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Prov. Jungkook

Estaba molesto por lo que había pasado en la casa del ruso, aunque no fue una herida de gravedad me molestaba el hecho de que el muy maldito doblara la seguridad, no culpaba a mis amigos, yo debí de imaginarlo ya que en muy poco tiempo habíamos terminado con cuatro de sus casas.

Decidí salir el encierro me estaba matando, quería dejar de pensar en todo y dejar mi mente en blanco. Subí al coche y me dispuse ir al centro de la ciudad a comer en uno de mi restaurante favorito, el hotel The Shilla Seoul tiene todo lo que busco para estar tranquilo, la mejor comida y el mejor ambiente.

Estando en mi mesa, esperando que llegara mi platillo, lo vi entrar, un hermoso joven de cabellera castaña, un cuerpo de tentación y un caminar que me dejo con la boca abierta, no pude quitar la vista de ese hermoso joven.

No tardó mucho en darse cuenta que mi vista esta clavada en él, al verme descubierto no me quedo más que levantar mi copa y realizar una señal de salud, me regalo una hermosa sonrisa que por un momento sentí que mi corazón se detuvo.

Se levanto de su mesa y se dirigió hacia mí, pregunto si podía acompañarme y solo solo asentí con la cabeza ya que no podía emitir ni un sonido ya que me encontraba embobado con su belleza.

-      Buena tarde, mi nombre es Park Jimin, espero y no molestarlo.

Trague grueso antes de contestar, sentía mi boca seca así que tome la cosa y le di un trago.

-      Para nada molestas, es un honor que me acompañe un hombre tan hermoso como tú, mi nombre es Jeon Jungkook.

Por un momento ambos nos quedamos en silencio, perdidos en la mirada uno del otro, era el hombre más hermoso que había visto en mi vida, no sabía que es lo que estaba pasándome, pero me gustaba.

Prov. Jimin

Sali de la oficina después de entregar el sobre con la información de los rusos, esperaba poder trabajan con la policía y el ejercito sin ningún problema. Me preocupaba la situación ya que a lo que note no estaban enterados del verdadero problema en el que estábamos.

Antes de regresar a mi habitación pase al restaurante a comer algo, el viaje desde Busan hasta Seúl había sido cansado y no había probado alimento. Entre y me agrado el ambiente tomé asiento y me perdí en el menú, todo se veía delicioso, después de pedir a la hermosa mesara mi comida sentí una mirada sobre mí, y ahí es donde lo vi.

Un hombre de cabellera negra y unos ojos con una mirada profunda me veían desde el otro extremo del restaurante, tomo su copa y realizo la típica señal de brindis, correspondí la acción, tomé mi copa y me dirigí a su mesa.  Me presente, el permaneció en silencio, tomo un trago a su copa y con su mano me invito a que tomara asiento.

Me perdí en su mirada y pareciera que el en la mía, sus ojos negros, su rostro hermoso, y un cuerpo espectacular, sacudí mi cabeza para ahuyentar esos pensamientos y comenzamos a charlar.

Para mi desgracia el tiempo paso demasiado rápido, le agradecí la compañía y me dispuse a retirarme a mi habitación, se levantó de la mesa y antes de salir me tomo del brazo y me pidió que nos viéramos una vez más, sonreí al ver que sus mejillas estaban un poco ruborizadas y podía sentir que las mías estarían igual, saque una de mis tarjetas y se la entregue.

-      También me gustaría volver a verte, espero tu mensaje.

Sali del restaurante y tome el elevador para ir a mi habitación, no entendía por qué me sentía de esa manera, algo en ese chico llamo mi atención.

Killer InstinctDonde viven las historias. Descúbrelo ahora