Única parte

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11 de junio. Casa de los Mitsuya. 16:34 de la tarde.

El chico se había tumbado en el suelo del salón, el calor le estaba adormilando los sentidos. En el momento en que sonó el timbre, no quería levantarse, le dieron ganas de gritar que no estaba pero eso sería contraproducente. Suspiró pesadamente, se levantó y fue a abrir la puerta mientras gritaba "¡Ya voy!"

No se esperaba ver a su novio, vistiendo ropa casual, sujetando una caja plateada y una bolsa de papel azul claro. Le chocó aún más el hecho de que él mismo estaba en pijama, de conejitos. Mitsuya, en un acto reflejo, cerró la puerta de golpe y fue corriendo a cambiarse de ropa. Una vez con un atuendo más decente fue a volver a abrir la puerta y se topó con un Hakkai perplejo con un ligero rubor en sus mejillas.

-No pongas esa cara, era un pijama que mis hermanas no querían.-El zarco no pudo evitar pensar que además de ser de conejitos, era de chica.-¿Pasas o te quedas ahí?

-Feliz cumpleaños, Taka-chan.-Pasó el más alto a la vez que depositaba un beso en la frente al menor. En esta ocasión el que se quedó en shock fue Mitsuya, Hakkai no era propenso al contacto físico, principalmente por los traumas sufridos, le costaba mucho aceptar un abrazo. Por eso le cogió por sorpresa que el otro le hubiese dado un beso por cuenta propia.

El peliazul se acomodó como si de su casa se tratase, aunque Mitsuya agradecía esto, era una afirmación de que se sentía cómodo y seguro en su hogar. Siguiendo con este joven, necesitó unos segundos para procesar que lo que había pasado no se lo había imaginado, ni que se había quedado dormido ni nada por el estilo. Siguió a su pareja hasta el salón, donde las ventanas correderas estaban abiertas de par en par, dejando entrar una leve brisa, por la cual, un adorable teru-teru bozu oscilaba con delicadeza. Hakkai miraba con atención todos los pequeños detalles de su casa, no estaba acostumbrado a una vivienda hogareña por lo que las fotos de la familia Mitsuya, sonrientes y juntos, se le hacían extrañas. El menor no pasó esto desapercibido y sintió una punzada de dolor en su corazón, se sentó al lado del otro cruzando las piernas.

-Sabes que todavía no es mi cumpleaños, ¿verdad?

-Claro que lo sé, no me tomes por un novio tan malo.-Tras unos momentos de vacilación, el zarco prosiguió.-Es sólo que... imagino que mañana querrás estar con tus hermanas o con Mikey, Draken, Chifuyu, Takemicchi... No quería acaparar todo tu tiempo.

Mitsuya resopló con fuerza y su expresión serena paso a una de réplica.

-Si quiero pasar mi cumpleaños contigo, lo pasaré a tu lado. Ni se te ocurra pensar que vas a acaparar mi tiempo ni nada por el estilo.-Hakkai mostraba una mirada ausente, perdida en los pensamientos.-Mira, quiero pasar mi tiempo contigo, para mi, mi cumpleaños es un día más y si lo voy a celebrar, ¿qué mejor regalo que estar contigo?

Una sonrisa se formó en la comisura de los labios de Hakkai y no hicieron falta las palabras para saber que todo iba a ir bien, que iban por buen camino.

-De hecho, mis hermanas me han dicho que mañana no haga planes y sea lo que sea que van a hacer, quiero que vengas conmigo.

-¿Qué?, no... ¿no crees que voy a sobrar?

-Luna y Mana te aman, igual que a tu hermana. Cada vez que salgo me preguntan por ti, quieren saber cómo estas, si necesitas algo, si quieres quedarte a cenar...

-No sé cómo lo haces pero siempre me convences de este tipo de cosas.

-¿Qué tipo?

-De lo que me siento inseguro, cuando no tengo valor o actuo como un cobarde.

-Todos tenemos miedo en algún momento de nuestras vidas pero tenemos que seguir hacia adelante y cuando estamos acompañados, es todo más fácil. Así que sí, tengo que asegurarme de que no dudes de ti mismo.

El peliazul se incorporó de su asiento, acortó la distancia entre los dos y se fundieron en un abrazo. Era tan cálido... quizá fuese por el calor o quizá porque el corazón de Hakkai latía con tanta intensidad que era capaz de producir calidez. Aunque claro, lo hacía sólo por y para Mitsuya. Mientras él siguiese a su lado podía ser el hombre más fuerte del mundo, podría ser un luchador innato y ser el mejor novio que pudiese tener.

-Gracias, mi vida.-Se separó con cuidado el más alto.

Todas las memorias de Mitsuya le atacaron a la vez. Rememoró su primer encuentro en el parque infantil, pegando a un niño en un intento de demostrar su fuerza. O cuando se hicieron amigos y a veces no podían jugar juntos porque tenía que encargarse de sus hermanas pequeñas. O cuando conoció a Yuzuha, la cual le miró con unos ojos críticos pero tras unos segundos le dio el visto bueno. Los segundos más tensos de toda su vida. O cuando los sentimientos románticos empezaron a florecer. O el coqueteo inexperto y vergonzoso. O la confesión violenta y atropellada de ambos. O la aprobación femenina de ambas familias.

Tenían tantos recuerdos juntos, pero esa era la primera vez que sentía una conexión inexplicable. Estaban profundamente atados por los lazos del destino y debían crecer los dos juntos, como chicos y como personas.

Sabía que si estaba a su lado todo iría bien, que mientras se tuviesen el uno al otro era imposible perderse porque el contrario vendería su alma con tal de hacerle feliz. Porque jamás iban a sufrir una malquerencia en su relación ya que sus sentimientos estaban tan fuertemente ligados a sus almas que no podían ser cortados, ni desatados, ni quemados. Y esto era un pensamiento que los dos jóvenes compartían.

Para Mitsuya, el mejor cumpleaños de todos fue aquel, donde su persona favorita le sorprendió para bien y tuvo la oportunidad de pasar tiempo a su lado, entablando conversaciones ligeras y alegres. Acompañados por una bolsa de regalo que contenía un perfume y un anillo de la modelo a seguir de Takashi: Coco Chanel. Y una tarta casera de chocolate con la que Hakkai se peleó durante muchos intentos hasta que consiguió el resultado que esperaba. Aún así, esperaba poder darle más, porque lo que se merecía su novio no podía ser comprado ni preparado por lo que haría su mejor esfuerzo y se convertiría en un hombre digno para él.

-Regalo de cumpleaños-MitsukaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora