DIECINUEVE

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La rutina que habían creado Taehyung y Yoongi lejos de su castillo, de sus deberes y de sus rubiecitas era difícil, pero juntos estaban tratando de salir adelante, durante todos esos meses lejos casi todos los días hacían lo mismo.

Taehyung desayunaba con Yoongi, mientras la familia Kanng lo hacía en el comedor principal el se dirigía a la cocina a desayunar con su pálido amigo, cuando terminaban iniciaban con su entrenamiento casi 4 horas o más hasta que estuvieran exhaustos, para después  dirigirse a sus habitaciones a ducharse para luego ir a las caballerizas y montar hasta la puesta del sol, regresaban al castillo y de igual manera cenaban juntos en la cocina, el príncipe Taehyung se retiraba a sus aposentos a observar el cielo, la mayoría de las veces lo hacía para pensar en Lisa, la luna y las estrellan hacían que su corazón se sintiera cálido, como si cada estrella fuera una mirada linda y tierna de Lalisa y la luna el amor que sentía por ella, pues a pesar de sólo haber convivido poco, él estaba seguro de que la quería, que quería estar con ella y aria lo que fuera para cumplirlo

-Te  extraño Lalisa, prometo que regresare y seremos felices -Era lo que Taehyung susurraba todos los días a la luna

-Ella está bien, puedo sentirlo, está tranquila y también nos espera -Dijo su alfa

Mientras tanto Yoongi cada que terminaban su día y se iba a su habitación este lloraba y sufrir en silencio, un día por casualidad descubrió que hacerse una infusión de pétalos de rosas y lavanda lo ayudaban a tranquilizarse.

-Roseanne -era lo único que lograba susurrar en voz alta, pues todo lo que sentía se lo guardaba en lo más interno de su ser, mientras las lágrimas y los sollozos se iban alentando. Su pecho quemaba y había días en que el dolor era insoportable, muchas veces estuvo apunto de tomar su caballo y regresar al reino, ir a la Castañeda y llevarse a Rose con el, a un lugar lejos donde solo estuvieran ellos dos.

Ambos quedaban dormidos después del sufrimiento doloroso de extrañar a sus omegas y todos los días era lo mismo.

Para Irene esto era de verdad una molestia, no podía ver a Taehyung casi nunca, cuando se lo llegaba a topar en áreas comunes del castillo o en los pasillos, él se retiraba rápidamente siendo lo más cortes posible.

-Irene, por Dios debes poner más énfasis en esto, te recuerdo que tu única responsabilidad es servir y hacer feliz al príncipe Taehyung, tú y tu hermana han sido las elegidas para pertenecer a la realeza más importante, aquí solo eres la princesa de una villa, con el serás la reina de todo un reino -El rey Kanng siempre presionó a sus hijas para poder complacer a los príncipes Kim, ahora que el rey Seokjin le había pedido que tuviera a Taehyung por un tiempo, no desaprovecharía la oportunidad para que Irene tomara mejor su papel de prometida y poder estar con él príncipe.

-Eso es lo que trato padre, pero el príncipe no me toma en cuenta, el solo está con su guardia. -Irene suspiro enojada y cansada -¿Que más puedo hacer? ... Padre sabes que yo estoy dispuesta a hacer todo lo que usted me pida -El rey sonrió ladino y llevo una mano a su barbilla

-Eso precisamente es lo que tienes que hacer Irene, hacerle saber al Príncipe Taehyung que estás a sus órdenes, que eres educada y eres la prometida perfecta, idea algo con tu hermana, ahora anda -Irene dio una reverencia y salió de la habitación

Con tan solo 12 años Irene tenía en sus hombros la responsabilidad de ser la esposa perfecta para el príncipe, ella y su hermana solo se tenían la una a la otra, su madre murió cuando dio a luz a Irene y el rey Kanng no se volvió a casar, hizo el trato con el rey Seokjin desde que Irene estaba en el vientre de su madre, aún sin saber si sería una niña.

-Su majestad -Irene hizo una reverencia y se dirigió al príncipe Taehyung que para su suerte venía de su entrenamiento - ¿le gustaría dar un paseo?, podríamos ver la puesta del sol -dijo Irene con emoción

-Lo siento Irene, estoy cansado ahora, quizá mañana podamos desayunar juntos -dijo el pelinegro antes de seguir su camino a su habitación

-Esa omega, te traerá problemas... -le dijo su alfa

-Lo se -suspiro el pelinegro -Espero que papá me deje regresar pronto, ya no aguanto estar aquí...

