Un proceso insólito: "Quererte"

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Estoy a punto de embarcarme es un proceso insólito: “Quererte”. Porque “querer” a menudo se trataba de mí.

Mis actos e ideas más temperamentales, más apasionadas y negligentes surgían de un narcicismo que no había superado. Y nunca se trataba de la otra persona más que de mí.

Ahora percatado de mis errores, estando, incorporando mi pasado y siendo consciente de mis acciones. Puedo decirte que acepto las condiciones aparentemente típicas de un cortejo sano: “Conocerte” “conocerte a ti” “conocerte tal cuál eres” sin idealizaciones, sin trampa.

Estoy decidido a destinar una labor racional a tu persona, exclusivamente.

Anticipando la espera y asumiéndola como un partícipe de la consigna hacia ti.

Mi amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora