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Cuando despertó leyó en la encimera de la ventana su Reloj «4:35» era la primera vez que soñaba algo así, todo había transcurrido como una pesadilla pero, para su sorpresa, sintió más necesidad de ir y traspasar la puerta hacia aquel cuarto tenebroso que huir del lugar. Colocó una mano sobre su rostro para cubrir sus ojos. El sueño le había indicado el lugar donde se encontraba "Marion", escondida o encarcelada en algún sitio de una casa con arquitectura de los años 50. Al recordar cada vuelta y cruce que tomo, se digno a levantarse de la cama para dibujar un croquis.

No sabia si solo se trataba de un sueño o no, pero aquella era la única pista que tenía sobre la mujer del museo. "Marion" pronunciar su nombre era música para sus oídos, era como si una parte de su ser lo reconociera como una necesidad. Todavía no podía creerse del todo lo que había descubierto, que la mujer del museo era un demonio con más de un siglo de edad y que se encargaba de cazar otros demonios como ella. No creía que fuera capaz de matar a otras personas, le había protegido mientras estuvieron en los recuerdos de Lady Ella, y había salvado a la estudiante de primer año en esos mismos dominios. Alguien capaz de proteger a otros serían incapaz de acabar con una vida inocente.

Casi al momento de terminar de bocetear el mapa, la alarma de su reloj sonó. Toujuro recordó que debía entrenar esa mañana con su padre, para el próximo torneo. Su padre... Sus padres deberían tener información sobre la peliazul, después de todo, tenía vagos recuerdos sobre su encuentro cuando lo salvó de aquel posible demonio.

Cómo si le estuviera llamando, su progenitor abrió la puerta de golpe. Lo que normalmente hacía cuando no le veía bajar 5 minutos después de sonar el despertador. Su cara de pocos amigos también era algo normal en él, por lo que el chico no se alteró en lo más mínimo. Al verle levantado con el sueño ya disuelto, el hombre bramó molesto.

—Si estás despierto, porque no bajas de una maldita vez!? Es que acaso las nacionales no son importantes para ti?—

—Necesito hablar contigo... Con ustedes. Se que mamá está al otro lado de la puerta— Su padre se sintió cohibido de repente, como si no supiera como tratar con esa situación. Por su parte, su madre salió de su escondite con la misma sorpresa y preocupación reflejadas en su rostro— Quiero que sean sinceros conmigo... Este es un tema muy importante para mi—

Ambos padres se miraron a los ojos, sin saber que responder.

—Cariño, vayamos abajo. Tomemos el desayuno y hablemos con calma— comento con un leve tartamudeo su progenitora.

Tomo del brazo a su esposo para que esté saliera con ella de la habitación, haciendo que Toujuro los siguiera hasta el comedor. El joven bicolor se sentó en su respectivo asiento, meditando las palabras que usaría en su declaración, lo que menos quería hacer era que se alterarán, su madre solía ser muy explosiva cuando un tema que me disgustaba salía a relucir.

Sus padres volvieron a intercambiar miradas, posiblemente incómodos por el repentino silencio de su hijo. Por supuesto, ellos no tenían ni la remota idea de lo que pasaba por su cabeza y mucho menos todo lo que había vivido tan solo unos días atrás. Su padre fue el primero en tomar el valor de hablar. Recostando su peso a un lado de su brazo mientras esté se apoyaba en la mesa, dijo con voz grave.

—Entonces... La dejaste embarazada?— Los ojos de Toujuro se abrieron de par en par ante esa inesperada pregunta, su rostro se volvió rojo tan carmesí como los mechones de su cabello. Al ver su reacción, su padre también se ruborizo. Era un tema algo delicado e íntimo de tratar. Carraspeo para no sentirse avergonzado— No esperaba que tú... Bueno, esas cosas suelen pasar cuando uno es joven... La curiosidad suele ser mala para el futuro y...—

—Yo no... Aún no, yo no he dejado embarazada a nadie— tuvo que contener un grito de vergüenza al pronunciar aquellas palabras. El ambiente se había tornado incómodo y eso no había sido su intención. Su padre soltó todo el aire que había estado conteniendo, su rostro se había aliviado tanto que Toujuro creyó que la idea de la paternidad no era tan buena como le hacían creer— Quiero saber una cosa. Sé que fue hace mucho tiempo, pero quiero saber si aún recuerdan a la mujer que me acompaño en el museo... a Kujo Marion?—

Cómo si fuera un drástico cambio de escenarios, se sobresalto cuando las palmas de las manos de su madre golpearon la mesa con fuerza, su rostro estaba contorsionado de la molestia.

—Ella dijo que no recordarias nada!!— miro a su esposo con el ceño fruncido, como si él tuviera parte de la culpa— Nos mintió! Te dije que no podíamos confiar en ese... En esa COSA— Toujuro intento hablar, pero fue acallado por la voz colérica de su madre— Te prohíbo que te acerques a esa cosa, solo ha traído muerte y desdicha a esta familia—

Su padre se levantó rápidamente para hacer entrar en razón a su mujer, pero ella insistía en insultar a Marion como si la conociera de toda la vida. A Toujuro no me gusto la manera en que se expresaba, era su propia madre, pero con cada cosa que salía de su boca solo escuchaba al profesor Miyami hablar. El mismo odio, el mismo miedo. Apretó sus puños escondidos en su regazo, la necesidad de defender a la mujer del museo era casi irresistible. Pero no quería alterar más a su madre o no obtendría las respuestas que estaba buscando.

—Mi recuerdos son muy vagos sobre esa época. Solo puedo recordar uno o dos fragmentos de todo lo que ocurrió esa noche— continuo hablando con tranquilidad, como si la explosividad de su madre solo fuera parte de su imaginación— tengo algunas preguntas que quiero hacerle... Quiero saber dónde puedo ubicarla—

—Acercarte a ella es peligroso, Toujuro. Y tu madre ya te ha prohibido ir a verla— fue la simple respuesta de su padre.

Eso lo hizo explotar por fin. No había ninguna posibilidad de que le hablarán con franqueza? Que le dijeran el porque era malo estar con ella? Imagino a Marion siendo insulta por sus padres, el recuerdo de como su madre le había golpeado en cuanto la vio con él en brazos. Esa imagen le descompuso el estómago.

—Ire a verla, sea como sea— ambos padres se volvieron a él con si estuvieran apunto bramar al mismo tiempo. No iba a intimidarse por sus auras autoritarias, más importante era encontrar a la peliazul— Iré a verla—

De un salto se levantó del asiento y continuo su camino hasta su cuarto para cambiarse de ropa e ir a buscarla con la vaga información que poseía. Escucho las pisadas apresuradas de sus padres a sus espaldas, no tenía ánimos de continuar con la discusión. Fue su madre quien le tomo del brazo para que se detuviera, su rostro enfadado se había convertido en una cara pálida y llena de preocupación. Su padre, detrás de ella, también se veía del mismo modo.

—Toujuro, hablemos...— dijo con suavidad su madre. Jalo un poco su brazo para evitar que avanzara— Si? Volvamos a la mesa y charlemos...—

El bicolor se volvió con dirección al umbral de su habitación. Estaría bien confiar en sus padres? Tenía el tiempo de charlar con ellos? Y si Marion estaba en problema?. El hombre del Haori de flamas le había dicho que no contaba con tanto tiempo... Pero si de alguna manera sus padres podían darle más información sobre ella o de su paradero acortaría mucho el tiempo de búsqueda.

Cerro sus ojos con fuerza, estaría bien... Estaba seguro de que ella iba a estar bien. Iba a encontrarla.

🌿Nota: Vaya solo fueron unas semanas y siento que tengo demasiado tiempo sin actualizar. Lo siento, estás semanas han sido duras para mí, estuve súper enferma y apenas estoy recuperandome... Tengo exceso de trabajo 😔. Me gustaría prometer que estaré más por estos lados, pero sería mentir... Las actualizaciones vendrá poco a poco, cada vez que pueda tomarme un tiempo para dedicarle amor a este espacio.

Corazones en LlamasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora