe me ofreció el brazo

- ¿vamos?

Cuando estábamos terminando de cenar el mayordomo apareció en el comedor

- Una llamada telefónica para la señorita Morris. Es el señor Doyle de la compañía Caec

Daniel sonrió satisfecho

- traiga el teléfono a la mesa

La conversación fue breve y yo solo escuché. En cuanto colgué me encontré con la mirada de todos

- Vamos, vamos, cuenta  - me dijo Daniel impaciente.

- Al parecer, un hombre que me atendió después de mi caída debe de tener un amigo muy influyente en Caec. Me han ofrecido un puesto de secretaria que, según dice, me va a la perfección. Mañana mismo tendré una entrevista

Mentiras, Traición y Amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora