unico

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—¡Hey, Lix! —me acerqué a ti—. Mira, hice mi tarea pensando en ti.

Te mostré mi cuaderno de matemáticas, en él claramente se podía ver un gran corazón.

—¡Oh! ¿Enserió? Que lindo —me dedicaste una bella sonrisa y por fin pensé que estaba funcionando—. Emm... yo... ¿Podrías prestármela? Es que no la hice.

Te miré sin expresión, luego reí pensando que era broma, pero tu rostro confundido me dijo lo contrario.

—Si no la quieres compartir esta bien... —suspire y abrí el cuaderno en otra página para entregárselo— ¡Gracias Hyunnie!

¿Cuándo te darás cuenta?




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—¡Hey, Lix! Te compré una pulsera —te mostré la pulsera la cual tenía escrito I love you.

—¡Oh que lindo Hyunnie! Nunca me la quitaré —mis ojos se iluminaron y mi corazón se aceleró—. ¡Es la mejor pulsera de mejores amigos!

Me fuerce a sonreír y me cuestione si estaba haciendo algo mal.



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—¡Hey, Lix! Escucha, esta canción me gusta mucho —sin que pudiera decir algo más le coloque los audífonos y reproducí la canción Sorry, I love you de un grupo llamado Stray kids.

Miré atento tu reacción, tenías que reaccionar, era demasiado obvio.

—Es... hermosa... mucho, ¿Cómo se llama el grupo? ¡Necesito stanearlos ya!

¿Esto es un castigo por ser Gay?






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—Mira Hyunnie, Dahyun me regaló un postre, se ve delicioso ¿Quieres... ¡Hyunnie que haces!

Un postre con forma de corazón, ¿Acaso, realmente no te dabas cuenta?

—Hyunnie... ¡No debiste comértelo! —lo miré mal, la verdad estaba celoso, muy celoso— no te enojes Hyunnie, ¿Qué pasa contigo?... Espera un momento...

Formaste un puchero y miraste a otro lado, solías hacerlo cuando pensabas mucho en algo.

Derrepente tu rostro se iluminó y me miraste con una sonrisa burlona.

—Hyunnie... ¿Te gusta Dahyun?

¿Acaso eres ciego? ¡Tú! ¡Tú me gustas!

No te respondí y me fui, el resto del día me estuviste siguiendo mientras decías que no estaba mal que me gustara ella.



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—¡Hey, Lix! Debo contarte algo...

—Claro Hyunnie, cuéntame —tu sonrisa me hizo sentir más tranquilo y decidí que era el momento perfecto.

—Verás Lix... iré al grano, ay alguien que me gusta...

Tu chillido me pregunto y empezaste a saltar de un lado a otro.

—¡Lo sabía! ¡Lo sabía! ¡Debes decirle!

—¿Estás seguro...?

—¡Claro! ¡Y si dice que no la golpearé!

—Talvez no sea una chica... —me miraste por unos segundos y luego sonreíste para abrazarme.

—No importa Hyunnie... tu orientación no cambiara nuestra amistad —quise llorar por tus palabras, pues tenía miedo a tu reacción, o que te alejaras de mí.

Cuando nos separamos del abrazo tomé más valentía y me decidí.

—Está bien... ¡Lo haré! —tomé aire y te miré fijo—. ¡Me gustas!

Tu rostro fue indescifrable para mí, pero tu risa me confundió.

—¡Exacto así debes decirle!

—¿Es una broma?

—No es una broma Hyunnie, enserió te salió bien —me sonreíste, pero esta vez no me sentí bien.

—¡Tú! ¡Tú me gustas! —levantaste tus pulgares en forma de aprobación y yo sentí mis ojos arder—. No estás entendiendo Lix, Tú, tú Lix, tú me gustas.

—Oh... él también se llama Félix... eso será incómodo, pero-

No te deje terminar y bese tus labios para que por fin entendieras lo que quería decirte.

—Y-yo...

No te mire, solo me aleje mientras sentía las lágrimas bajar por mis mejillas.

Salí por el portón de la institución y monte mi bicicleta.

—¡Hyunjin! ¡Espera! —me quedé quieto hasta que te vi frente a mí— Lo que dijiste... lo del beso... ¿Es enserió?

Comencé a pedalear dispuesto a irme cuando sentí como me detenías y ne abrazadas, ocultando tu rostro en mi pecho.

No entendí lo que hacías, pero me preocupe cuando escuche como sollozabas.

—Pensé que estaba loco, q-que todo lo inventaba, e-el corazón, la c-canción, l-la pulsera, i-incluso l-los celos— sentí tus pequeñas manos apretar mi camisa y levantaste un poco la vista, dejando ver tus lágrimas—. N-no quería ilusionarme, c-como alguien como tú gustaría de m-mi.

Levante tu rostro con cuidado y bese tus labios mientras limpiaba tus lágrimas.

—Como podrías creer eso... me gustas desde hace tantos años... niño tonto —volví a unir nuestros labios y te subí a la parte trasera de mi bici—. ¿Vamos a mi casa a ver películas?

Te sonreí y asentiste, con algo de miedo quisiste sostenerte de mi torso, tomé tus manos eh hice que me abrazaras.

—Te ves lindo sonrojado, haré que lo estés más seguido— me diste un leve golpe y lo acompañaste con una risa.

Valió la pena.

¡Me gustas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora