la comida de perro es deliciosa

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nadie me entiende, siempre siento como si me estuviera muriendo de hambre y no importa cuanto coma, olvídalo, no me entenderías ¿no?. 


me gustaría recordar cuando fue que empezó.. ¡ya lo recordé!, ¡ya lo recordé! fue aquella ves ¡si!, aquel recuerdo viene a mi mente con una claridad muy clara debo debo decir, casi como si hubiese sido Aller. en aquel tiempo yo era un niño, un niño risueño muy mamero y muy estúpido niño, sep.

en aquel entonces la comida era escasa, eran muy normales las hambrunas por lo que se hizo una costumbre la idea de que cuando había comida ¡había que devorar!, pero incluso con estas costumbres a mi me llamaban "egoísta", ¿Qué tiene de egoísta querer comer un poco? , ustedes son los egoístas en todo caso ¡decían que era tan egoísta que no podría comer mas en la misma mesa que ellos!, que egoístas y fruto de ese egoísmo es lo que me hacia tener que salir a buscar algo de comer por mi cuenta.

atracaba para comer y mucho, esos días comí de todo, comí.. tomates, uvas, galletas, y lo que te puedas imaginar pero mi estomago nunca se llenaba al contrario parecía que me estaba muriendo de hambre y que cada día necesitaba tragar mas y mas.

en una de mis atracadas fui llevado retenido por un policía, por que al parecer los del pueblo se quejaron de mi mala conducta, el policía me encerró se le veía enojado.. esos días simplemente fueron un infierno. 

no solo era golpeado cada día por el vigilante tambien no me daban de comer y además todo era aburrido en aquel encierro lo único que se podía hacer era aplastar cucarachas o mirar para fuera atreves de las rejas que por cierto !lo de aplastar cucarachas era mi juego favorito¡.

un día de esos en la celda empecé a sentir que ya no daba mas del hambre que tenia y empecé a llorar y a patalear como lo aria cualquier niño por que realmente sentía que me estaba muriendo y al ver que nadie respondía me puse peor pero por suerte mis llantos fueron detenidos por los ladridos de el perro policial y el olor de la comida balanceada que el perro masticaba alegremente, entonces desesperado pase mi mano por la reja intentando alcanzar el bowl con comida pero simplemente recibí una mordida espantosa de parte del canino pero por suerte logre agarrar un poco de balanceado, la comida tenia pelos y saliva de perro pero fue lo mejor que nunca probé. 

y desde ahí solo empeore, y empeore, y empeore hasta el día de hoy..  

¡que cerdo que soy! ¿no?





















historias cortasWhere stories live. Discover now