Duelo de mafias - Chaesoo - Jenlisa g!p

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Jisoo necesitaba hablar con Rosé, pues habían acordado ya no más mentiras, así que tenía que decirle lo que estaba pasando, decirle que Seulgi estaba embarazada. Tal vez la perdería para siempre, pero tenía que hablar con la verdad.

- Hola Rosé. - Saludó Jisoo al verla. - Fui a buscarte a la casa hogar  pensé que estarías con los niños

- No tenía muchas ganas de ir

- Necesito hablar contigo, es algo importante

- Yo también tengo que hablar contigo, pasa. - Jisoo entró a su casa

- ¿Sucede algo? - Preguntó Jisoo

- Habíamos dicho que ya no más mentiras Jisoo, volviste a mentirme. - Habló decepcionada. - Ayer vino tu ex prometida a decirme que esta embarazada ¿por qué me lo ocultaste? Debiste casarte con ella, por tu hijo

- No te mentí Rosé, me acabo de enterar hace unos días, no lo sabía te lo juro, de hecho justamente a eso venía, a decirte lo que esta pasando

- Me dijo también que eres hija de un mafioso muy poderoso

- Te juro que te lo iba y decir, solo estaba esperando el momento indicado para hacerlo, es algo delicado

- ¿Qué más me estas ocultando Jisoo?

- Nada Rosie te lo juro, por favor perdóname

- Ya no quiero nada contigo, no quiero seguir con esto, eres una mentirosa

- Pero es que yo...

- Vete por favor, solo vete y se feliz con ella

Días después

Después de haber terminado con Jisoo, Rosé decidió continuar investigando el caso de su padre. Había revisado todo, hablado con muchas personas, amigos y conocidos de su padre y todo apuntaba a que los Kim habían sido los culpables del asesinato de sus padres.

- Esto no puede estarme pasando. - Decía llorando mientras tomaba una fotografía de sus padres. - Me enamoré de la hija del hombre que los asesinó, de quien los arrebató de mi vida. - Estaba hecha una furia y le daba asco el recordar que se había entregado a ella, a la hija del asesino de sus padres. - Juré vengarme y lo voy a cumplir, le voy a dar a Kim donde más le duele

Rosé salió de su casa, subió a su auto y condujo hacia el departamento donde se estaba quedando Jisoo. Era una mezcla de emociones las que sentía en ese momento, estaba cegada por la rabia y el coraje, no pensaba bien y estaba a punto de cometer una locura.

- Hola Rosé. - Saludó Jisoo en cuanto abrió la puerta. - ¿Qué haces aquí? - Rosé entró al departamento sin contestar aún a la pregunta de la mayor. - ¿Qué te pasa? Te veo muy rara

Entre más rápido hiciera eso, mucho mejor. Así que se acercó a ella, la tomó del cuello y comenzó a besarla desesperadamente.

- ¿Esto por qué? - Preguntó Jisoo quién continuaba bastante confundida

Pero Rosé seguía sin contestar a sus preguntas. Llegaron hacia la recamara, Rosé comenzó a quitarle sus prendas dejándola en ropa interior. La rubia continuaba provocandola, está vez metiendo su mano izquierda dentro de los boxers y tocando su miembro haciéndola excitar.

- Rosé espera. - Intentó detenerla pero era imposible. - ¡Detente!

Rosé no hacía caso a sus palabras y continuaba tocándola. La tumbó sobre la cama y frente a ella comenzó a desnudarse, mientras Jisoo buscaba en su cajón un condón y lo colocaba. Después de eso, Rosé se puso a horcajadas sobre ella y sin más, tomó su miembro y lo fue llevando hacia su entrada, lentamente y disfrutando de aquella sensación. Se movía rápidamente, lo que quería era terminar de una maldita vez con eso. Se aferraba a su espalda mientras se movía rápido, aprovechó para tomar su bolsa que se encontraba a un lado y miró de reojo aquella navaja con la que estaba dispuesta a matar a Kim Jisoo. La tomó con su mano sacándola de su bolso, esperando el momento indicado para hacerlo.