Capítulo 5

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(Ingrid)

«Oh no...mierda, ¿acaso hoy es el día de fastidiar a Ingrid?»

Mi hermano me hechó una mirada, que literalmente significaba "es nuestra salvación".

-Ni lo pienses- sentencié.

-Ingrid, no seas cabezota- me aconsejó él.

- ¡No! ¡No! ¡No! ¡Y más no!

-Hazle caso a tu hermano Ingrid- intervino mi ex-novio.

- ¿Por qué no te callas Jamie? Nadie te ha dado vela en este entierro- le contesté.

-Mira que eres rencorosa- me replicó Jamie.

-No soy rencorosa, solo que no tengo nada que hablar contigo- argumenté.

- ¡Ingrid! Deja tu orgullo- gritó exasperado Jordan.

-No lo pienso dejar y menos con ese capullo. ¿Se te ha olvidado que en la fiesta se lió con mi mejor amiga? Es algo imperdonable. ¿Me oyes?
I-M-P-E-R-D-O-N-A-B-L-E.

-¿Y qué hacemos para volver a casa?

-Caminaremos, no sé que sé yo, ya se nos ocurrirá algo- dije harta, la verdad no tenía ganas de pensar.

- ¿Pero tú estás loca? ¿Has visto cómo estás? -voviferó mi hermano alarmado.

-Tan mal no estoy, no exageres.

- ¿Qué no estás mal? Si estás peor que el auto.

- ¿En serio? -me descompuse en un segundo- ¡Necesito un espejo! - exclamé alarmada.

- ¡Ingrid concéntrate!

-Está bien...pídele el teléfono a...ese y llama a la grúa- sugerí.

- ¡Jamie! Déjame tu teléfono por favor.

-Vale, ven a buscarlo.

« ¡Dios mío! Mira que tener un accidente y que sea tu ex el único que pasa por esta carretera, esto es el karma, por comerme el helado de Jordan. »

-Ya llamé.

- ¿Ingrid? - me llamó mi hermano sacándome de mis pensamientos.

- ¿Qué?

- ¿Estás bien?

-Sí, sí- me apresuré a contestar - ¿Qué decías?

-Acabo de llamar a la grúa y ahora vienen.

- ¡Por fin!

- ¡Jamie! -chillé- Ya puedes largarte.

- ¡Ni hablar! Yo me quedo hasta que vengan, si no me quedara mi conciencia me molestaría.

-Ya...- respondí.

«Bien que cuando te liaste con mi mejor amiga Val no te molestó la conciencia. »

****

[ Después de unos cuantos minutos esperando]

- ¡Aleluya! - exclamé al ver la grúa- ¡Jordan ven!

-Ya voy.

- ¡No! ¡Ven ya! - imperé. Mi hermano se despidió de Jamie y el dolor ese se fue.

-Hola buenas noches- nos saludó el conductor.

-Buenas noches.

- ¿Es usted el propietario del coche? -el chico se dirigió a Jordan.

-El coche no es mío, pertenece a mis padres.

- ¿Tiene el carnet de conducir?

-Sí.

- ¿Podría enseñarmelo? -preguntó receloso y desconfiado el conductor antes nombrado.

-Claro, un momento por favor -el tono de voz de Jordan denotaba que estaba enfadado, aunque claro ¿quién no se enfadaría si le consideraran como un mentiroso?

El chico llamado Rick según su placa no dijo nada.

- ¡Aquí está!

-Bien. ¿Sus padres están informados del accidente?

-No -respondimos mi hermano y yo al unísono.

-Llamaré a la policía y en comisaría os recogeran vuestros padres - nos informó.

-Vale.

-Acompañenme por favor - hizo un ademán para que lo siguieramos.

Nosotros imitamos la acción de aquel metro setenta, joven de unos veinticuatro años y musculoso. Cuando el individuo giró a ver si le seguiamos comtemplé su cara, no es muy agraciado pero pude ver que tenía unos hermosos ojos color esmeralda, acompañados de unas largas y rizadas pestañas.

- ¿Tendrían los papeles del seguro? -nos interrogó de nuevo el supuesto Rick.

-Tendríamos que buscarlos en la guantera. ¿Podemos?

-Adelante.

-Los tengo, nuestro seguro es Mapfre seguros -dijo mi hermano mientras salía del coche.

-Ya le avisaremos a la empresa del siniestro y ahora llamaré a la policía para que venga a buscaros, esperen un momento.

El conductor de aquel vehículo se alejó unos dos metros de nosotros y realizó la llamada. Al cabo de unos cuantos minutos se acercó de nuevo.

-Bueno chicos, ya está supongo que dentro de unos minutos vendrán a por ustedes. Yo debo irme. Adios -se despidió.

Rick entró al grúa, prendió el motor, se posicionó de tal manera que subió nuestro coche y finalmente se fue.

Tal como había predicho Rick los comisarios vinieron después de esperar quince minutos.

-Chicos ya hemos informado a vuestros padres, de seguro que ahora estarán de camino. Por cierto, pueden entrar al coche.

-Gracias -mencionamos Jordan y yo a la vez.

- ¡Ay Jordan! Siempre pensé que algún día ocurriría esto - comenté yo.

- ¿Ocurrir qué? -preguntó confuso.

« ¡Hay este niño! Aún me sorprende que esté haciendo una carrera. »

-Que la policía viniera a por ti, pero claro nunca me imaginé que yo también iría a comisaría -le expliqué.

- ¡Idiota!

****

(Ingrid)

[En la comisaría]

- ¡Ingrid, Jordan! Mis pequeños -exclamó mi madre más tranquila al vernos.

- ¡Mamá, papá!

- ¡Dios Ingrid pobrecita! -dijo a la vez que su mano sustentaba mi barbilla delicadamente, con el propósito de examinar los rasguños que mi cara contenía.

- ¡Ay! -me quejé.

-Jordan mi niño, tienes que conducir más despacio.

-Sí mamá- le contestó mi hermano.

Mi madre olfateó un olor raro y acontinuación dijo:

- ¿Eso es cerveza?

Jordan quedó mudo ante la pregunta de mi madre.

-Jordan -intervino mi padre.

Silencio.

-Jordan no habrás bebido alcohol, ¿no?

La tensión aumentaba cada segundo más y el enfado de mi padre se incrementaba.

-Sí, sí lo hice, vale - Jordan se confesó.

« Oh...oh...todos a cubierto. »

Siento si este capítulo no ha sido tan interesante, pero el próximo lo será.

Besos.

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