Desconocido
— Ya te dije que estoy cerca, sé que puedo descubrirlo sin llegar a ese extremo. —Es demasiado. Esta conversación está haciéndome alzar la voz refunfuñando, en un tono nada propio de mi.
— ¿Cuánto tiempo piensas que tenemos? ¿Toda la vida? Pues no. Me contaste que Marina había descubierto el secreto, entonces necesito pruebas. Sé que la amas y la pones por sobre todas las cosas, he esperado porque te tengo estima y porque sé que te has esforzado y lo has dado todo por este trabajo. — Hace una pequeña y triste pausa. —...incluso cosas que no debiste dar. — Agrega frustrado y sé a lo que se refiere.
Odio saber a qué se refiere.
— Por favor Samuel, un mes, solo un mes más y todo saldrá a la luz, en un mes puedo conseguir la verdad y las pruebas.— Suplico, sé que tiene una debilidad por mí, voy a usarla hasta el final.
— ¡Pero no tenemos un mes!, Máximo tienes dos semanas. — Suspira cansado. Puedo imaginarlo debatirse entre lo que debe hacer y la posición en la que lo pongo.— Si en una semana no logras avanzar tendrás que hablar con ella...a menos que quieras que otro lo haga.— Esa posibilidad me hace apretar los dientes.
Eso jamás puede pasar, ella no será puesta en peligro por nadie. No y no.
— ¡No puedo creer que me estés poniendo en aprietos! ¡No puedes hacerme esto! No puedes contarlo, confié en ti, no puedes, simplemente no...¡Auch!. — Mierda, me he puesto tan nerviosa que me acabo de quemar con la estufa.
—Dos semanas Amelia, no más. Te sugiero que hables con tu hija y le ahorres muchos problemas. — Dice y cuelga.
Esta vez su razón le ha ganado a la estima que me tiene.
Maldito imbécil.
Empujo la comida de la estufa demasiado cansada. Siento mi ceño fruncirse y suspiro para alejarlo.
No pago miles de dólares en tratamientos anti-edad para arruinarlos en un berrinche.
Relajo la mirada y me acomodo el delantal a la silueta. Quiero gritar y aminorar la frustración y el odio que siento, pero jamás lo haré a costa de mi belleza, eso sí que no.
Samuel ha decidido de qué lado ponerse y no es del mío, el muy idiota se ha condenado solo.
Miles de ideas pasan por mi mente, él sabe demasiado y tengo que detenerlo si quiere revelarse. Sucia sabandija, sólo hay un lado correcto aquí y debe creerme, el lado contrario al mío no será el vencedor.
Mi pensamiento se interrumpe cuando escucho la puerta principal abrirse y cerrarse, simulo que estoy demasiado concentrada en la estúpida sartén con la que me acabo de quemar y no en debates ético-legales.
Por no decir, en debates de vida o muerte.
Los pasos se acercan apresurados, no me giro en ningún momento y me limito a tararear la canción que suena en la radio mientras revuelvo el estofado.
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Marina: Lie or Die
Mystery / ThrillerEn el calmo y olvidado suburbio de Reynolds, no hay mucho con lo cual divertirse. ¡Es por eso que la vida de los demás resulta tan atractiva! Respecto a ello ¿No te has dado cuenta? ¡Marina Prescott sí que anda rara! Ya sabes, desde su misteriosa r...