Él miró hacia atrás y yo agité la mano. Cuando me vio sonrió y vino hacia mi
- Hola
- Hola ¿a que no adivinas donde he estado? - exclamé alegre
Luigi me contempló con ojos brillantes
- A ver estás muy guapa ¿en un pase de modelos?
Yo me sentí muy alagada, pero era mejor no dejarse llevar por mi entusiasmo
- No, he estado en Caecy me han dado el trabajo, gracias a ti
- Entonces, ¿lo has aceptado?
- ¡Por supuesto! Me pagan un sueldo buenísimo, mi jefe es encantador y el trabajo muy interesante ¿Qué más puedo pedir?
- ¿Estas contenta?
Yo asentí y esperé en silencio con la esperanza de que me pidiera el número de teléfono o algo. Pero él no dijo nada, por lo tanto yo me arriesgué
- Luigi - dije. - Esto hay que celebrarlo te invito a comer; tú solo elige el sitio
Él sonrió
- Es la mejor oferta que me han hecho en todo el día
Luigi se puso al volante y me llevó a un pequeño restaurante cercano que ostentaba en la puerta un cartel con el nombre de Tonys. El comedor era cálido y acogedor y los manteles de cuadros blancos y rojos le daban un toque casero.
El camarero saludó a Luigi como si le conociera y nos condujo a la única mesa libre del local.
Después de un rato otro camarero se acercó a Luigi y lo saludó
- Me alegro de verte por aquí, amigo - dijo, dándonos los menús.
- Tomaremos el especial de la casa, Tony - dijo Luigi, y luego, dirigiéndose a mi, aclaró - El especial es un sándwich a la francesa... ¿Te parece bien?
- Sí, sí, pide lo que quieras, Luigi. Estamos celebrando un nuevo trabajo, lo que quiere decir que puedo permitirme el lujo de invitarte a lo que quieras.
Cuando Tony se hubo marchado, Luigi me preguntó:
- ¿Qué te parece la idea de vivir en Los Ángeles, Michelle? Viniendo de un pueblo pequeño, una ciudad como ésta debe imponer bastante, ¿no?
- No creas. Viví en Chicago hasta los doce años, así que ya sé cómo es la vida en una gran ciudad. Cuando mi madre murió, mi padre y yo nos trasladamos a Fenters, en Missouri, donde él había nacido. Allí, mi padre trabajó como profesor en el mismo colegio en el que se había educado.
- ¿Eres hija única?
- Sí, aunque no del todo, porque mi padre se volvió a casar cuando yo tenía trece años. Mi madrastra trajo hijos de su anterior matrimonio: una niña dos años mayor que yo y un niño un año mayor.
Luigi pareció advertir la nota de disgusto que empañaba mi voz.
- Yo creía que a todas las niñas les gustaba la idea de tener un hermano mayor. ¿A ti no?
Mi rostro se iluminó con una sonrisa.
- Sí, al principio me gustaba la idea, pero en cuanto lo vi, cambié de opinión. Nos caímos muy mal a primera vista. Después, él no hacía más que gastarme bromas pesadas, tirarme de las trenzas y robar dinero de mi hucha. Yo me vengaba diciéndole a todo el mundo que era un mariquita...Pero no me sirvió de mucho, porque cada día salía con una chica distinta
Luigi sonrió divertido.
- ¿Y tu hermanastra? ¿Cómo era?
- Guapísima. Ni siquiera podía andar tranquilamente por la calle; los chicos no la dejaban en paz.
ESTÁS LEYENDO
Mentiras, Traición y Amor.
RomanceMe llamo Michelle Morris, tengo 23 años y mi historia comenzó cuando mi padre estaba muy enfermo y yo tenía que conseguir trabajo como fuera. Después de aliarme con Daniel Smith parar entrar en la empresa de su mayor competidor, me enamoré perdidam...