Prólogo

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Noviembre 05

13 años atrás.

6:00 a.m.

Me encontraba en aquella celda que tanto conocía, pasar meses aquí hizo darme cuenta de que aceptar irme con él fue el mayor error que cometí en mi vida y ahora iba a pagarlo.

— ¿Vas a hablar o no? — pronuncia mientras se limpia los dedos con un trozo de seda, pintado de color carmesí, el mismo tono que se derrama por mi piel, desde el momento en que me rehusé a hacer lo que él quería.

— Ni porque me tortures de la manera más atroz. Jamás diré absolutamente nada de ella — digo entre suspiros y quejidos de dolor, mirándolo a los ojos. Esos ojos marrones, que en algún momento me miraron con amor, y que ahora solo transmiten odio.

El silencio y la oscuridad se volvía más palpable con el pasar de los minutos.

— Pónganle el collar, la mujer no quiere hablar entonces tendrá que morir. — ordena — Es muy estúpido de tú parte dar tú vida por esa pequeña cría.

— Esa pequeña es mi hija. Y no dejaré, aún si muero, que le pongas una sola mano encima — declaré con enojo y pesar, hablando casi en un hilo de voz. Jalo con la poca fuerza que me quedan las cadenas que sujetan mis muñecas, haciéndolas sangrar.

Las lágrimas caen sin cesar por mi rostro pálido y ensangrentado. Mi cuerpo débil por el tiempo sin comer, dormir o si quiera beber un poco de agua. La condena que pagaría sería más que suficiente para mantener a salvo a mi hija del ser humano tan despreciable que tenía frente a mí.

Mi hija, mi pequeña. No merece pasar lo mismo que yo, es una niña que a su corta edad está llena de sueños, sueños que jamás podré verla cumplir...

Los guardias me sujetaron, y con una extrema facilidad cerraron ese círculo de hierro alrededor de mi cuello.

Después de ese momento, pasaron días, tal vez semanas, ya había perdido la cuenta, y mi fuerza era inexistente, moriría en pocos días, se me era más que obvio.

La agonía y desesperación vinieron a mí en mis últimos días, trajeron consigo vagos recuerdos de mi hija, mi pequeña princesa, lo testaruda que suele ser cuando algo no le sale en el primer intento. Sé que cuando llegue el momento, será ella la que esté sentada en el trono, y será ella quién haga un cambio, el cambio más grande que nunca nadie ha visto...

Tres de Espadas [próximamente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora