Pelo

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• Narcissa Black x Regulus Black •

- Leo ya baja, se hará tarde.

Regulus gritó desde el pie de la escalera, no pasaron ni 5 minutos cuando un niño de 11 años se encontraba en el primer piso aun tratando de meter más libros en su baúl. Regulus lanzó un encantamiento para calentar el té de su hijo y que pudiera desayunar tranquilo.

Su esposa y sus hijas ya habían terminado y subieron a peinarse, era imposible hacer que las gemelas bajarán a desayunar ya arregladas. Narcissa y Regulus no tenían problema con eso, ellas siempre se despertaban primero que todos y bajaban a comer, aún así estaban listas incluso antes que Leo.

Su hijo siempre durmiendo a altas horas de la noche y aunque él tratara de reprenderlo por su bien siempre terminaba con un "mamá dice que tu eras igual" y Regulus tenía que rematar con "Mira mis ojeras, no quieres acabar como yo". Al final no podía regañarlo porque disfrutara leer, tomaba vitaminas y pociones para recuperarse, además de hacer siestas en las tardes y eso le calmaba un poco.

- ¿Listo para Hogwarts?- Dijo Regulus mientras le ofrecía una servilleta.

Leo negó con la cabeza y Regulus vio el miedo en su cara.

- ¿Llevas libros suficientes?

- Si, empaqué los de Sherlock Holmes que me dio el abuelo Orion, dice que ya tengo la edad para eso.

- Si, bueno yo creo que te hace falta un poco más de edad.

- Papá ya no puedo buscar más libros, pase toda la noche viendo cuales llevar.- Trató de no sonar molesto.

Regulus le regaló una sonrisa y levantó las manos en son de paz. Sus tres hijos podrían tener su mismo tono de pelo y ser idénticos a él pero eran iguales a Narcissa en cuanto a carácter.

Por las escaleras se dejaron ver Alhena y Elara junto a Narcissa. Sus hijas de apenas 8 años llevaban jumpers me mezclilla con playeras de distintos tonos de rosa. Les gustaba ir iguales y que la gente no las reconociera. Según ellas, siempre se vestirán igual hasta su muerte y eso nadie en esa familia iba a debatirlo.

- ¿Listo amor?- Narcissa se acercó a Leo para dejarle un beso en la cabeza.

Leo asintió y Regulus pudo ver que nuevamente se ponía nervioso. Tomó el baúl de su hijo y entró con él a la chimenea. Las flamas verdes los hicieron aparecer en la estación y seguido de ellos apareció Narcissa con las gemelas.

Kings Cross seguía como Regulus la recordaba, llena de gente y con una enorme locomotora esperando por los alumnos. El aire melancólico le pegó y se desconcertó un poco al ver a lo lejos a su hermano y ya no escuchó las predicciones de sus hijas sobre la casa en la que quedaría Leo.

Sintió la mano de Narcissa sostener la suya entrelazando los dedos y le regaló una sonrisa a su esposa. Narcissa lo conocía muy bien y él se sentía agradecido por eso. Sabía que vería a Sirius tarde o temprano en la estación. Regulus a pesar de haber roto lazos con él desde hace años, se había enterado de su boda y del nacimiento de su único hijo justo el mismo año en el que Leo había nacido.

Con mucho pesar, muchos abrazos y besos se despidieron de Leo. Regulus y Narcissa ocultaban las lágrimas para no hacer llorar a su hijo pero no lo consiguieron y de un momento para otro los 5 integrantes de la familia Black limpiaba sus lágrimas mientras se despedían a lo lejos de Leo que estaba por subir al tren.

Narcissa y Regulus no tardaron en quedarse solos en casa. Cuando llegaron, las gemelas les pidieron ir con los abuelos Cygnus y Druella porque les habían prometido una fiesta de té.

Regulustober | Fictober 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora