13.- Hora del baño

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Todavía recordaba la mirada fija que Kris le había dado al encontrar un pequeño perro blanco paseando por el Dark World como si fuese su propia casa, estaba lleno de lodo y su pelaje estaba todo pegajoso así que había decidido que le daría un baño antes de devolverlo al mundo normal.

Tenía la tina lista con agua tibia y un bote de champú al lado, mientras que Kris sujetaba al perro con una correa, al menos el animal no parecía querer huir del baño... o quizás no lo entendía.


Bien, Kris... dámelo. — Pidió al humano, quien le entregó la correa. — Vamos a dejarte muy limpio entre nosotros los dos.


Apenas lo sujetó y acercó a la bañera, el perro blanco pareció entender lo que sucedía y empezó a patalear para liberarse, resbalándose de entre sus brazos sólo para ser atrapado por Kris, quien lo sujetó firmemente para que no se le escapase.


¡Qué buenos reflejos, Kris! Ven, mételo en la bañera.


Pese a todos los intentos del canino, el humano logró meterlo sin mayores problemas, donde finalmente se quedó quieto, resignándose ante la idea del baño. Ralsei empezó a fregarlo con sus manos, quitándole poco a poco el lodo y tierra que estaban aferrados a su pelaje con masajes suaves pero firmes.

Kris también lo ayudó en menor medida, más que nada dándole el champú, cepillos y esponjas según lo necesitase. Esperaba que aquello fuese relajador, pero más que nada era (en cierta medida) estresante.


Por suerte, el perro era pequeño así que sólo bastaron pocos minutos para dejarlo limpio.

No obstante, cuando Ralsei fue a sacarlo de la tina sus pies resbalaron por el agua jabonosa que se había regado en el piso y, en parte, terminó cayéndose de cara. Sintió el ardor en la nariz cuando ingresó a sus sistemas, haciendo que sus ojos también le ardiesen por los restos de jabón. El perro aprovechó esto y saltó sobre su espalda, escapando de la situación.

Rápidamente sacó la cabeza y sintió cómo Kris le daba la toalla, secando su cara para eliminar el dolor.


Agh... — Se quejó con los ojos llorosos. — Ni siquiera me fijé en que el piso estaba mojado, qué bueno que el agua ya estaba casi limpia... ahora quien necesita un baño soy...-


Se quedó callado cuando apartó la toalla y vio a Kris mirándolo directamente a los ojos, al parecer el agua le había salpicado también por lo cual su cabello estaba mojado y se pegaba a su rostro, dejando a simple vista su rojizo mirar.

Ralsei dejó la mirada algo nervioso, aunque soltó una leve risa por ver su cabello tan desacomodado.


Veo que no soy el único. — Dicho esto le pasó la toalla por encima con cuidado, secándole un poco. — Eh, ¿Viste por donde se fue...?


Ambos miraron a la puerta del baño, donde había un camino húmedo hecho por unas pequeñas patitas perrunas. "Al menos, ya está limpio... si lo veo otra vez lo sacaré del Dark World..." pensó con un suspiro cargado de resignación. "En primer lugar, ¿Cómo se metió?".

No podía evitar ver a Kris de reojo y darse cuenta de lo expresivo que se notaba de aquella manera, era como verle en una faceta más "humana" aunque... claro, la decisión de cubrirse los ojos era sólo suya. Aun así, le resultaba agradable poder verlo más expresivo.

Kris pareció notar que lo miraba, pues pronto volvió a clavar su vista en él y Ralsei miró al suelo, algo avergonzado.


Olemos a perro, ¿Por qué no nos damos un baño? — Sugirió.

El más alto se quedó en silencio, entrecerrando los ojos un poco. Ralsei no tardó mucho en darse cuenta del tono de su pregunta, a lo cual su rostro se volvió rojizo y negó con rapidez mientras levantaba ambas manos.

¡No, no! ¡N-no así...! — Titubeó, intentando no ahogarse con sus palabras. — Primero yo y después tú, es decir, separados...


Kris no cambió su expresión, aparentemente él no había pensado en esa opción hasta que la mencionó.

Se dio cuenta que su expresión parecía ser más difícil de leer cuando era capaz de ver sus ojos... o quizás le era más difícil concentrarse, no lo sabía. Se intrigó con aquel desafío, decidiendo que lo aprendería a leerlo sin desconcentrarse ante la profundidad de aquella mirada.


Te veré en un rato. — Murmuró, con una voz más suave.


Kris se limitó a asentir y salió del baño, dejando a Ralsei pensativo, parado durante varios minutos frente a la puerta cerrada. Miró el anillo en su dedo y se di cuenta que, viendo a Kris, no era capaz de ver el anillo que colgaba en su cuello, oculto tras su camiseta a rayas.

"Es como si nada hubiese cambiado" pensó para sí mismo. Por un motivo que no fue capaz de entender, se sintió mal.

Un Príncipe Encantador ¦ #FlufftoberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora