SERENDIPIA (COBRA KAI)

EFÍMERO

MIKE

Al parecer, Tory no estaba teniendo un mal día puesto que aún no regresaba a casa. Por mi parte, me encontraba en mi despacho revisando algún que otro documento, sobre todo, la adopción de los mocosos que tenía a mi cargo. Aún no podía entender, si todo esto era coincidencia o una maldita broma cósmica. Sin embargo, no tenía tiempo que perder, me aseguré de mantener bajo un cajón cerrado con llave toda esa información. Nadie podía enterarse de la verdadera razón por la cual los tenía a cargo, ni los planes que tenía para su futuro.

Solté un suspiro, nostálgico por aquellos tiempos en los que mi única maldita preocupación era seguir respirando por mi cuenta. Nunca me agradó la idea de fumar, solo contaminaba el cuerpo, por no seguir con el resto de efectos perjudiciales que tenía a lo largo del tiempo. No obstante, necesitaba combatir los fantasmas del pasado y pelear no me servía, me levanté de mi escritorio para dirigirme hasta la cocina con el objetivo de tomar una cerveza. Me aseguré de dejar todo bien guardado sin que nadie pudiese descubrir cualquier cosa y cerré con algo de brusquedad. Cuando llegué a la nevera, tomé la más cercana y la abrí con facilidad, para acabar sentándome en el sofá.

Observé la botella de cerveza y solté un resoplido de asco, ni siquiera esto era correcto. Me volví a levantar y agarré varias cervezas más, para lanzarlas en una bolsa y sacarlas de casa. Me acerqué al basurero más próximo y lo lancé con algo de enfado. Retorné a mi casa, pero, las voces de mi pasado solo provocaban escalofríos en mi espina dorsal, que no me agradaban recordar.

––Necesito salir a correr. –– concluí con algo de desespero.

Vestido para la ocasión, decidí tomar una ruta improvisada. Aunque no conocía demasiado la ciudad, sabía que tenía unas horas antes de ir a recoger al mocoso menor. Lo que comenzó siendo un trote normal, se convirtió en una forme de escape de la realidad. La música proveniente de mis airpods entremezclado con mis recuerdos, solo lograron que aumentase mi velocidad.

Por estar tan distraído con mis mierdas, acabé dándome con otra persona, en concreto, un leve golpe en el hombro con el desconocido . Me saqué los airpods con el objetivo de disculparme, al fin y al cabo, yo tenía la culpa.

Levanté mi mirada y sonreí de manera burlesca cuando me di cuenta con quien había chocado. No recordaba su nombre, pero, sabía que estaba con Daniel Larusso.

––No te vi. –– enuncié sin demasiado interés. ––Espero que estés bien.

––¿Qué demonios planeas? –– vociferó con brusquedad.

––¿Acaso no puedo correr por aquí? –– cuestioné con algo de burla. ––No me acuerdo de tu nombre, pero...

––Soy Johnny Lawrence, dirigía Cobra Kai hasta que Kreese me traicionó. ––manifestó con desconfianza. –– Según Danny, tú tampoco eres mejor que él, aún no puedo creer que ...

––No me importa lo que diga tu amiguito. –– le interrumpí con frialdad. ––Tus problemas con esos ancianos no me importan, ya te veré por ahí.

Antes de poder reanudar mi marcha, el tal Lawrence me agarró del brazo. Sin pensarlo demasiado, utilicé mi otra mano libre, para darle un golpe directo y efectivo en el abdomen. El mencionado se dobló por la sorpresa, pero, se recompuso rápidamente y tenía una posición de ataque.

––No me gusta que me toquen. –– le advertí con desprecio. –– Mi problema no es contigo, déjate de paranoias.

––¿Por eso me golpeas? –– cuestionó con sarcasmo.

––Si tú no me tocas, yo tampoco lo haré. –– sentencié con severidad. –– En caso contrario, no esperes que me deje sin hacer nada al respecto.