Enfermedad.

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Lee WonHo.


WonHo se lavó las manos y se echó un poco de agua fría en la cara. Estaba más caliente que el infierno y no por causa de su enfermedad, si no por Tae, su mejor amigo. Esta noche lo sentía más cerca que nunca, estaba coqueteando abiertamente con él. Se moría de ganas de besarlo, y de hacer lo que toda su vida quiso pero nunca se animó, confesarle sus sentimientos. Tenía pensado hacerlo más temprano en la cena pero él nunca llegó, mientras más lo esperaba más morían sus esperanzas de ser correspondido. Pero hace un momento Tae no le era indiferente incluso parecía que lo deseaba.

Cuando estaban bailando, Tae prácticamente se frotó en él, lo puso a mil, no había forma que no haya sentido su excitación cuando meneaba su culo contra él al ritmo de la música. Si Tae no hubiera ido a buscar algo que se olvidó en su auto, se hubiera corrido allí mismo.

Después de aliviarse, salió del baño en busca de Tae. Qué raro, no estaba en la barra, el lugar donde le dijo que lo espere, tampoco estaba en la pista de baile. Salió de la casa por si seguía afuera, nada, su coche seguía estacionado ahí. Lo llamó a su teléfono, pero no le contestó. Volvió a la casa, lo buscó entre sus amigos, ninguno lo vio. Al otro lado de la pista vio a Jimin besándose con su novio, se acercó a ellos.

—Jimin... —ellos seguían besándose como si el mundo se fuera a perder— ¡JIMIN!

—Hey WonHo, ¿qué pasa? —preguntó desorientado.

—¿No viste a Tae?

—No, no lo vi. ¿Por qué?

—Hace un rato fue a buscar algo en su coche pero ahora no lo encuentro por ningún lado, tampoco contesta mis llamadas —dijo afligido.

—¿Buscaste dentro de la casa?

—No, aún no.

—Búscalo ahí, nosotros vamos a ver las cámaras de seguridad.

—De acuerdo —dijo mientras se alejaba.

Casi salió corriendo a buscarlo, checó todas las habitaciones de la inmensa casa, Tae no estaba por ningún lado. Se secó el sudor de la frente, sentía que era una pérdida de tiempo seguir ahí. Fue hacia el cuarto de seguridad de la casa.

—¡WonHo! —gritó Jimin sorprendido.

—¿Lo encontraste? —preguntó agitado.

—Ehh, no, no encontramos nada —se veía sospechoso.

—¿Qué no me estás diciendo?

—Nada, en serio. Solo… que pareces alterado y Tae se preocuparía mucho por ti si te pasa algo, solo deja que nosotros lo busquemos ¿si? —habló rápidamente.

—Yo no soy ningún invalido que se va a quedar sentado sin hacer nada —dijo acercándose a Jimin.

—Oye cálmate —dijo Yoongi parándose delante de Jimin.

—Lo siento —respiró profundo tratando de calmarse, pero realmente no le gustaba que lo tratasen como un inútil o que le tuvieran lástima por su enfermedad.

—Quizás lo llamaron del hospital por una urgencia —dijo Jimin que seguía detrás de Yoongi.

—No creo, él siempre me avisa en esos casos —negó con la cabeza—. Por eso siento que le pasó algo y estamos perdiendo el tiempo aquí hablando en lugar de seguir buscándolo —dijo frustrado. Su lobo se estaba empezando a alterar porque sentía su necesidad de proteger a Tae.

—Seguro que ya va a aparecer, trata de calmarte, ¿ok? —Jimin trato de moverse pero Yoongi lo seguía protegiendo manteniéndolo detrás de él.

—Me voy a buscarlo. Solo avísame si vuelve o se comunica contigo por favor.

—Está bien —dijo Jimin. Yoongi solo asintió.

Cuando comenzó a alejarse escuchó a Jimin decir "llámalo de nuevo". Era inútil pensó, si Tae no le contestaba a él menos le contestaría a ellos.

Llamó a su personal para que lo busquen en todos los lugares donde Tae trabajaba y que lo mantuvieran informado, también dio órdenes para que lo busquen por toda la ciudad. Condujo por horas buscándolo, también pasó por su casa pero no había nadie ahí.

Se frotó el pecho con una mano, sacó del bolsillo su medicina y se tragó una pastilla, "no por favor" pensó, justo ahora que se sentía bien y que las cosas iban mejorando con Tae, no quería tener una recaída de esa maldita enfermedad que solo afectaba a los alfas puros como él. Era una enfermedad rara que vulgarmente la llamaban la enfermedad de la garra, porque el lobo se ponía violento y desconocía a su mitad humana, la veía como un enemigo y la agredía, atacado sus órganos internos como si su garra los presionara hasta triturarlos. En el caso de WonHo su lobo se ensañó con su corazón. La enfermedad no tenía cura, toda su vida hizo cientos de tratamientos pero ninguno tuvo éxito, lo único que podía hacer era evitar las situaciones de estrés y angustia que era donde el lobo se alteraba y lo atacaba. Porque después de cada ataque su corazón quedaba débil, como si se fuera deteriorando muy rápido, si no se cuidaba, un día el ataque podría ser tan intenso que su corazón dejaría de latir.
El sonido de su teléfono lo sacó de sus pensamientos.

—Hola madre —ella siempre lo llamaba para checarlo.

—Hola mi cielo, ¿cómo estás? —su voz suave y llena de ternura lo ayudó a relajarse un poco. Pero aun así no le quiso decir lo que estaba haciendo, no quería que se preocupara más por él, porque ella sabía lo importante que Tae era para él.

—Estoy bien, pero no te puedo contestar en este momento, más tarde te llamo —antes de cortar le llegó un mensaje de Tae.

Sintió un gran alivio ver que seguía vivo, ya se había imaginado los peores escenarios. Estacionó en la orilla de calle. Cuando abrió los mensajes no podía creer lo que estaba viendo, sus manos comenzaron a temblar.

—No puede ser, esto debe ser una broma —su corazón empezó a latir más rápido.

—¿Bebé qué sucede? —su madre seguía en la llamada.

Le quiso contestar a su madre pero no pudo, solo le salió un grito de dolor, estaba en medio de un ataque, soltó el teléfono y se llevó las dos manos al pecho antes de perder la conciencia.

¿Podrías Amarme?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora