Las mañanas de los sábados eran tan relajantes, no podía pedir más que no fuera estar en mi camita mientras abrazo mi almohada, disfrutando de mis sueños. Lamentablemente esta sensación no duró mucho, y la razón de la interrupción de mi sueño tiene nombre y apellido; Angelina Brown...Angelina es mi hermana mayor, solamente por unos tres años. Es toda una prodigio, es el orgullo de la familia Brown. Actualmente estudia biología, con la meta de ser médico, fue el mejor promedio de la escuela en su último año. Es demasiado hermosa, tanto físicamente como sentimentalmente, es simplemente perfecta. No me malinterpreten, adoro a mi hermana, pero las comparaciones dentro de la familia no se hacen faltar.
Toda mi familia tiene algo relacionado con la medicina, mi padre es dueño de una clínica, mi madre se especializa en cardiología y mi hermana ha comenzado con sus estudios. El sueño de mis padres es que sus dos hijas sigan sus pasos y se conviertan en exitosas doctoras. Por mi parte no quiero estudiar medicina, no me identifico con ella, no es mi pasión. Mi sueño es ser algún día diseñadora de modas, que la gente me conozca por mis diseños. Sin embargo, el simple pensamiento de seguir decepcionando a mis padres me aterra.
— Buen día, renacuajo — dijo, tirándose arriba de mi — Ya es hora, comienza un nuevo semestre, no nos decepciones — Dijo levantándose para con la misma irse cerrando la puerta tras ella.
"No nos decepciones." Que hermosa motivación, la mejor manera de comenzar el semestre...
Ya estando en la escuela, me dirigí directamente a mi primera clase. Me senté atrás, en la esquina del lado derecho, coloqué mis audífonos y busqué una playlist en espera a que sonara el timbre. Minutos después vi un montón de adolescentes entrar por la puerta, acomodándose en el primer asiento que veían disponible, segundos después entró el profesor Clawson. Seguí escuchando música, sin tomarle atención a lo que decía el profesor, volteé mi cabeza hacía la ventana que tenía al lado, explorando con mi mirada el exterior. Visualicé a un chico, este traía ropa negra y holgada, tenía el pelo negro y desordenado, este le cubría levemente los ojos.
Dejé de ver al chico cuando sentí una mano en mi hombro, di un brinco en mi lugar subiendo mi mirada automáticamente encontrándome con la del profesor quien me miraba con una mirada seria y con desaprobación.
— Señorita Brown, el director la solicita en su oficina. — Dijo volteándose, comenzando a caminar hasta llegar a su escritorio, yo me levanté de mi asiento, guardando mi celular en el bolsillo derecho de mis jeans, disponiéndome a salir caminando hacía la oficina del director.
La voz del profesor interrumpió mi caminar cuando estaba justo delante de la puerta — Señorita Brown, recuerde que esta prohibido el uso de equipos electrónicos durante los periodos de clase — Asentí con la cabeza sin voltearme, para así retirarme del salón escuchando las risas y murmullos de mis compañeros.
Estando delante de la puerta de la oficina del director, hice dos pequeños golpes a esta, al instante escuché la voz del director diciendo "Pase." Entré a la oficina, dirigí mi mirada al director, viéndole sentado en su escritorio, con su respectivo traje elegante. Delante de él estaba un chico que me daba la espalda. Este estaba acomodado en el respaldar del asiento apoyando sus codos en los brazos del asiento. Me dispuse a caminar hacía el escritorio del director dispuesta a hablar.
— Me necesitaba, Señor Hill? — Dije ya cerca del escritorio del director.
— Si, señorita Brown, por favor tome asiento — Dijo indicando que me sentará en el asiento al lado del chico, dirigí mi mirada aquel chico, noté que era aquel que observé desde la ventana.
— Solicité su presencia en mi oficina para ofrecerle una propuesta.
Propuesta? Interesante.
Asentí levemente desconcertada, esperando a que el continuara.