El Arca De Noé II - BTS

Sinopsis

"Velaremos por su bienestar, nunca más sufrirán algo parecido a lo que ocurrió. No se preocupen, las heridas sanarán y los recuerdos malos se borrarán, estarán bien."

     El helado silencio se extendía por todo el apartamento aquella mañana, aunque todos estuvieran levantados. Con la espalda recargada en la pared y sus piernas estiradas sobre la cama, JungKook se encontraba mirando fijamente a la pared a la espera de algún ruido que le diera la señal que esperaba para correr. Con todo su cuerpo en alerta, el joven apretó su propia muñeca con demasiada fuerza, casi enterrando sus uñas y causándole dolor que oraba fuera el suficiente para distraerle y apagar esa ansiedad en él.

Estaban a luces apagadas pero la que entraba por la ventana permitía iluminar la habitación entera en la que se encontraba solitario. Lo prefería, así como dormir con doble llave en la puerta esperando que aun mientras gritara por pesadillas en la noche, nadie pudiera entrar. Quería estar solo, llorar solo.

—JungKook —su primera reacción fue pegar un salto en su lugar, sin creer que no escuchó los pasos de alguien acercándose a la puerta que fue golpeada ligeramente—, por favor sal... tienes que desayunar antes de que vengan por nosotros.

No podía escuchar más a NamJoon, el más joven del grupo mordió su labio deteniendo esas ganas de gritarle al mayor que se alejara antes de hacerle más daño. Calló y se tiró boca abajo en la cama, cubriéndose completamente con la sabana. Ojalá pudiera no salir. Ojalá pudiera no oír porque esos susurros de detrás de la puerta parecían sospechosos en su mente, conspiraciones para atacarle de nuevo.

Sin más respuesta, NamJoon regresó en sus pasos dirigiéndose hacia la cocina dónde desayunó solo luego de que ninguno de los miembros se uniera a él. Desayunar solo le hizo pensar y pensar con dolor en lo difícil que era adaptarse, en lo cambiados que se sentían y que, aunque amaran todos la idea de volver a darle una oportunidad al escenario, no se sentían cómodos. Al menos había días en los que todos colaboraban por avanzar, y otros donde era imposible sacarles de la cama, él incluido.

No podía ni quería recriminarles de aquello, fue decisión de todos volver a intentarlo, el regresar a vivir juntos sería difícil pero no imposible.

Unos suaves pasos se acercaron a la cocina, YoonGi apareció para comenzar a prepararse un café descafeinado realizando cada paso de manera silenciosa. Hasta terminar fue que se sentó frente a NamJoon, y que se miraron.

—Ya vienen, ¿Cierto?

NamJoon asintió, recordando el mensaje que recibió en la noche, y la confirmación del día siguiente —Esperan que esta vez no fallemos... pero dudo que se levanten.