La mierda que acabas de hacer
James iba por el pasillo desatándose el nudo de la corbata desesperadamente, estaba abrumado, nervioso, ¿Qué acaba de pasar?¿Que había echo?¿En que momento se le podía haber pasado por cabeza?
Aunque ya todo se había echado a perder, definitivamente había perdido a Dalia y le dolía pero lo aliviaba, por fin ella iba a poder vivir su vida sin que un niñato irresponsable se la arruinara, y aunque fuera su mundo, ella se merecía a alguien que la hiciera tanto o más feliz de lo que él la hizo.
Iba cabizbajo, sabía que la gente lo miraba, pero a estas alturas le daba igual hasta vio a Snape y ni siquiera hizo el amago de insultarlo. Por primera vez en la vida, James William Potter quería llorar por una chica, pero era la chica más increíble del mundo, y si no podía recuperarla, que menos que llorar su ausencia... ¿Quién iba a quitarle los jerséis o chalecos? O ¿Quién iba a posarse en sus cuernos cuando fueran al bosque?¿Que persona en este planeta iba a quererlo tanto y a valorarlo? Sinceramente, nadie. Nadie se comparaba a Dalia Wilde.
Estaba de camino a su sala común cuando chocó con alguien.
- Mira por donde... — alzó la vista y vio a Sirius sobándose la frente por el golpe — Ah, Sirius... Eres tú
- ¿Quién voy a ser si no? ¿Tu madre? James, estas... ¿Llorando?
- ¿Llorando? Pfff... ¿¡Yo!? Yo que va, debes de estar soñando Black, por cierto, me voy, a... Hacer una cosa, luego te veo, si, eso, luego... Luego
- ¿Vale? — Sirius se alejó un poco pero antes gritó — Pero que sepas que estas raro Potter
James siguió su camino hasta llegar a su cuarto y encerrarse en él, pero no soltó ni una lágrima, ni una sola, no se arrepentía de besar a Lily, esa pelirroja, estaba bastante bien, para una noche.
Eso era lo que realmente dolía, Lily era a corto plazo, Dalia para toda su vida si no fuera un patán.
James era esa clase de chicos que no podían tener una relación seria con alguien, necesitaban volar, solos, en libertad, entrando y saliendo sin preocupaciones, y a Dalia, por mucho que doliera la veía como una atadura al compromiso, una bonita pero tortuosa atadura. Entonces cayó una lágrima, era pesada y dolía como una catarata entera.
Oyó como tocaban a la puerta pero solo se dignó a deshacer su cama, meterse en ella y dejar que quien tuviera que pasar al cuarto pasara
- ¿James? — su voz hizo que estallara del todo — James, tenemos que hablar, no puedes estar huyendo de todos los problemas
- Valerie, por favor, déjalo estar, así esta bien, duele pero está bien — dijo Potter sin ni siquiera soltar un sollozo, no quería que viera a su hermano llorando
- James... — la rubia se sentó en la cama y lo destapó, viendo al moreno echo una bola, compadeciéndose de si mismo — Por Merlín, ven aquí
El chico se sentó en la orilla de la cama, junto a su hermana y la abrazó, y lloró, lloró mucho, como jamás lo había echo, Valerie era la única que lo había visto llorar y así seguiría, las lágrimas arrasaban su cara y dolía, no podía negarlo, a su mente venían una y otra vez recuerdos con su rubia de ravenclaw, aunque ya no era "suya", ya no era nada.
- Ya... Ya ha pasado, vamos a encontrar una solución, como siempre, como un equipo, James
- No te merezco, Val — Potter se aferró mas a su hermana, por mucho que se metiera con ella, por mucho que la molestara o peleara con ella, seguía siendo su mitad y su compañera de bromas, era su apoyo y columna principal, seguía siendo su hermanita pequeña, siempre lo sería
- No digas tonterías, James, solucionaremos esto como siempre, juntos y no te preocupes por Dalia, ella está bien, en realidad, fue la que me dijo que viniera
- Val... La echo mucho de menos, es un vacío en el pecho y como... Como un dolor — dijo James separándose de su hermana y limpiándose los restos de lágrimas con la manga de su chaleco gris — Y eso no lo cambia nadie, ni siquiera Lily, ella no lo llena, y nunca lo va a hacer, yo a Lily no la quiero, me gusta gustarle, pero no la quiero y ahora ella piensa que si y he perdido a la chica de mi vida
- Hermano, lo has echado a perder, si, pero Dalia te sigue queriendo y lo va a seguir haciendo, porque es así, en el fondo es la persona mas creyente en el amor que pueda existir y es que, ella quiere como nadie, aunque la machaquen, siempre está ahí, resistiendo los puñetazos que le da la gente a la que quiere, porque siempre está ahí, por muy mal que lo hayas echo
- Pero...
- James, y se que es difícil, muy difícil, pero intenta coger, levantarte, irte con Sirius, Remus y Peter y reírte y mañana... Mañana ya veremos, pero inténtalo, aunque ya no lo hagas por ti, hazlo por mi, no aguanto verte así de destrozado, las clases ya han terminado y mañana es sábado, así que sal, solo hoy, mañana vengo aquí y hablamos tranquilamente, o donde quieras
- Te quiero mucho, Val, ¿Tu lo sabes no?
- Claro que si, idiota, nos vemos.
La rubia besó en la mejilla a su hermano y se fue por donde vino, Dalia, como siempre, había acertado, estaba destrozado. Como odiaba ver a su hermano así, pero esto se lo había buscado el solito, había cavado su propia tumba.
Valerie salió de la sala común y se dirigió hasta el patio, hasta que unos brazos la arrastraron hasta una esquina.
- Sirius, ¿Qué haces? — dijo la chica riendo
- Shhh — le respondió el pelinegro uniendo sus frentes — Creo que los chicos vienen por ahí, pero es que te había visto y no aguantaba las ganas de darle un beso a mi chica favorita.
Sirius la besó, era un beso tierno, pero poco, eso no era muy Sirius, pronto, el beso se convirtió en algo demandante, necesitado, era un beso con ansia, tal y como era el pelinegro, sus manos recorrían el cuerpo de su chica, quería memorizar cada rincón, cada centímetro de este. Pero estaban en el pasillo, donde cualquiera los podía ver y aunque no les preocuparan la mayoría de los ojos, si que lo hacían unos cuantos de gryffindor.
- Como me jode tener que dejar de besarte — dijo Sirius todavía con la frente pegada a la de Valerie.
- Pues no lo hagas, no quiero que lo hagas, nunca.
- No me lo digas dos veces preciosa.
Y la volvió a besar, era raro, como Sirius necesitaba a Valerie, tanto que hasta para casi respirar, ella era como el tabaco, era adictivo, era calma, era energía, era una descarga eléctrica, era un todo, su todo.
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Lo prometido no siempre es deuda [Sirius Black]
Fanfiction"Te lo prometo James, te juro que no le pondré un dedo encima a tu hermana si así estás mas seguro, de hecho ni siquiera la miraré con otros ojos que no sean los de un amigo"  ̄ ̄ ̄ ̄ Las promesas no siempre se cumplen y este caso no es menos. Valerie e...