Capítulo XXII

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Podremos vernos pronto.

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XXII —

Ayudaba a Elena a picar algunas verduras, mientras le contaba lo que Mack me avía dicho que si iría mañana al partido, ella estaba totalmente impresionada sabía que esto pasaría algún día. Mientras reíamos a sus comentarios.

—¡Aún no lo puedo creer cariño!—dijo mientras hecha las verduras.

—Si, fui algo raro. Pero—me interrumpió.

—¿En serio sigues viva?—me miro—por que si fue tú, estaría muerta, en ese momento—sonrió.

—Sentía que me desmallaba, Elena. ¡Por dios!—reclame.

—Vamos cielo, él es un chico lindo—hazlo los hombros.

—Lo es—suspiré.

—¿Y Hades?—preguntó.

—Bueno, es lindo igual, pero, no se.

—¿Te gusta?—se sentó aún lado de mi.

—¡Qué!—la mire— No solo es un amigo—negué.

—Eso decía de tu padre ahora mírame—soltó una risa.

—Vamos Elena.—negué.

—Bien te voy a creer—acaricio mi mejilla.

Ambas reímos, con el comentario. Sabía que Mack me gustaba desde un principio, pero Hades él es algo distinto. Podía ser que si sienta algo por él, o solo es una gran mentira.

—Elena, ya tienes lo que llevarás para la próxima semana—preguntó papá sin despegar su vista del periódico.

—Claro ya tengo todo—respondió.

—¿Y tú Alysa?—pegunto mirándome.

—Ya, tengo todo papá.

—Bien, no quiero que andemos a prisas—mencionó para después seguir con lo suyo.

La cena fue igual, tranquila, preguntas sobre exámenes y todo eso. Mientras papá seguía con su periódico.
La cena se terminó, ayude a Elena a lavar los platos, y subí a la habitación, encendí la luz, para tomar mi libro, me recosté, mientras seguía leyendo mi libro sobre problemas familiares. Pero un ruido apareció en mi ventana.

Me levante de la cama para observar la hora, soltaba dos minutos para las once. Me dirijo hacia la ventana, no se veía nada, solo un pequeña luz roja, muy pequeña. Abrí la ventana para asomar mi cabeza, la pequeña luz venía hacia mi, lentamente, mire para todos lados, la casa de Mack estaba prendida. Mi vista se fue nuevamente asía la luz, cuando pude observar su rostro, dejé salir mi respiración.

—¿Hades?  ¿Que haces aquí?—pegunte.

—Oh, solo venía a ver.

—¿A ver que?—levante una ceja.

—Sobre como te fue, el día que regrésate a casa—saco el humo por su boca.

—Oh, bueno. No paso nada papá no se dio cuenta de eso, pero—pause—este yo—me interrumpió.

—¿Qué pasa Makri?—me miro.

No sabía si decirle, e convivido con él. Pero no es para tenerle mucha confianza, es decir es mi amigo pero, no tanto. Pensé en decirlo o no, él me miraba algo raro, seguía inhalando, el cigarrillo.

Aroma a Diciembre[✔️] EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora