Mr. Perfect Match || Emiliaco M-preg

Capítulo 57

Emilio:

-Los latidos del corazón de uno de los bebé se están desacelerando.

Mi corazón dio un vuelco.

Minutos...sólo habían sido minutos cuando le dijimos a la Dra. que íbamos a hacer una cesárea planeada.

-Algo está mal. Vamos a hacer una cesárea de emergencia, ¿de acuerdo, Joaquín? Incluso si hubieras querido esperar otro día en este momento no te habría dejado.

Miré a Joaquín, sus ojos ahora eran de un azul opaco estaba preocupado, pero haciendo todo lo posible por no mostrar exactamente cuánto, me moví a su lado y él tomó mi mano, apretándola con fuerza. Yo la sostuve, me aclaré la garganta, pero aun así salió áspero cuando hablé en el silencio.

-¿Qué quieres decir? ¿Qué pasa? -La Dra. Michaels se volvió hacia mí-. Ya no hay dilatación, has roto aguas. Podría ser la condición que hace que los latidos del corazón se ralenticen. No puedo arriesgarme.
-Está bien -dijo Joaquín antes que pudiera pensar en algo que decir.
La doctora sonrió a Joaquín y le tocó la rodilla.
-Todo estará bien. Te prepararemos para la cirugía.
-¿Ahora mismo? -pregunté, el pánico dentro de mí crecía.
-Sí. No podemos esperar más de lo que ya hicimos, alguien vendrá a prepararte y los veré en unos minutos -dijo y comenzó a alejarse.-Todavía estaré presente -le recordé y se detuvo.
-Hablaremos cuando Joaquín esté listo. -Antes que pudiera abrir la boca y pedirle que me diera la respuesta correcta, ella se había ido.

Joaquín dejó escapar un largo suspiro. Solté su mano y caminé hacia la puerta. Después de cerrarla suavemente. Caminé de regreso al lado de mi esposo y me metí en la cama con él.

-Esto no va según lo planeado en absoluto, Emilio -susurró mientras pasaba mis nudillos por sus mejillas sonrojadas.
-Vamos a tener a nuestros niños. Yo diría que todavía estamos en el buen camino. -Contraataqué.
Giró la cabeza para mirarme, haciendo una mueca cuando trató de voltear su cuerpo también.
-Shhh -susurré, apartando algunos mechones de cabello de su cara-. Voy a entrar contigo. No me iré de tu lado. Todo estará bien. Vas a tener a nuestros pequeños en tus brazos en unas pocas horas, tal vez incluso antes.
-Solo quiero a mis bebés saludables.- lloró Joaquín.
-Lo estarán, es todo lo que quiero. Si los tengo a ustedes tres en mis brazos, eso es todo lo que importa. -Espera. -Su respiración se aceleró y cerró los ojos con fuerza, gimiendo y escondiendo su rostro en mi cuello.

Todo lo que quería hacer era envolverlo en mis brazos y quitarle el dolor, pero no podía hacer ninguna de las dos. Me acomodé presionando mis labios en su sien.

Cuando pasó, respiró hondo unas cuantas veces y luego recostó la cabeza sobre la almohada.
-Ojala uno de ellos se parezca a tí-dijo con una voz tranquila pero áspera.
-Tal vez -susurré y pasé mis nudillos por su mejilla.

Cerró los ojos y su mano encontró la mía. Entrelacé nuestros dedos y respiré su aire.

-Ellos estarán bien -susurré, más para mí que para él-. Estaremos bien.
-Lo sé. Sé que lo estaremos.

Volvió la cabeza para mirarme cuando comenzamos a escuchar más voces fuera de nuestra puerta. Estaba haciendo todo lo posible por ocultar el pánico que sentía aparecer en mi rostro. pero él me conocía. Joaquín sabía todo sobre mí.

-Ven aquí -susurró y apenas logró levantar la mano para acariciar mi rostro. Dejé caer mi frente contra la de él y cerré los ojos, mi estómago se retorcía de dolor. -Creo que estoy un poco asustado-admitió, su voz apenas audible- Por nuestros bebés, por nosotros. Lamento haber sido estúpido como para ir al supermercado.
-No te disculpes -dije, mi voz sonó ronca-. Y yo también tengo miedo. Ustedes son mi vida.-Abriendo mis ojos, miré los de Joaquín y vi como una lágrima se deslizaba por su mejilla. Enmarcando su rostro con mis manos, sonreí- . Pero ellos son tan fuertes como tú. Probablemente quiera hacer una entrada como le encanta hacer a su papá