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⇝ Formando rápidamente una costumbre, con el afán de demostrarle a Yoongi su interés en él, Park Jimin se pasaba cada día por la florería Pétalo. Si no era en la mañana, antes de reportarse a trabajar, lo hacía en la tarde, en cuanto Taehyung salía del local, para estar a solas con el dueño, y que nada los interrumpiera.
A veces, su conversación giraba en torno a sus clases de la universidad y lo pesadas que se le hacían, comentándole al rubio que lo único que esperaba, era acabar pronto el semestre, para tener un pequeño descanso.
—Es que, está este profesor de matemáticas, que es realmente odioso —gruñó, resoplando con desdén. —Y, el hombre es un cretino todo el tiempo... no es que sea mal maestro, pero exige demasiado y sus criterios de evaluación rayan en la perfección... Y sí, hablamos de la matemática, que sí o sí tiene que ser exacta, pero ¿por qué descontar puntos por un borrón en la hoja? Digo, estoy resolviendo problemas y no siempre voy a hacerlo bien de una sola vez, entonces... ¿debo dejar la respuesta mal escrita? ¿No tengo derecho, acaso, de corregirlo? —entornó sus ojos y Yoongi quiso reír por lo cabreado que se veía, en medio de su monólogo. —Desde el último trabajo que le entregué, en que me bajó dos puntos por "limpieza"... —hizo comillas en el aire con sus dedos. —...decidí resolver los ejercicios en otra hoja, y después de corroborar que el resultado estuviera correcto, lo traspasaba a la hoja, porque... al señor profesor de matemáticas —ironizó. —No le gusta que hagamos ningún trabajo en computador... todo debe ser escrito a mano... Es un verdadero dolor de cabeza, por eso quiero tener vacaciones ya —suspiró, tomando algo de aire, por hablar tan rápido. —Pretendo viajar a Busan, y quedarme allá, al menos, por una semana —detalló, apoyado en el mesón, viendo el adorable sonrojo de Yoongi, quien estaba tras este, sentado y en silencio. Lo había atrapado desprevenido y no le dio tiempo a ponerse de pie para mantener una mayor distancia entre ellos. —O bueno... esa es mi idea, aunque no quisiera dejar a Jin hyung tantos días solo, sin repartidor —frunció los labios en un puchero. —Jin hyung es mi jefe, ¿lo había mencionado antes? —preguntó y Yoongi removió sus ojos, tratando de recordarlo, aunque él lo sabía desde mucho antes, gracias a Taehyung. —En fin, si yo no estoy allá, sólo le queda Hyukkie, que es su ayudante de cocina, porque Seokjin hyung es algo desconfiado con la gente —divagó, moviendo sus manos al hablar. Yoongi aprovechaba los momentos en que el pelinegro no lo miraba directamente, para apreciar sus facciones y movimientos inconscientes, que realizaba con tanta gracia. —Además, tampoco se puede permitir contratar mucha gente, porque hay cuentas que pagar, y la renta de ese local es bastante elevada.
Al menos, Taehyung había fijado sus ojos en un hombre trabajador, dijo Yoongi en su mente, pensando en compartir aquella información con el menor y molestarlo un poco con eso.
—Dios, creo que estoy hablando demasiado, y de seguro lo estoy aburriendo —el rubio deseaba decirle que no era así, y que, por él, podría escucharlo toda la vida. —Hoy voy a comprar un tulipán jaspeado... —pidió, como cada ocasión que visitaba su tienda. Yoongi asintió, antes de ponerse de pie y entregarle su compra, repasando en su mente, el significado de aquella flor en particular, sintiendo que el sonrojo crecía cada vez en su rostro. Jimin pagó, y sonrió al notar sus mejillas ruborizadas, como si adivinara sus pensamientos. —Yoongi-ssi, tome esta flor como un cumplido —comentó, ofreciéndole el tulipán. Min lo aceptó. —Porque, realmente, tiene unos ojos muy lindos —la boca del dueño de la florería se abrió un poco en impresión, por lo directo de sus palabras, y la sonrisa en Jimin se ensanchó.
Inevitablemente, en cuanto Jimin abandonó la tienda, Yoongi volvió a su asiento, sacando la libreta que ocultaba en el cajón superior del mostrador, rebuscando por un lápiz; y, a continuación de las notas que había dejado en días anteriores, desde que decidió comenzar a escribir cartas para Jimin, sin entregárselas, anotó.
Park Jimin;
Conforme pasan los días, y tu sigues apareciendo en mi florería, los deseos de huir de ti, para ocultarme de tu mirada, van desapareciendo poco a poco. Yo lo llamo un avance, y me gusta el hecho de tenerte constantemente a mi alrededor, para poder mirarte, sin buscar una excusa tonta para ello. Hoy me has regalado un tulipán jaspeado, asegurando que mis ojos te parecen lindos, y yo solo quería cubrirme el rostro de vergüenza. ¿Cómo puedes hallar belleza en mis ojos tan corrientes, siendo que los tuyos están en otro nivel de perfección? Y si mis ojos llegan a tener algo de brillo, en medio de su opacidad, es sólo por el reflejo de tu hermoso rostro en ellos... el reflejo de tu belleza y energía... Porque tus ojos son como un profundo pozo en calma, que consiguen transmitirme precisamente eso, tranquilidad y alegría; mucho más cuando sonríes, y éstos desaparecen en dos líneas curvas, consiguiendo que mi corazón quiera escapar de mi pecho, con sólo oírte reír, tan suave y delicado, tan perfecto, como todo lo que eres tú.
Acepto tu cumplido, como espero que aceptes que no existen ojos más lindos que los tuyos, y que son una fuente inagotable de felicidad para mí.
Riendo, por las cursis palabras plasmadas en el papel, cerró la libreta, regresándola a su lugar, pasando una mano por su frente, pensando en cuándo tendría el valor de entregarle las ya cinco notas que llevaba escritas para Jimin allí.
—Já, como si eso fuera a pasar —murmuró para sí, negando con la cabeza.
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Bien, vamos con la maratón, entonces...
2/5
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Entre Lirios & Peonías [YoonMin]
Fanfiction[TERMINADA] ~MINI FIC~ Park Jimin ha comenzado a trabajar como repartidor en un restaurante, pero el dueño de la florería del frente parece odiarlo, pues huye de él cada vez que le ve. Lo que Jimin no sabe, es que sufre de una gran timidez. [ESPECIA...