Después de deambular por media hora, Marion empujó a Toujuro hasta un local de ventas de kimonos. El sitio tenía la misma decoración que la mayoría de los locales, todo se encontraba recubierto de madera con el piso de tatami y los kimonos estaban exhibidos en los techos, colgando de algo que parecían ser ganchos. Algunas telas de hermosos estampados protagonizaban las paredes y en otro sitio una estantería llena de accesorios para el cabello y obis se alzaba hasta el techo.
El bicolor quedó impresionado al entrar, nunca había visitado una tienda como esa. Las de la ciudad solían ser sofisticadas, inclinandose más al tipo de comercio Occidental. Blancas, sencillas y limpias. Buscaban que los colores de las telas de los kimonos resaltarán con la blancura, en ese caso, todo parecía exhibirse solo. La peliazul avanzo hasta un par de kimonos doblados preciosamente, en lo que parecía ser el estante de ropa masculina. Tomo dos de ellos al azar y los lanzo hasta él.
Anodadado Toujuro los agarro y rápidamente observo al dueño de la tienda. El hombre con aspecto pulcro se encontraba hablando con un cliente, sonriéndole y mostrando un kimono tradicional de novia. El dueño no se inmutó nunca, ni siquiera cuando la muchacha había desecho varias prendas en busca de una que le gustará. Colocando las prendas en su pecho, se acercó hasta ella para susurrarle.
—El dueño se va a molestar, no hagas tanto alboroto— la peliazul se volvió hasta él con una de sus cejas levantada.
—No te has percatado de que no puede vernos?— pregunto, dudando del sentido poco desarrollado de aquel Rengoku— Estamos en las memorias del demonio, nada de lo que estás viendo existe de verdad... Al menos no en este tiempo—
Él pareció no terminar por creerse aquello. Marion suspiro, solo una vez se jabiab. Le explicó rápidamente que debía hacer y porque tenía que cambiar sus ropas
—Estas son las memorias más profundas del demonio, mucho antes de que se convirtiera en uno— continuo explicando mientras salían de la tienda con sus nuevas vestimentas. Marion había escogido un lindo conjunto de hakama color mostaza y con un kimono beige con estampado otoñal de colores tierra, en vez de las típicas zori llevaba las botas de su uniforme. Toujuro por su parte había escogido un kimono vinotinto, tan sobrio que sin dudas no llamaría tanto la atención, Marion creyó que era una hoja de arce hecha persona. Siguió mirando al frente, necesitaba concentrarse en la misión— Hay otra persona, una chica, que al igual que tú ha quedado atrapada en el dominio. Tenemos que buscarla antes que el demonio se tope con ella—
Toujuro quería hacerle un cumplido sobre su apariencia, pero creyó que la muchacha iba a tomar el comentario de manera inapropiada. Se acercó hasta ella, caminaba con suma rapidez, para ser alguien un poco más baja que él, sus zancadas eran bastante largas.
—Otra persona?— pregunto, la peliazul no le respondió afirmativamente por lo que intento sacar más información para comprender mejor lo que pasaba— Como sabes que ese demonio que dices no la ha encontrado aún?—
Marion esquivo un carruaje que pasaba a toda velocidad, tuvo que arrastrar a Toujuro hasta un pasaje para evitar que este quedará atrapado entre el piso y las ruedas de madera. El chico volvió a sorprenderse al darse cuenta de lo fuerte que era su compañera de clases, no dudaba que si ella quería, podría someterlo con demasiada facilidad. La peliazul le soltó, haciendo que se desequilibrara momentáneamente. Al verla avanzar nuevamente entre la multitud, se vio obligado a arreglar su kimono y seguirla como un perro acompañante.
Después de un rato de silencio, dónde solo se podía escuchar las charlas de los comerciantes y las quejas de los compradores, Marion decidió romper el silencio.
