⌞our love could be perfect ⌟

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Min Yoongi caminó con el corazón en sus manos hacia aquel estrado donde todo se llevaría a cabo. Sus manos temblaron por un leve segundo e incluso quiso salir corriendo en ese mismo instante.

Se detiene en el lugar indicado y entonces dirige su mirada hacia la entrada de aquella pequeña capilla. Sus ojos brillaron en cuanto vio al pelinegro entrar por aquella puerta. Lucía tan feliz, su sonrisa era realmente diferente a como solía verla normalmente, sus ojitos detonaban aquel brillo radiante que sólo emitía mientras observaba a su preciado novio.

Jimin se detuvo justo al frente, con una enorme sonrisa en el rostro. Aquel esmoquin azul le hacía resaltar su buena figura, y el pequeño moño rojo en la parte de su cuello le daba aquel toque de ternura que sólo él podía provocar.

Entonces, ambos girándose al hombre de bata color verde, comenzaron a escuchar sus palabras con detenimiento. Aunque en realidad Yoongi se perdió en sus pensamientos.

—yah, hyung, ¿te gustaría salir a la plaza? —las mejillas de Jimin se inflaron en una pequeña sonrisa, gesto que le ocasionó una ola de ternura a Yoongi.

—claro, Mimi. —el mayor tomó la mano de su acompañante, entrelazándolas rápidamente— es mejor que vayamos así, la vez pasada casi te atropella un carro.

—¡eh! No fue por que fuese distraído, ¡él fue quien se atravesó en mi camino! —Yoongi negó con la cabeza, ambos riendo ante el comentario del más pequeño— sólo porque eres tú dejaré que me lleves de la mano. —el castaño rio, caminando de la mano del chico que le provocaba las dichosas mariposas en el estómago.

Suspiró en aquel momento, observando al pelinegro a su lado. Le observó por unos segundos, perdiéndose simplemente en su perfil. Min Yoongi podía jurar que Park Jimin era una de las personas más guapas en existir, y en definitiva se había encargado de repetírselo en diversas ocasiones, incluso en las más tontas que pudiesen ocurrir.

—¡hey! ¡los anillos! —el más pálido salió de su trance en aquel momento. Jimin dirigió su mirada a él, sonriéndole tiernamente.

Ah, aquella sonrisa que tanto amaba.

Sus manos hicieron contacto con la almohadilla en la que ambos anillos se encontraban. Le extendió el más grande al pelinegro, quien simplemente le dedicó otra gentil sonrisa. De esas que tanto le cautivaban.

—¡hyung! —Jimin le dio un pequeño golpe en el hombro al chico, mientras Yoongi simplemente reía ante la actitud de su pequeño.

—¿no te gusta, Mimi?

—ah, no es eso. —dice formando un puchero con sus labios— pero, ¿por qué siempre tienes que apretar mis mejillas? No me gustan. —aquello último lo dice en voz más baja, haciendo a Yoongi fruncir el ceño.

—¿qué dices de tus mejillas? —el entonces rubio se dio la vuelta, observando hacia otro lugar para evitar los regaños de Yoongi, sabía que él siempre le decía lo lindo que era, y odiaba cuando decía que no le gustaba algo de él— Mimi. —se dedica a tomar sus mejillas, haciéndole observar por completo.

Jimin finalmente le observó directamente, observando la mirada seria de Yoongi, cosa que de cierta manera le preocupó, pues él no solía presentarse ante él de dicha manera.

—tus mejillas son lindas, son las más bonitas que he visto en toda mi vida. —dice acariciando una de ellas— podría incluso besarlas todos los días, a cada rato, por el resto de mi vida. —el pequeño Park Jimin abrió los ojos en sorpresa.

Sus labios formaron una pequeña O, mientras sus ojos brillaban con mayor intensidad.

—gracias por todo, hyung. —dice abrazando a Yoongi finalmente.

El día que más te amé; Yoonmin [OS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora