Érase una vez, en un mundo moderno, un vampiro solitario que fue maldecido por una bruja malvada hace mil años. Cómo quería volver a vivir una vida normal, buscó la cura para revertir el hechizo en todo el mundo.
Pero para su decepción, nadie, ni...
Es un hermoso día soleado. Su calidez toca mi piel debajo de mis mangas largas negras de malla en mi vestido de encaje negro, combinado con mis tacones de aguja negros.
Las hojas caen sobre las escaleras rocosas. Subí mientras me pongo un mechón de cabello detrás de la oreja. La gente camina delante de mí, detrás de mí y, a veces, a través de mí.
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Al llegar al destino, dejo de caminar y miro hacia arriba para ver la entrada de cierto lugar que me trae muchos recuerdos.
"Bienvenida a casa, Jennie." Me saludé a mi misma, dejando escapar una risa a medias mientras observo el templo Bongeunsa, que una vez fue mi hogar.
Han pasado 10 años desde la última vez que visité este sitió. El lugar ha cambiado drásticamente. El espantoso palacio ahora se ha convertido en un mero templo, un lugar de culto y un lugar turístico.
Todo el mundo está celebrando el día de Buda hoy, pero poco sabían que no es exactamente el día de Buda que están celebrando. Era el día de mi coronación como Reina en este llamado lugar Gangnam. Nadie, ni siquiera las estrellas de arriba, conoce la verdadera historia de este lugar.
En lugar de ser la Reina de todas las naciones, me convertí en un inmortal chupasangre. Renací con colmillos afilados, escleróticas negras como la boca del lobo y venas casi saliendo de mi cara, luciendo como una hija de satanás.
Maté a la gente de la nación, a mis amigos y familiares, convirtiendo la capital en un baño de sangre.
Todo eso sucedió el 27 de mayo de 896 d.C., el día de la coronación. Y ahora, ya es el año 2020 y nadie sabe todavía lo que realmente sucedió aquí, excepto la historia de mi padre.
Odiaba en lo que me he convertido y no podía aceptarlo todo. Odiaba matar gente, pero no puedo detener el impulso de chuparles la vida. Me aíslo, pero los antojos y la agudización de mis sentidos son inútiles.
Traté de suicidarme; arrancarme la cabeza, estacarme el pecho, quemarme y caer del edificio más alto. Intenté todo, pero todavía me despierto con un cuerpo muerto sano y un alma vacía. No hubo escapatoria de esta maldición.
La oscuridad me consumió con el paso del tiempo, llena de odio. Observo cómo evolucionó el mundo, pero no cambia la forma en que veo mi vida. Ser inmortal es devastador.
He estado entrando y saliendo del bar como un humano normal que quiere emborracharse. Dormí con innumerables hombres y mujeres. Convierto a algunos en vampiros, obligándolos a beber mi sangre y sufrir la eternidad conmigo.