—Los demonio que cae en mi técnica suelen quedar letardecidos, uso sus memorias más profundas. Aquellas que nisiquiera pueden recordar— un grupo de niños gritaron y rieron, pasando a su lado corriendo. Toujuro les siguió con la mirada mientras les sonreía— El confort de las memorias los adormecen y puedo cortar sus cabezas con más facilidad— frunció la boca, volvió a estar disgustada por como se estaba desenvolviendo todo el panorama— Es por eso que no debemos llamar la atención. El demonio podría estar entre la multitud y el encanto podría deshacerse si ve algo fuera de lugar... No se me dificultaría cumplir la misión si fuera solo un humano a quien debo proteger...— se paró en seco, observando el celaje de una muchacha en faldas pasar corriendo con dirección al bosque. Emprendió su camino rápidamente hacía ese lugar— Proteger a un Marechi es, por sobre todas las cosas, un tema diferente—
Dejaron atrás el bulevard y las casas del pueblo con suma rapidez, como si estás hubieran sido engullidas por la boscosidad.
—Marechi? Que es eso?— la cazadora chasqueo la lengua, comenzando a irritarse.
—Dejemos la cháchara para después, concéntrate en buscar alguien que esté fuera de lugar. Nosotros nos hemos cambiado, pero ella debe tener aún su uniforme— su manera demandante reflejaba lo ansiosa que estaba, no había dejado en ningún momento de tener el ceño fruncido
Pronto la noche comenzó a aparecer como si el recuerdo se adelantará días y meses. El bosque se cernió en la oscuridad, comenzando a tener una presencia más espeluznante. Toujuro tragó saliva, al ver que la muchacha no tenía intenciones de dar vuelta atras, a la seguridad de las farolas.
—Aun si me dices que busque algo fuera de lugar... Estamos en el bosque, no creo que encontremos algo particular aquí—
—Crei haber visto el uniforme del colegio... No puedo equivocarme—
Mientras más se adentraban, se escuchaba el sonido de un grupo de personas hablando. La conversación no parecía ir por una buena dirección, pues se escuchó el sonido de un arma y como las voces se volvían más enojadas.
Cuando creyeron que se estaban acercando a uno de los prados, Marion le hizo una señal a Toujuro para que guardara silencio, haciendo señas con sus manos para que se acercara a ella. El bicolor hizo lo que pidió sin ninguna objeción, en ese punto, estaba al borde de sus nervios. Todo aquello le parecía demasiado tenebroso y familiar. Al intentar abrir la boca, fue acallado rápidamente por la peliazul quien lo guió hasta uno de los arbustos más tupidos, señalando luego a dos direcciones.
Toujuro siguió con la mirada y se sorprendió al ver a una chica con el mismo uniforme que él, seguramente era la muchacha que estaba buscando Meiko. En la otra dirección se encontraba escondida algo temerosa, una chica de aproximadamente 17 años sus cabellos se encontraban alborotados y estos caigan en mechones negros como la noche sobre su espalda, parecía que acababa de pelear con alguien pues unas de sus mejillas estaba enrojecida. A los pocos metros diviso al hombre que podría haber sido el causante de la discusión, estaba pálido y le sangraba la frente. Toujuro se estremeció al ver que el hombre cargaba en una de sus manos un cuchillo.
—Ese debe ser el demonio— Susurro la peliazul muy cerca de él. El bicolor quiso advertirle sobre el arma del hombre, pero no podía emitir sonido hasta que ella le dejara libre— El olor a demonio es más fuerte, sin duda es aquella chica—
Tan pronto como dejo de hablar, se escuchó el tintineo de la espada desenfundadose, el bicolor ni siquiera se dió cuenta en qué momento le había dejado en libertad para hablar. Marion hizo una postura para tomar impulso y decapitar al demonio de un solo corte. El tiempo pareció transcurrir nuevamente en cuestión de segundos. Empuño con más fuerza su espada, no vio problemas en continuar con su ataque, el objetivo seguía en el mismo sitio.
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Respiración de la llama
Tercera Postura: Espíritus ardie———______________________________________
—Uzui! Es una sorpresa que estés aquí— Marion paro en seco ante aquel timbre de voz, sus ojos comenzaron a cristalizarse casi de inmediato— Debería alegrarme por ello o sentime preocupado?—
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Corazones en Llamas
FanficDespués de la derrota de Muzan los tiempos de paz vuelven a Japón, el mundo comienza a olvidar a los demonios y la noche volvió poco a poco a ser segura para los aldeanos. En el Japón moderno, Rengoku Toujuro es un chico muy activo al que le encanta...