Capítulo 3.

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Grandes gotas de sudor pegajoso corrían por cada centímetro de su cuerpo creando surcos a su paso. Su respiración continuamente agitada por la sinuosa y desorbitante carrera hacían a sus lágrimas caer por todo el suelo sin detenerse.

Mordió su protuberante labio inferior con constante fuerza. Quería gritar hasta que su garganta se rasgara. Golpear algo hasta hacerse daño. Quería morirse, dejar de existir sería lo mejor para él en ese momento, todo el peso de aquella desgracia caería siempre sobre sus hombros fuera donde fuera.

¡¡Por Dios, ¿que he hecho?!!

Se lamentaba una y otra vez por todo lo sucedido, lo que había ocasionado. No sabía que podía causar el Agente Biológico y que tan potente era, pero Jungkook lo conocía muy bien, más de lo que siempre quiso, y por su desesperación y los irreversibles cambios sabía que no era nada bueno.

El personal de trabajo lo observaba temeroso al pasar ¿qué le ocurría a aquel chico?, se preguntaban unos a otros.

Todos empezaban a preocuparse en demasía por el estado alarmante del científico y entraron en pánico cuando él activó la alarma de peligro.

Esta solo era activada cuando alguna sustancia potencialmente peligrosa se derramaba o algún gas tóxico se expandía. Lo que nunca imaginaron era que sería encima de alguien.

Las personas comenzaron a correr, prácticamente, por sus vidas, directo a sus habitaciones mientras cerraban con llave al estar dentro.

Las fuerzas especiales que custodiaban los alrededores de las instalaciones comenzaron el hacinamiento en el cubículo de la sede desde donde se monitoreaban todos los laboratorios y pasillos del lugar.

Jimin entró al reducido espacio casi sin aliento y con el rostro de un brillante color rojo por la carrera y el llanto que no se preocupaba en ocultar, suspiró nervioso.

El supervisor chino, Xin Long, lo miró horrorizado al ver las deplorables condiciones en las que estaba.

Se acercó a él y lo sacudió con mucha fuerza mientras sostenía con dureza sus hombros.

—¿¡Qué diablos a pasado!?— sus ojos casi fuera de sus órbitas por el miedo recorrían todo el rostro de un nervioso y tembloroso Jimin que no podía tan siquiera pronunciar palabra.

Pero este no tenía fuerzas para nada y menos para hablar. El apretado nudo en su garganta los estaba ahogando. Se dejó caer de rodillas al duro suelo y golpeándolo, un grito desgarrador salió de su garganta que hizo a las personas que lo rodeaban dar un paso hacia atrás ¿qué demonios había ocurrido?.

—¡Habla, maldita sea!— replicó el hombre mientras se dejaba caer a su lado.

Sabía que debían estar preparados para el peor y más horroroso de los acontecimientos, y lo confirmó aún más cuando el chico levantó el rostro y dijo:

—Jungkook— su voz salió ahogada y se le quebró al pronunciar el nombre de su amado.

—¿¡Qué le pasó a Jungkook!?— cada vez más desesperado porque Jimin no daba señales claras comenzó a perder la paciencia.

—El Agente Biológico.

En ese instante el hombre lo entendió todo. La sangre huyó de su rostro y la cianosis lo cubrió por momentos. Sus manos empezaron a sudar frío acompañado del castañeo de sus dientes .

—El Agente Biológico se..se derramó encima de Jungkook— aquella información puso tenso a todo el personal que se comenzaba a poner nervioso.

Pero nadie reaccionaba. Todos estaban temblando y esperaban lo peor, solo deseaban que dentro de la palabra peor no se encontrara la muerte.

—¡¡Maldita sea!!— se desesperó Jimin en cuanto salió de su shock emocional. Tenía que actuar lo más rápido que aquellas personas le permitieran. No tenían mucho tiempo, o quizás ya fuera demasiado tarde— ¡¡vamos, tenemos que movernos de inmediato!!. ¡¡Cerré la puerta del laboratorio tenemos que ir allí, Jungkook no puede morir!!— más lágrimas hicieron brillar su anegado rostro mojado.

Mutación [Libro1. Saga Agente Biológico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora