Capítulo 59: Sexo

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Aviso de +18,menores de edad fuera, pero si creen soportarlo adelante

La pistola estaba brillando en una radiante luz que dejaba a todos perplejos. Especialmente al disipar la luz se había aparecido una metralleta, tenía un estilo muy parecido a un color luminoso, supongo por mi elemento del sol, pero diría que era demasiado impresionante. 

--¡Me encanta!! ¡Es genial!--Exclamaba Makoto mientras hacía desaparecer el arma igual que Kusanagi, así ellos se quedaron algo sorprendidos, pero Mirai pareció estar algo seria, ¿pasaría algo? 

--Kaede, perdónanos pero tenemos que irnos, hablaremos en otro momento.--Ella miró a sus aliados y al momento entendieron la referencia, pero el único que pareció confundido era el pilar del mar. 

--Suerte entonces.--Me despedí de ellos con la mano mientras los otros desaparecían en diferentes rayos de luz. 

Supongo que iban a hablar con Zeus en alguna reunión, al final el arma era una increíble metralleta de gran calibre. Sin embargo, quien no se había ido era el pilar del mar, Takeru Shinomiya, el cual se había acercado peligrosamente a mi cuerpo y acariciando con sus manos mi culo, en eso no pude evitar soltar un gemido, pero para antes de darme cuenta su rostro había quedado demasiado cerca de mi cara. 

--Te ves preciosa pequeña, una mujer hermosa y fuerte, ruda y amable, tienes de todo y me vuelven locos esos ojos azules celestes.--Terminó de decir con una voz sensual que me hipnotizaba por dentro, pero de pronto sus labios se unieron a los míos en un movimiento fugaz y feroz, más bien me estaba besando sin ser yo consciente de la situación, pero poco a poco cerraba los ojos para sentir el fino aroma a peligro y del que no me podía resistir. 

Poco a poco sentir sus finos labios me hacía querer más de él, la pasión entraba en todo mi ser y poco me podía resistir. Aumentando la tentación abría paso a través de mi lengua, en el que rápidamente accedió y juntaba mucho más mis labios contra los de él a la vez que rodeaba mis brazos sobre su cuello. Su lengua también se activaba sobre mí, por ello teníamos un juego de lenguas del que ninguno quería salir, el uno y la otra manteníamos un movimiento fluido del que se entrelazaban y a través de esa unión se formaba una guerra con una clara dominación por parte mía, aunque la lujuria palpitaba en mi ser, mis pezones se habían vuelto duros y no sé por cuanto tiempo iba a poder contenerme. 

--Eres tan deliciosa… me encanta saborear tu piel…--Sugería en un susurro rompiendo el beso y mordiendo levemente el pómulo de mi oreja y bajando sentí una leve caricia en mi cuello, la cual fue más intensa al incar sus dientes sobre mí. No es que fuera un dolor agudo, sino una excitación de la que no podía salir, necesitaba más. 

El fuego de la pasión calentó mi parte delantera y me estremecí, sentía que iba a morir de las fuertes caricias que me propinaba mi contrario. Pronto se volvieron más intensas y su nariz se apegó contra mi espalda oliendo cada gramo de mi piel, hasta que sentí sus manos deshacer el nudo de mi capa y desabrochar los botones amarillos que sujetaban mi uniforme, por lo que se vio mi sujetador rosado de rayas blancas con un poco de mi piel medio blanca. Pero tampoco decidió quitarla, sino que caminó hasta estar frente a mí y tumbarme contra el suelo estando muy ruborizada, este tipo sí que sabía hacerme temblar de puro placer. 

--No sabes… lo que tengo ganas de hacerte.--Mis manos fueron a su pelo y con eso le obligué a arrodillarlo y encontrarse encima de mí. Como esperaba sus fuertes y grandes manos se dirigieron a mis tetas para tocarlas con suavidad, por eso un leve gemido salió disparado de mis labios. Como sorpresa eso pareció excitarlo, por lo que empezó a masajearlos con más delicadeza y por ello soltaba jadeos con bastante frecuencia, mis dedos tampoco soltaban los rizos de su cabello y lo estiraba al punto de que mi cuerpo pedía a gritos todo el ser de aquel macizo semidiós. 

La Mariposa Cósmica Donde viven las historias. Descúbrelo ahora