Capítulo 15

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5 de noviembre: Secreto familiar


     Luego que terminamos de comer, ordenamos té negro, y continuamos charlando mientras disfrutábamos de la hora del té.

     —Y ¿cómo están tus amigos?

     —Están bien, te envían saludos —le digo recordando que me pidieron que la saludara de su parte.

     —¿Y las clases? Digo, sé que las cancelaron, pero no has pensado inscribirte en algún curso o en otra universidad por ahora. Les permiten hacer eso, ¿cierto?

     —Eh... sí. Bueno, la verdad no le pensado —digo honestamente—. Aunque no lo creas he estado algo ocupado. No he parado de tomar fotos, incluso una vecina de Beth me pidió que le hiciera unas fotografías, me pagará por ello. Además siempre salgo con los chicos y con Shay, no he tenido tiempo de pensar en ello.

     —¿Quién es Shay? —pregunta mi madre y me doy cuenta que nunca le he hablado a mis padres de mi reciente relación.

     —Shay es mi novia, mamá.

     Le resumo lo mejor que puedo el cómo conocí a Shay, veo que se sorprende un poco ya que nunca se la he mencionado, sin embargo parece feliz e incluso propone el salir algún día a comer con ella para que pueda conocerla. Shay no es mi primera novia, y ella lo sabe, pero nunca le había presentado a ninguna chica con la que entablara una relación sentimental a mis padres; por lo que sé que conocerla le hace bastante ilusión.

     Estuvimos hablando de varios temas, y cuando por fin conversamos sobre la razón por la que ella está aquí, y por qué yo no puedo dejar el condado, el ambiente se tensa. No quiero estar incómodos pero sé que es necesario hablar de esto, en especial cuando no hablamos mucho por teléfono sobre este asunto. Cuando le comento sobre mi interrogatorio se enoja y se preocupa, no le dije anteriormente porque no quería angustiarla pero al final no pude seguir ocultándole eso estando frente a mí.

     —¿Por qué te interrogan? ¿No se supone que eran solo los que asistieron a la fiesta?

     —Interrogaron a varios alumnos que no fueron, es algo rutinario, no hay porque alterarse —le digo intentando calmarla.

     —¿Qué te preguntaron?

     —Preguntas comunes, mamá. No recuerdo todas muy bien —digo ya fastidiado intentando cortar ya con el tema.

     —Brian, si no asististe a la fiesta, no entiendo que tanto te tiene que preguntar —me dice mi madre, y yo notando que ya está alzando el tono de voz, decido ser honesto para que no se enoje más.

     —Bien. Me dijeron que tenía una relación indirecta con Sabine —apenas estas palabras salen de mi boca, noto que mi madre se tensa de pies a cabeza, e intentando calmarla una vez más, añado—. Pero supongo que es porque estudiábamos juntos.

     Mi madre se mantiene callada, me mira fijamente y tengo el presentimiento de que quiere decirme algo. Sé que está preocupada, pero creo que hay algo que me está ocultando, igual que el detective que me interrogo; siento que hay algo más, algo que me involucra, y ya cansado de tener esta suposición, le digo a mi madre en un tono molesto:

     —¿Qué es lo que está ocurriendo?

     Me mira y la noto aún más tensa. Sabe que presiento algo y conociéndome bien, no desistiré hasta que me diga que es lo que oculta. Luego de unos segundos toma otro sorbo de su te, para luego empezar hablar.

     —Escucha, hijo. Esto no es fácil de decir. Hay algo que ni tú ni tu hermana saben, nunca les hemos dicho porque para mí ya es asunto del pasado. Pero luego de que pasara todo esto, mi preocupación y la de tu padre se debe porque lo que yo sé, lo que los detectives saben te implica en todo este asunto.

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