Capítulo XX- La Propuesta De Kagome 2da. Parte.

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—No te hagas la inocente conmigo linda ¿Acaso te acostaste con él? Por lo que veo hiciste buen trabajo— La miro nuevamente recorriendo cada parte del cuerpo de la azabache. —Además yo puedo ofrecerte más preciosa, una mujer como tú no debe tener un puesto de asistente tú necesitas un puesto más alto ¿Qué dices? Tú y yo podemos arreglar esto, te invito a comer y luego vamos a un hot...—esa chica no lo dejo terminar la frase y le dio una bofetada.

—No vuelva a tocarme de esa forma y no permitiré que me hable de esa forma ¿Quién cree que soy? Está muy equivocado no soy esa clase de chica exijo que me respete —Kagome lo miro desafiante en ese momento y empuño sus manos.

Tomo sus carpetas y salió de la sala de juntas muy molesta, pero a la vez estaba asustada por tal acto de ese chico —¿Cómo se atreve hacerme esto ese patán? —ella no pudo evitar que salieran lagrimas se las secaba, pero era inevitable. —No puedo llegar así a la oficina.

Ese chico en la oficina se estaba tocando su mejilla que le dolió por el golpe que le dio esa chica—Hmm señorita Makino te haces la muy inocente esto no se quedara así, me vas a pagar este atrevimiento y tu desplante a mi ninguna chica me hace esto. —sonrió maliciosamente.

Mientras la azabache iba por un pasillo y miro aquella puerta que tenía la placa con el nombre de su padre se acercó y abrió la puerta por suerte estaba abierta y entro al cerrar la puerta tras ella se dejó caer al piso y no pudo evitar llorar —¡Padre dame fuerzas para seguir con esta venganza! Esto no impedirá que la lleve a cabo, tengo que soportar esto.

Se levantó seco sus lágrimas ya que no podía llegar así a la oficina del alvino tenía que estar tranquila y relajada miro la oficina de su padre recordó cuando era pequeña y lo visitaba cada vez que podía llevarla su madre.

Sus recuerdos eran agradables miro sobre el escritorio una fotografía donde estaban sus padres, ella la abrazo con todas sus fuerzas, dejo escapar un suspiro hondo y profundo en ese instante abrieron la puerta de esta y la azabache se sorprendió al ver quien era.

—¡Kagome! ¿Qué hace aquí?

Kagome no sabía que contestar en ese momento ya que está en un lugar donde ella no debería entrar por ser empleada nueva así que tenía que pensar bien que iba a contestar.

—¡Discúlpeme Sango! Es que iba a sacar unas copias del informe que dimos hace rato para entregárselos y como vi esta oficina pensé que aquí podía sacarlas—acotó con una leve sonrisa.

—No te preocupes—respondió con una leve sonrisa. —en eso Sango miro que la azabache tenía entre sus manos aquella fotografía y se la quitó, la acomodo en su lugar.

La chica de ojos color chocolate se sorprendió, pero no se molestó por eso era lógico que ella no podía tocar nada de esa oficina siendo una desconocida en la empresa.

—Kagome no quiero ser grosera, pero no vuelas entrar a esta oficina y tomar las cosas del lugar el hecho que el señor Reiji Higurashi no esté más con nosotros debemos respetar este lugar.

—Perdóneme no volverá a suceder —ella hizo una reverencia y estaba apenada tenía que ser más prudente en lo que hacía y ser más cautelosa si no podía ser descubierta.

Entonces vámonos amiga—ambas salieron de aquella oficina, se despidieron cada una se fue su respectiva oficina.

Pero la azabache antes de ir a la oficina fue a sacar las copias después se dirigió a la oficina se sentó en su escritorio acomodar los documentos.

Estaba entretenida en su trabajo cuando sonó su teléfono—¡Diga!

—Señorita Makino venga a la oficina por favor.

Prohibido Enamorarte Del EnemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora