Día 10: Mudarse juntos
Años antes
Todas las parejas tenían una fase donde eran más melosas que de costumbre, ¿no?
Era algo completamente normal en las relaciones y no tenía que avergonzarse por estar siendo más pegajoso de lo usual últimamente, ¿cierto?
Midoriya se repetía como un mantra todo eso, en un banal intento de disminuir su vergüenza mientras, envuelto en los brazos de Hitoshi, veía una película en casa de su pareja.
Shinsou rentaba un piso, propiedad de uno de sus padres, cerca del centro de la ciudad desde que había regresado de Canadá, hacía unos pocos meses. Era un lugar bastante amplio —gracias a que los padres de su novio eran agentes de bienes raíces con ingresos superiores a los que Midoriya vería en toda su vida—, e incluso tenía su propio balcón, pero también era cómodo y tan cálido como un abrigo de peluche y los besos que su novio le daba al despertar después de pasar la noche juntos. A Midoriya le encantaba ir a visitarlo, tirarse con él en un sofá y pasar toda la tarde envueltos en una manta mientras miraban una película y Shinsou le acariciaba el cabello.
El problema era que últimamente, se le hacía cada vez más difícil poner un pie fuera de la calidez de ese departamento. Cada vez, sus despedidas duraban más tiempo y casi siempre, terminaban con Shinsou susurrándole que se quedara a dormir y con él aceptando. Cada vez, más y más prendas suyas ocupaban el guardarropa del de pelo violeta.
No podía evitar preguntarse cómo terminaría todo aquello.
Así como no pudo evitar el aleteo en su pecho cuando Shinsou se movió ligeramente, con una mueca en su rostro que se asemejaba a una sonrisa pero que no lo era del todo, mientras se rascaba la parte trasera de la cabeza en un gesto de nerviosismo que pocas veces había visto en él.
Apenas habían hablado desde que llegó, horas antes, y parecía incapaz de mirarlo a los ojos, desviando continuamente su mirada a cualquier lugar que no fuera el pecoso. Comenzaba a preocuparse.
Por eso, se giró suavemente entre sus brazos.
—Hey —Comenzó, dudoso —¿Todo está bien?
—¿Sí? —Sonó más como una pregunta que como una respuesta, y el pelimorado debió notarlo, porque enseguida se corrigió —. Quiero decir, sí. Claro que sí, Izuku, ¿qué te hace pensar que no?
Claramente no estaba bien.
Podía mirar la forma nada disimulada en que apretaba su mano izquierda en un puño tan tembloroso como el resto de su cuerpo. Si levantaba la mirada, también distinguía la punta de sus orejas rojas.
Se tragó la réplica que moría por soltar, acercándose solo para acariciar el rostro de su pareja.
—Te conozco —Murmuró —. Pero esperare hasta que estés listo para contármelo.
Shinsou se congeló momentáneamente, mirándolo como si Izuku fuera un ser de otro planeta hablando un lenguaje incomprensible para él, pero no se necesitaron más que un par de segundos para que volviera en sí, colocando una mano sobre la de Izuku, frotándose contra ella. Como un gatito, pensó con una sonrisa.
—Gracias —Un tierno beso fue depositado sobre sus labios y entonces volvieron su atención a la pantalla.
Pero Shinsou no dejó de parecer nervioso toda la tarde. Temblaba demasiado, tragaba saliva notablemente cada tres segundos y no dejó de estar tenso en ningún momento.
En algún punto, sus nervios se le contagiaron también a Midoriya y cuando la película terminó y con ello, también llegó la hora de irse, no estaba del todo seguro de cómo actuar.
Se colocó dudativamente el abrigo de lana que había dejado colgado de un perchero y apretó ansiosamente sus manos, mordiéndose el labio inferior.
Shinsou estaba de pie detrás de él, luciendo frustrado y nervioso a partes iguales.
El peliverde levantó la mano en un gesto incomodo;
—N-nos vemos —Iba a acercarse a dejar un beso en sus labios, pero por algún motivo, Shinsou se estaba pasando una mano por el rostro, casi como tratando de obligarse a decir algo y eso lo frenó. Se balanceó suavemente sobre sus pies, esperando.
