Es cosa de Betas y Alphas.

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Muchos cambios transcurrieron en su vida, cuando escucho que Naraku había sido destruido junto a la perla de Shikon. Estaba un poco molesto por a ver sido excluido de esa pelea pero por una parte ya no tenia los fragmentos en sus piernas, pero aun así tenia la resistencia y velocidad por ser un demonio completo y por otra aun tenia sus nuevos poderes que consistían en las garras de lobo. Si un medio demonio podía porque el no, por eso ese acontecimiento que había sucedido había cambiado su existencia dando una vuelta de 360°...

Cuando el que consideraba su mejor amigo de ahora en adelante, le había contado que Kagome no regresaba y había desaparecido, solo pudo consolarlo con unas palmaditas en su espalda, sabia que eso le había dejado un final agridulce, pero no podían hacer nada, solo esperar.

Lo dejo solo en la cabaña de la vieja Kaede y se adentro al bosque, estaba feliz que toda esa guerra terminara pero aun así se sentía impotente por no vengar como se debía a sus camaradas y por otra parte por perder a su mejor amiga, así que para descargar su furia contenida golpeo un árbol con todas sus fuerzas, eso ocasiono que de un solo golpe caerá al suelo, pero eso no le importo aun se sentía enojado así que siguió así hasta derribar varios arboles altos y con un grueso considerable en su tronco.

No vas a lograr nada haciendo eso –una voz gruesa lo detuvo, mientras se acercaba por los arbustos-

Ja! y que? quieres pelear conmigo –sonríe de lado y se da la vuelta- gran Sesshomaru

Jumph! –bufa y se cruza de brazos- si eso te hace sentir mejor contigo mismo –dice sarcástico-

Te burlas de mi –gruñe y hace que sus garras de lobo salgan a flote-

Tan frágil es tu hombría –se burla y desenfunda su espada- cachorro

Maldito! –grita ofendido y se lanza a una pelea en donde ambos poderes chocaban entre si, en una ráfaga de amarillo con azul, todo lo que se encuentra alrededor es destruido desde la raíz, los animales y espíritus escapan de el lugar asustados, esa batalla no era fingida era real.

No despertarían a ningún aldeano pues sus piernas los alejaban mas y mas en cada ataque, uno peleaba por la furia y el otro por no dejar que nadie arruinara su imagen. Pero solo en su interior aceptaría que era un buen contrincante, aunque le hacia falta velocidad desde que no tenia esos fragmentos en sus piernas pero lo recompensaba con agilidad. Pero ya era tiempo con terminar con ese juego así que de un ataque con su látigo de veneno logro que el hombre lobo perdiera el equilibrio y callera algo alejado de el.

Jefe Koga! –interrumpieron sus subordinados junto algunos lobos- lo estábamos buscando –lo ayudan a ponerse de pie- ya amaneció y es hora de que valla a su coronación –mencionan señalando la montaña mas alta-

-suspira- casi olvido ese detalle –hace desaparecer sus garras de lobo y se sacude la tierra de su armadura y tapa rabo- como sea, vamos –un pequeño remolino se crea a su alrededor haciendo que se aleje de el lugar de la anterior pelea-

El peli plata lo mira alejarse en el horizonte, al parecer de cierta manera la batalla logro hacer que el peli negro lograra desahogarse y ahora se comportaba como siempre. Mira hacia el cielo notando como algunos moustros, espíritus y demonios se dirigían al mismo lugar.

Amo Sesshomaru –hace una reverencia el de piel verde- ya le deje su ultimo presente a su hija –dice refiriéndose a la pelinegra, sabia que su amo solo veía con ojos paternales a esa humana aunque estuviera creciendo poco a poco- y ya prepare el regalo para el siguiente evento

El ojidorado lo mira de reojo y empieza a caminar hacia la montaña con tranquilidad, tenia que comenzar a hacer sus responsabilidades como el señor de los perros demonios ahora que no tenia la distracción de el maldito Naraku.

Los señores del Oeste y el Norte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora