Efigie Arcana: Viaje De Un Mago

Introducción

No existe momento en el día más melancólico que las tardes. ¿Verdad?. Ese momento crucial, en que el crepúsculo, en sus tonalidades naranjas y rojizas dan paso al azul violáceo de la noche.
Algunos pueblos tienen su propia historia acerca de este maravilloso momento, eclipse del día y nacimiento de la noche. Mi pueblo no es la excepción, solo que mientras que algunos cuentan historias de enamorados o viajes interminables, mi historia es mucho más sombría y arcana, pero, igual de hermosa que cualquier otra historia;

Nos remontamos a Enero de 1962, Massachusetts. En la plaza local, figuraba un alboroto tremendo, todo el condado de Salem estaba revuelto ante la incertidumbre ocasionada por los vítores y reclamos de la ley.
Los Alfiles anunciaban a gritos la celebración de los llamados "Juicios de Fuego". La gente asustada como ansiosa de saber que ocurría, no hacía más que preguntarse lo mismo y seguir observando en busca de explicaciones.
Pero mientras la gente atormentada y excitada se manifestaba en las calles por este hecho, otro grupo de Salem, que constaba de mujeres y ancianas, sufría amarga prisión en los calabozos de la Santa Iglesia Inquisidora.
Y te preguntarás el porqué de este alboroto, estimado lector.

Seis semanas antes, dos niños jugaban frente a la casa de la Señora Ravenwood. Conocida huraña y probablemente no muy bien de sus cabales. Lo cierto es que a menudo los niños solían molestarle malogrando el jardín que con tanto empeño ella cuidaba, o lanzando piedras a sus ventanas, de las cuales quedaban muy pocas sanas a esta fecha.
Uno de los niños, al ver a la señora Ravenwood, salir gritando, calló desplomado al suelo en lo que parecía ser un ataque de epilepsia o un estado catatónico crítico. Enseguida la gente que transitaba por ahí acudió en su rescate. Al recobrar la consciencia el niño señaló a la señora y dijo:

- ¡Fue ella! ¡Ella lo hizo! ¡Es una bruja!

El rumor empezó a traspasarse de boca en boca demasiado rápido, al punto de perderse parte de la verdad e incluso a transformarse los hechos.
Como cualquier otro acontecimiento, ese fue el desencadenante de una serie de acusaciones en contra de muchas señoras, mujeres y jóvenes, que fueron una a una señaladas y acusadas de brujería y herejía.
200 personas fueron acusadas y encarceladas y entre ellas, 20 perdieron la vida en la sentencia de muerte.
Purificación por agua, por tierra y por fuego,  dependiendo de lo que la santa inquisición comprendiera como castigo correcto;
Dejaron caer al mar con una piedra atada a sus pies, enterraron vivas y quemaron en la hoguera a esas 20 mujeres acusadas de brujería.

Lo cual le resultará sin duda, una hecatombe total, una masacre a la raza humana.
Pero, ¿eran todas humanas?

Aún recuerdo todo y verlo desde este punto de vista arcaico me resulta poco alentador a mi forma impía de ver la vida. Ya que la verdad, no creí nunca demasiado en toda esa leyenda que rodeaba mi amado pueblo de Salem.

Mi historia comenzó una tarde de Octubre, los vientos alzaban las hojas muertas de los árboles de los jardines adyacentes a mi morada, y la verdad era placentero que de vez en cuando se colase una brisa otoñal por la ventana de mi estudio, donde plenamente me encontraba la mayor parte del tiempo soñando dubitativo respecto a las sombrías fuerzas que hacían de este pueblo un lugar acogedor, que hasta ese entonces para mi, no eran más que un mito creado para atraer turistas al pueblo.
Mientras más avanzaba la tarde más extraño y solo me sentía. Hacía ya tiempo que mi esposa Rachel, a quien había amado y jurado amar para siempre, había dejado este mundo de los vivos, a causa de una terrible enfermedad que cobró su vida poco tiempo después de casarnos.
Una brisa levantó un conjunto de papeles de notas que tenía en la mesa de trabajo de mi estudio. Incordiado por el desorden me puse a recoger, y entre boscetos y dibujos sin terminar me encontré con una nota con la letra de Rachel, ella solía escribir a menudo en Latín algunas frases que recordaba de su abuela, y yo me divertía investigando para traducirlas. Siempre encontraba alguna referencia de la historia antigua de las Brujas de Salem, como era el caso actual;