—Izuku —Pronunció, tan repentinamente que lo hizo sobresaltarse —. ¿P-por qué no te q-quedas?
—¿Eh? —Bueno, esa era su intención en un principio, pero el actuar tan extraño de su novio le hizo desistir de la idea. No pudo evitar suspirar. El alivio de saber que Shinsou también lo quería ahí esa noche le quitó el pesado malestar que molestaba su pecho. Asintió con una sonrisa —. Claro, creo que deje un pijama la última...
—No —Shinsou tenía la punta de sus orejas rojas, y era completamente incapaz de mirarlo a la cara. Las mariposas en el estómago de Izuku no se hicieron esperar, como si le advirtieran que algo estaba a punto de suceder —. No me refiero a esta noche.
—¿E-entonces? ¿No quieres que m-me quede?
—Sí.
—Pero no está noche.
—No —La respiración agitada de su novio comenzaba a causar estragos en su propio cuerpo. La anticipación le estaba revolviendo el estómago —. Q-Quédate... —Murmuró Hitoshi, mirándolo a los ojos por exactamente tres segundos para después fijarse en la puerta detrás de él, su mano derecha rascando la parte posterior de su cabeza de nuevo —. Quédate para s-siempre... —La respiración se le atascó en la garganta. No habría forma de decir quien se sonrojó más después de eso. Las mejillas de Midoriya ardían y era consciente de las de su novio llenándose de calor. Shinsou levantó la mirada con brusquedad —. E-es decir, si tú quieres. S-si quieres p-podemos vivir j-juntos y... Sería más conveniente... Si tú quieres...
—Conveniente —Repitió, medio ido.
—Sí. S-somos novios y... Sería c-conveniente... Es decir, me gustaría que pudiéramos... —Shinsou apretó los ojos y el sonido de piel chocando con piel hizo que Midoriya abriera los suyos todo lo que podía, solo para confirmar que Shinsou se acababa de pegar una bofetada a sí mismo. Lo miró con aprensión, sin saber cómo reaccionar, especialmente por el brillo de determinación que relucía en los orbes violetas —. Izuku, te amo. Y amaría poder despertar a tu lado todos los días de mi vida.
Se perdió.
Izuku no podría explicar todas las emociones que embargaron su cuerpo y mente en ese momento. Vivir con él. Vivir juntos. Irse a la cama envuelto entre sus brazos y despertar a lado de Shinsou todos los días. Que su rostro fuera lo primero que Izuku viera al abrir los ojos. Sintió las lágrimas aparecer.
La calidez en su interior amenazó con volverlo una bola de fuego llorosa. Porque eso, a los oídos de Izuku, sonaba como un sueño hecho realidad.
El silencio se extendió por largos y angustiosos segundos, y justo cuando la voz de Shinsou comenzaba a soltar murmullos sin sentido nuevamente, Izuku se lanzó sobre él, reaccionando después de imaginar cómo sería la vida a su lado.
Lo besó.
Apretó sus labios contra los de su novio y se deleitó con el húmedo sonido que resonó por sus oídos cuando Shinsou finalmente le correspondió. Podía sentir cientos de burbujas estallando en su interior, causándole escalofríos. Su mente se estaba nublando, y tuvo que separarse antes de que se perdiera, porque aún no había respondido a la pregunta de su novio.
Abrió la boca solo lo justo para hablar, sin separar sus parpados;
—Sí —Los jadeos de Shinsou le provocaban cosquillas sobre sus labios, y su propia voz sonaba sin aliento —. Sería muy conveniente.
Pudo sentir más que ver a Shinsou sonreír.
Y él mismo no fue capaz de borrar la sonrisa que tiraba de sus mejillas mientras sentía los brazos del chico enroscándose en su cintura.
Apretó el pelo morado entre sus dedos, dejando que el amor de su vida le robara la respiración en un nuevo beso.
...
Soy un fracaso y volví a atrasarme :(
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31 Pecas [ShinDeku]
Fanfiction#Flufftober Shinsou Hitoshi y Midoriya Izuku son una pareja estable con momentos terriblemente dulces. ... Historias cortas (o no tan cortas) de ShinDeku. AU! Sin quirks Disclaimer: Boku no Hero Academia es una obra escrita e ilustrada por Horiko...