-¿Que es lo que tienen de especial ustedes 3 eeh? ¿Porque su majestad siempre está al pendiente de ustedes?

El doctor Lee se encontraba en una de las bodegas de la Castañeda, ahí tenía varios instrumentos de tortura, desde que Namjoon llegó al hospital este cuarto había permanecido bajo llave y el doctor Lee lo oculto poniendo cajas delante de la puerta

Era de madruga y el doctor Lee estaba furioso, cada día que pasaba, el príncipe Namjoon ayudaba a las internas, las hacía sentir en casa y eso lo hacía hervir la sangre, sobre todo cuando lo veía cerca de Jisoo, Rosé y Lisa

Las tres chicas se hacían compañía la mayor parte del día y el príncipe parecía feliz de verlas bien , las atenciones para esas tres chiquillas eran más que para otras internas.

Algo en el interior del doctor Lee se removía de rabia y enojo, quería abalanzarse encima del Príncipe Nam y quería tomar a la fuerza a Jisoo, cuando la fiebre de norma atacaba a Jisoo y desprendía ese aroma a cítricos el doctor Lee se volvía loco.

Desde hace varios días el doctor Lee estaba ideando un perfecto plan junto al doctor Choi

-¿Esta seguro que esta planta servirá? -El doctor Choi estaba preparando una infusión, mientras el doctor Lee observaba todo con cautela

-Si, el Príncipe, se le da a las internas para que puedan dormir, pero si le agregamos estas hojas, quedarán profundamente dormidas hasta el día siguiente o más, lo probé con una interna y no despertó después de 16 horas, la removí y le pinché las manos y piernas y no despertó ... -Sonrió ladino y le dijo con picardía -Pero recuerda que yo quiero a Rosé

El doctor Lee dio un asentamiento con la cabeza y mando al guardia en turno a dar la infusión a las tres chicas.

Luego de unos 20 minutos las 3 chiquillas dormían profundamente el doctor Lee, el doctor Choi y un guardia las llevaron a la bodega las amarraron a unas grandes ruedas de madera con piernas y brazos bien estirados.

-Largo! Y ni una palabra de esto- Le ordenó el doctor Lee al guardia Park

El chico solo salió de la habitación en silencio dejando a los doctores con Jisoo, Lisa y Rosé inconscientes.

-Esto es genial, dude de ti por un momento - el doctor Lee se burlaba de Choi y se acercó a Jisoo, acarició su mejilla y levantó su cara

-Tan linda... tan  rebelde y miraré ahora, tranquila y sin decir nada - el doctor Lee beso la mejilla de la pelinegra

Mientas el doctor Choi acariciaba los cabellos y mejillas de la pelirrubia

Luego de un rato de oler y tocar a las chiquillas, giraron la rueda y cada que la giraban sus piernas y brazos se estiraban, se podía escuchar como sus huesos tronaban

-Es suficiente, llevémoslas a sus celdas -dijo el doctor Choi

-Espera un poco más -El doctor Lee estaba verdaderamente encantado con Jisoo, tenerla así de cerca y  a su merced lo hacía sentirse con sus sentidos al mil.

-Suficiente, llamaré al guardia Park, para que empiece a llevarlas a sus celdas

El pecho de Nam se removía con extrañeza, la intranquilidad se hacía presente y tenía la necesidad de estar con Jisoo en ese momento. Sin embargo se refugio en su habitación a analizar sus apuntes.

Yoongi lloraba con más sentimiento esa noche, su corazón dolía y sentía que la respiración se le cortaba, -Rosie... ¿Estas bien? -susurró entre lágrimas

Taehyung por su parte estaba como loco, aventaba las cosas en su habitación y sentía una enorme rabia...

-Ella está en peligro. Lo puedo sentir -le dijo su alfa -tenemos que hacer algo

-¿Pero que? No puedo solo irme, será peor, mi padre no me dejará regresar al reino nunca

-Tengo que escribir una carta a Nam... No mejor a mi padre, tengo que ver a Namjoon y saber que ella está bien

La noche fue larga, dolorosa y sombría para todos, pero nadie sabía que era lo que realmente ocurría, solamente sentían su interior con esa horrible angustial.

LA CASTAÑEDA [TAELICE] [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora