Nat
___________________-creo que ya lo sabes pero puede que muera, las cosas empeoran más y más y yo solo veo como todos fingen quererme porque tienen miedo de que muera y de que "les jale las patas" estoy un poco estresada por eso, no me gusta la lastima hacia mi- mis ojos se humedecen más y más mi vista se nubla, tomé una gran bocada de aire- papá si muero ¿estaré contigo?, me haces falta, ya casi no te recuerdo.
El silencio era profundo, el aire pegaba sobre mi rostro, la tierra que rosaba la piel de mis rodillas, mi cabello moviéndose como el aire, el canto de las aves, el ruido de los árboles acariciaba mis oídos, cerré mis ojos esperando tener respuesta de aquella persona que ya no se encontraba en vida.
Había ido al cementerio a visitar la tumba de mi padre, me sentía mal, me sentía sola, solo quería sentir que alguien me escuchaba, sabía que aunque el no estuviera en vida, su energía desprendida de su cuerpo o como ustedes le llaman "Alma" se encontraba entre alguno de los árboles eh incluso hasta el la tierra, quería pensar que aparte de los restos de cuerpo algo más se encontraba.
Aún me encontraba tirada de rodillas en la tierra, con los ojos cerrados y las manos sobre mis brazos haciendo un tipo de abrazo sincero, algo que necesitaba demasiado.
Sentí la brisa del aire acariciar mi mejilla y entonces lo supe.
El estaba ahí y yo estaba con el, las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas sin contenerme, explote entre llanto y lágrimas, estaba cansada, cansada de sentirme así, cansada de una estupida enfermedad, reproches salieron de mi y las lágrimas no paraban, necesitaba sacar toda tristeza que en mi había.
El ruido de mi celular sonando interrumpió mis pensamientos, limpie mis lagrimas y respondí.
-¿Natalia?- era el número de Dan pero una voz femenina.
-Nataly- corregí- ¿Pasa algo con Dan?
-No, para nada, solo es que tu eres su novia y quería hablar contigo-esas palabras se me hacían raras, por un momento pensé que Daniel le había dicho a alguien que hablara.
-claro.
-Soy su madre- al saber que hablaba con la madre de Daniel lo único que hiciera era preocuparme- ¿podemos vernos?
Las cosas pasaban muy rápido, hace unos minutos estaba frente a la tumba de mi padre y ahora me dirigía a un café donde vería a la madrea de Dan por primera vez.
Llegue y la vi, estaba un poco nerviosa, hace poco apenas las cosas con Daniel se habían arreglado y me preocupaba que algo malo le estuviera pasando.
-¿Hola?- la señora volteó a verme, era increíblemente el para nada parecido a Daniel.
-Nataly, vamos, sientate- dijo en un tono muy amable.
A su lado estaba una niña como de 14 años, supuse que era Anne la hermanita de Dan.
-Tu debes ser Anne- le di una gran sonrisa.
Ella afirmó con la cabeza y una ligera sonrisa en la cabeza.
-Daniel, no sabemos que está pasando con el- ella empezó a hablar y me sorprendía todo lo que decía, Daniel siempre aparentaba estar bien ante todo, era aquella persona que no se mostraba débil ante nadie o solo no lo mostraba conmigo.
Fue ahí donde aún más me preocupé por el, por mi novio, por aquel chico que cada día la pasaba mal y yo solo acaparaba su atención por una tonta leucemia.
La idea de que Daniel estuviera mal psicológicamente me aterraba por que yo no podía ayudarlo si el no se dejaba y lo que más enojo me da es que no lo hiciera por que decía que ya tenía demasiado como para agrumarme.
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En esta y mil vidas más
Novela Juveniles un amor adolescente que aunque no se conocían del todo fue creciendo, llenos de promesas y un amor más fuerte que el mundo, a pesar del tiempo juraban amarse más que a su propia vida, hasta que llegaría algo que lo cambiaría de por vida, sin sabe...