Estrellas, constelaciones y planetas

Confesiones de promesas cumplidas y palabras atragantadas

Te veo a lo lejos, respiro tu aliento y se ralentiza el tiempo.
Me pierdo en tu mirada y me arrepiento de no haber dejado las cosas claras.
Porque ahora los dos tenemos las palabras atragantadas, sin poder aguantar las ganas de quedarnos hasta la mañana.
Y porque ahora me di cuenta que te extraño, y también despertarme con vos a mi lado.

Y creo que es momento de confesar mi amor eterno, mi lealtad incondicional y mi enamoramiento enfermo.
Porque después de noches sin dormir y días sin parar de pensar, creo que puedo decir que lo nuestro va de verdad.
Que me abriste tu corazón y me diste una visita sin fecha de caducacion, y que te entregue el mio para que con los dos hagamos una fusión.
Que regalamos tickets gratis para esta función, en la que pasan una película de nuestra historia de amor.
Porque te entregué un libro en blanco y juntos escribimos todas las paginas, porque te entregué una melodía y vos pusiste la magia.
Porque encontré refugio a tu lado, y con mucho orgullo puedo decir, que ya no tengo miedo a quedarme callada, inmersa en un silencio cómodo, con gritos silenciosos y miradas que hablan.
Porque en vos encontré la persona que me complementa, que me roba sonrisas y que me alienta, a ser mejor persona cada dia, a no dejar que me defina una opinión que no sea la mía, a amar sin miedo, a proyectar lo que siento, a adorar en silencio, y a mantener nuestro secreto.
Porque espero que sepas lo importante que sos para mi, porque sé que hay muchos caminos pero todos se reducen a nada, cuando hicimos el nuestro y caminamos sobre tierra dorada.
Porque aunque viví un largo tiempo sin vos, aunque mi vida era normal antes de haber escuchado tu voz, ahora no puedo imaginar un presente en el que no la escuche todo el día, en el que te resbales de mis manos y se perdía la alegría.

Porque te vi de reojo y te entregué la llave del cerrojo.
Y porque lo que realmente te di, fue todo lo que prometí,
y el escrito que ahora estás leyendo, mientras yo voy cayendo,
en un momento eterno.