Capítulo 19

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6 de noviembre


     Para el momento que Valentino había terminado de hablar se mantuvo callado un tiempo. Y así nos mantuvimos, ambos. Nadie hablaba, estaba todo en silencio. Él no me veía, estaba viendo sus manos frente a él, o quizás veía el suelo, no lo sé. Pero su mirada parecía perdida, estaba pensando. Se notaba preocupado, ansioso; quería decir algo, sacarlo de ese trance. Estaba pensando en eso, en esa experiencia traumática y no quería que siguiera sumiéndose en ella por más tiempo.

     No sé cuánto tiempo pasaría, pero de pronto se levantó sorprendiéndome; de la impresión me levanto también no se bien porque razón, y nos quedamos callados mientras nos miramos, hasta que Valentino dice:

     —Supongo que tienes razón. Lo que ocurrió me afectó igual que a todos.

     Estaba triste, desanimado; sintiéndome culpable por perturbar su ánimo en este momento, le toco el hombro en señal de apoyo y le contesto para cambiar de tema:

     —Juguemos una partida, ¿te parece?

     Durante una hora más o menos jugamos con el play que Brad había dejado en el apartamento. No hablamos más del tema evidentemente; y aunque el ambiente permaneció algo tenso unos largos minutos, ya por el momento parecía que nos habíamos olvidado totalmente de él.

     —¿No te ibas a encontrar con tu madre? —me pregunta Valentino en la cocina mientras nos hidratábamos con agua fría. Me detuve unos segundos a pensar en que se refería, hasta que recuerdo que esa era la excusa que invente para permanecer más tiempo en el apartamento con Valentino.

     —¡Mierda! —exclamo fingiendo sorpresa— debo irme, mi madre ha de estar esperándome.

     —Qué extraño tu olvidando algo —rueda los ojos mientras dice sarcásticamente—, te acompaño a la puerta —dicho esto ambos caminamos directo a la salida, las pocas pertenencias que traje ya las tengo conmigo así que no me detengo a buscar nada.

     Nos despedimos y rápido bajo las escaleras; estaba en un piso tres por lo que no me apuro a usar el ascensor. Intento abrir el portal de entrada del edificio, pero fallo al darme cuenta que está cerrado con llave. Me extraño ya que en el condado no se acostumbra, debido a la gran seguridad que siempre hemos tenido, no es algo realmente necesario. Una vecina venia entrando de casualidad así que me puro a salir por la puerta abierta, no sin antes comentarle lo extraño que me parecía que mantuvieran las puertas cerradas. Rápidamente me explica que debido al reciente homicidio la gente está tomando precauciones que antes eran innecesarias; me choca que lleguemos a este punto pero realmente tiene razón. Hay un asesino suelto y mientras la policía lo encuentra, realmente todos estamos en peligro.

     Salí a la calle pensativo, y como siempre miraba a mi alrededor observando a las personas que habían, pensando quien de ellas sería capaz de matar a alguien. A veces se me olvidaba en el riesgo en el que estábamos, o tal vez prefería olvidarlo para evitar angustiarme tanto como lo estaban todos los habitantes del condado.

     Pero luego quería investigar, quería saber quién había sido, quería que hiciera justicia para ya no temer. Aunque en mi mente estaba vivo ese sentimiento, poco a poco me daba cuenta de lo improbable que era que realmente lograra algo. Ni siquiera tenía un plan muy concreto en la cabeza, no estaba tan motivado como debería, y a pesar de que dos de mis amigos se habían unido a este propósito con gran interés, no podía evitar sentir que nos tomábamos esto como un juego; como si viviéramos de pronto en una película, y tres estudiante jugaran a ser detectives.

     Lo que Valentino me contó no sabía cómo analizarlo; tan solo lo veía como una versión común y corriente, que no dejaba pistas o cabos sueltos que pudiera deducir. Siendo honesto no sabía que me esperaba, todos los estudiantes —incluyendo a Valentino y al resto de mis amigos— fueron interrogados por expertos, si realmente hubiera algo que ayudara a descifrar algo del caso o desmantelar al culpable, ya habrían culminado el caso exitosamente.

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