Estoy nerviosa. Cada fibra de mi cuerpo lo siente. Por más exhalaciones que hago, la tensión no se reduce.
En todo proceso jurídico, como me mencionó Yuta antes de asistir por tercera vez consecutiva a esta corte, se necesitan, por lo menos, dos testigos directos. Uno por parte del imputado y otro por parte del demandante. Honako no fue el único que se atrevió a involucrar a su socio como cómplice, y además tener el descaro suficiente para continuar encubriéndose mutuamente ante las autoridades. Si en algo había ganado yo en esta tercera batalla en contra de ese hombre, es por el hecho de tener de mi lado a la persona que menos se pudiese esperar. Ryoichi, su propio hijo, fue quién se ofreció a darme su apoyo total y a aportar algo a la teoría de mi caso.
Un día le tomó llegar aquí. Sin titubear al otro lado del teléfono, me aseguró que sabía algo que podría inculpar a mi tío y que no planeaba quedarse callado. Una vez más, confirmé que él era la única persona de esa familia en la que yo podía confiar ciegamente.
Es inmensamente satisfactorio leer las expresiones en los rostros de Honako e Isumi. Ver como sus entrecejos se juntan, sus ojos denotan un asombro indescriptible y una preocupación exquisita para la vista. Mi primo, al momento en el que cruza la mirada con su padre, niega decepcionado con la cabeza, resoplando. El hombre le susurra algo que no alcanzo a comprender, pero noto que le está reclamando por su atrevimiento.
ㅡKita Ryoichi, me gustaría saber qué lugar tiene usted en la familia del señor Honako y de la señorita NanamiㅡRyota solicita.
ㅡSoy el primo de Nanami y el hijo de este... hombreㅡ pronuncia lo último con desprecio.
ㅡ¿Puede compartir lo que sabe acerca de los delitos de su padre?
ㅡTenía quince años cuando él y su socio abrieron una inmobiliaria. El proceso fue tan rápido que en poco tiempo ya se estaban instalando a las afueras de la ciudad. Invertían fajos de billetes para la construcción de las casas y las ofrecían como si fueran las mejores ofertas del país. Desde que eso sucedió, él dejó de prestarle atención al directivo del despacho de abogados, donde él trabajaba como una de las cabezas principales. El señor Sagiyama siempre estaba en nuestra casa, pasaban tardes y noches enteras contando su dinero y hablando de "lo bien" que iban las cosas.
>>Cuando escuché a mi padre decir que la gente que compraba sus inmuebles era demasiado "ingenua", fue cuando noté que no estaba haciendo algo correcto como decía. En ese entonces mi tío Nobuo, el padre de Nanami, estaba atravesando por problemas económicos muy grandes y debido a la condición en la que estaba mi tía Nozomi, se vio obligado a renunciar a muchos de sus bienes materiales. Mi padre le ofreció vender su casa, para que pudiera pagar la cuota del hospital apenas se recuperara de dinero. Sin embargo, se benefició de ello. Él, junto a su falso notario, se burlaban de sus víctimas, entre todas ellas, estaba mi tío.
ESTÁS LEYENDO
arôme de rose » nakamoto yuta, lee jeno
Fanfic❝Tu aroma se disipó en el aire, tus mentiras ahora solo son ecos que resuenan en mis oídos, y las huellas de tus dedos, lejos de yacer simplemente en mi piel, ahora solo se aferran con fuerza, quemándome.❞ S E G U N D O L I B R O Kita Nanami ya n...