Par de idiotas

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—¿Por qué parece que siempre odias a los chicos con los que salgo? —Jennie cuestionó a Lalisa.

—No los odio —Lisa respondió a secas evitando mirarla a la cara.

Jennie mantuvo su mirada fija en la rubia, quien estaba sentada en el borde de la cama, con los hombros caídos y los ojos clavados en la alfombra de la habitación que ambas compartían. El dormitorio en la residencia del campus era amplio, podrían estar hasta cuatro personas dentro de cada pieza, pero ambas se sentían cómodas siendo solo dos, pues así tenían mucho más espacio.

—¿Cómo explicas lo de hace un rato? —Jennie siguió interrogándola y Lisa continuaba con la mirada lejos de ella.

No pasaba más de una hora desde que Joseph, el chico con el que he Jennie había estado quedando, fue a la residencia para tomar el almuerzo en compañía de la castaña; cuando él iba a besarla, Lisa derramó "accidentalmente" el jugo sobre sus pantalones.

—Fue un accidente —respondió Lisa.

—Te vi, Lisa, vi la intención en tus ojos —le recriminó —. Siempre pones mala cara cuando estamos juntos, ¿por qué?

Jennie quería entender sus razones.

Lisa dejó salir el aire de sus pulmones en un gran suspiro y volteó a ver a la otra chica con firmeza, aunque Jennie realmente no sabía qué era lo que ella estaba tratando de comunicarle con esa mirada.

—¿Quieres saber por qué? —Lalisa se levantó consiguiendo que su rostro quedara centímetros arriba del de Jennie por la diferencia de altura —. Te diré por qué —sentenció y la más pequeña asintió con la cabeza.

La rubia dio unos pasos al frente, haciendo a Jennie retroceder. Continuaron con el juego de ella se acerca y la otra se aleja; a ese paso terminaríam chocando contra la pared.

Cuando ya no había más lugar para seguir retrocediendo, Jennie se vio acorralada entre el frío muro y los brazos de Lisa que se mantenían a cada lado de su cabeza. Lalisa la observaba fijamente, aproximando su rostro al suyo. Estaban tan cerca que era imposible no sentir la calidez y aroma mentolado de su aliento.

—Estoy jodida, Jennie —dijo cerrando los ojos. Retiró sus dos brazos de los costados de su cabeza, optando por pegarse a su cuerpo y recargar la frente en la pared —. Me enamoré de ti —giró la cara y susurró en su oído.

—¿Qué? —Jennie habló tragando el nudo en su garganta.

La cercanía de Lisa y la confesión tan repentina hizo que Jennie se sintiera nerviosa. Su corazón se descontroló, latiendo precipitadamente, como si estuviera en una intensa sesión de ejercicio cardiovascular.

—Odio tener que verte con alguien más porque sé que nunca podré ser yo a quien tú mires —sus ojos nunca dejaron de ver a los de la castaña —. Y sé que solo somos amigas, pero es que yo haría cualquier cosa por ti.

—No sé que decir —Jennie dijo en voz baja.

—No te preocupes, solo ignora todo lo que acabo de decir, ¿bien? —sus manos rozaron el rostro de Jennie, mientras sus ojos vacíos la miraban y sus labios dibujaban una triste sonrisa.

Lalisa se alejó de Jennie para encaminarse hasta la salida de la habitación.

—No, Lisa, espera...

Jennie corrió de prisa para alcanzarla antes de que sus dedos rodearan el pomo de la puerta, tiró de la manga de su chaqueta y la empujó contra su cama, la que estaba más cerca de ellas; aprisionó su cuerpo debajo del suyo y se besaron, dejando salir todos esos sentimientos que habían estado reteniendo en su interior y expresando con un beso lo que tanto les había estado costando decir en palabras....

A Little More Jenlisa - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora