Capítulo 34 - Crueles.

48 10 4
                                    

Makayla Oriant.

Muy temprano por la mañana desperté, me di una ducha muy rápida, comí algo de comida preparada por la señora Lilian y de inmediato tome transporte y vine al hospital. A las afueras de la habitación de mamá, se encontraban Caleb y Tetsuo, ambos dormidos, de inmediato los desperté y les pedí que fueran a descansar, no sin antes darles una vez más las gracias por quedarse con ella.

Por la madrugada cuando fuimos dejadas en casa de Margot, gracias a Hans, tenía tanto cansancio mental, que me di una ducha, coloque ropa limpia gracias a mi amiga y nos fuimos a dormir. Al principio estaba algo distraída, pero a medida que sentía el acomodo en la cama y la calma que brindaba la casa me quede dormida en algún momento.

En este momento, me encuentro junto a mamá, observándola, aún está muy hinchada, los moretones son muy notorios y se, que muy dolorosos. Una enfermera me informo que muy temprano despertó, pero nuevamente se quedó dormida y eso es bueno para ella, ya que a pesar de que no era tan seguido, las agresiones de papá donde le quitaban el sueño, su cansancio mental de seguro era aún más fuerte y le espantaba el sueño.

Me entretengo en mi móvil, gracias a Dios es domingo y estoy fuera del compromiso de ir a clases. Noto que tengo varios mensajes de Sandy y Neil, de seguro se han enterado de lo ocurrido y procedo a responder a mi chica, le digo donde me encuentro y como van las cosas con mamá. A Neil le deje saber su estado y promete venir en cuanto pueda para estar un momento conmigo y lo vuelvo a repetir, gracias a la vida por este maravilloso grupo de amigos.

– ¿Ma...ky...? –alzo la vista y observo a mamá moverse mientras se queja. – ¿Maky?... ¿Estás bien?

–Sí, si lo estoy mamá –de inmediato tomo su mano y la llevo a mis labios. –Estoy bien, lo estoy...

–Gracias a Dios, hija... –esboza una corta sonrisa, con dificultad abre sus ojos, están muy hinchados y morados. – ¿Dónde has dormido? ¿¡Volviste a casa!? –se altera un poco.

–No, no, por favor mamá, no te alteres, he dormido en casa de mi amiga Margot... –asiente. –Estoy bien, descanse, su hermano mayor y el hermano mayor de Julia se quedaron a pasar la noche aquí pendiente de ti.

–Oh, ¿Le agradeces por mí? –sonrio y asiento. –Makayla, lo siento tanto –con dificultad me mira. –Lamento que llegáramos a esto, yo, lo siento mi amor... –niego, siento ese nudo en mi garganta, lagrimas salen de sus ojos. –Larry no te hizo nada, ¿Verdad? Él, no te hizo nada, dime.

–No me toco ni un pelo mamá, tranquila –y el sollozo brota de sus labios. –Mamá, no llores, no lo hagas.

–Oh Dios Makayla, no sé qué hubiera pasado si Larry te fuera herido amor, yo, no hubiera podido vivir con ello –acaricio su mano, ella aprieta el agarre. –Lo siento, lo siento tanto –limpio mis mejillas, esbozó una sonrisa.

–Lo importante ahora, es que te recuperes, que vuelvas a tu casa, esa que te pertenece y llevar una vida tranquila mamá.

– ¿Lo han capturado? ¿Sabes algo? –niego. – ¿Y si escapo? ¿Si viene por nosotras?

–Lo dudo, es un cobarde –digo con un tono arrogante. –Si se dé algo, te aviso, aunque, de seguro no ha muerto, ya sabes, por el golpe que le di.

–Fue en defensa propia, hija –pero eso me da temor, me da mucho miedo, pensar que pude matarlo. –Tengo sed, Makayla.

–Oh, sí claro –de inmediato tomo el vaso de agua con su sorbete y toma un poco. –Descansa mamá.

–Lo haré, Maky... –me mira fijo. –No te apartes de mí lado.

–Nunca lo haría, mamá.

Conexiones.☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora