Capítulo 28

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Era una tarde tranquila e incluso hermosa para muchas personas. Pero al mismo tiempo, podría ser la más horrible para Izuku, quien se encontraba camino al edificio lejano y abandonado de la ciudad, lugar en donde tiempo atrás saboteó a Shigaraki. Cada paso que daba se sentía más ansioso y nervioso, especialmente por su madre.

Iba solo, bueno, no totalmente. Sus compañeros iban con él discretamente, y le había enviado la dirección de su lugar a Katsuki y aparentemente llegaría pronto. Con cuidado observó el lugar sin notar algo raro, aún. Se adentró y comenzó a caminar lentamente, el punto en donde supuestamente encontraría a su madre era en el último piso, es decir, el sexto.

Entendía a Shigaraki y el porqué quería hacerlo todo tan "divertido".

En el fondo a él también le divertía la situación, pero no le agradaba que fuera su madre la involucrada. En su mano tenía un arma cargada y su particular arma de doble filo. Sus sentidos se agudizaron pero no escuchaba nada más que el sonido de sus propios pasos.

El elevador no funcionaba y ya se le estaban cansando los pies, las escaleras además de ser largas eran de escalón alto, y eso le molestaba.

Lo único funcionable del lugar eran las puertas automáticas, las barras de seguridad y el sistema de seguridad máxima que encerraba a todo el edificio por lo que le había informado Ochako.

Ya estaba en el cuarto piso y le sorprendía no haber encontrado algún obstaculo en su trayecto, temía que fuera una trampa o que no encontraría nada, pero una voz lo hizo sobresaltar y dirigir su mirada a sus espaldas.

- Midoriya.. ha pasado tiempo..

- ¿Shinso? ¿Que haces aquí? No es seguro, debes irte.. - el pecoso no sabía que hacía su viejo amigo ahí pero le importaba más su seguridad, movía sus manos tratando de alejar al pelimorado pero éste no se inmutaba.

- ¿Desde cuando? - Preguntó el ojeroso bastante serio. El pecoso no entendió hasta que cayó en la cuenta de que Shinso, podría ser parte del enemigo.

- ¿Desde cuando qué? - trató de disimular con una sonrisa el pecoso.

- No trates de engañarme.. Daga.. - Izuku pasó saliva para luego dar unos pasos atrás y borrar su alegre expresión. Había notado que el otro tenía el motivo de hablar así que suspiró y se recargó a la pared.

- ¿Que hay con eso?

- Así que es cierto.. te hiciste pasar por muerto.. debería darte un poco de vergüenza ¿No crees?.. - esbozó algo burlón el otro.

- Hablemos de vergüenza cuando te hayas si quiera disculpado con Mei y Denki.. Cuando hayas pagado tu deuda con tu propio padre y cuando dejes de ser tan arrogante..

Ambos chicos se fulminaban con la mirada sabiendo que, en efecto, en ese momento, y quizás desde hace tiempo, habían dejado de ser amigos.

- ¿Querías saber que hago aquí no?

- Creo que no hace falta que me lo digas. Estás aliado con Shigaraki.. pero mi duda es.. ¿A costa de qué? ¿Qué recibes a cambio? Por los años en que fuimos amigos no me gustaría lastimarte.. ahora solo me importa mi madre y prometo no contenerme si por tu culpa recibe un solo rasguño.. - amenazó el pecoso. El otro tragó saliva, ya que aunque le sorprendía el Izuku que conocía desde hace tanto tiempo fuera tan distinto al que tenía en frente, pero algo era obvio, Daga Verde e Izuku podrían ser la misma persona pero ambos tenían cosas muy distintas y peculiares del otro.

- No vine para pelear.. solo quería hablar.. Si me alié con Shigaraki no fue para pelear contigo, ni mucho menos para hacerle daño a Inko, esa mujer es un ángel. Vine porque quiero que me digas todo respecto a Denki..

RECLUSO (Katsudeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora